En el sitio de Ichikawa
-NOTA: A propósito del pasado 28 de octubre se reanimó la tesis de que la revolución cubana de 1959 hubiera tenido otra ventura de haber sido acaudillada por Camilo Cienfuegos y no por Fidel Castro. Se volvió a hablar de la “amistad” existente entre Hubert Matos y Camilo; hecho que explicaría que Castro eligiera a este como apaciguador. El escritor Armando de Armas me recomendó que preguntara al periodista Agustín Alles Soberón. Y así lo hice, pidiéndole específica opinión sobre el punto de la “amistad” entre Matos y Cienfuegos. El texto que comparto a continuación es la respuesta del periodista. El periódico pinareño GUERRILLERO dijo lo siguiente: “El primero en romper el cerco del ejército batistiano fue el reportero de Bohemia, Agustín Alles Soberón, quien resultó ser testigo excepcional de la forma de vida asumida por un grupo de cubanos dispuestos en alcanzar sus sueños de justicia e ideales, hasta ofrendar sus vidas.” Quiero dar las gracias a Agustín por su atención. (EI)
Estimado Emilio:
Sobre la supuesta “amistad” de Camilo Cienfuegos con Hubert Matos, puedo referirte lo que yo escuché y vi: antes del triunfo insurreccional del primero de enero de 1959, existía cierta amistad entre ambos, así como con otros líderes guerrilleros. En esa primera etapa -vamos a llamarle así-, no se había planteado una discrepancia o batalla ideológica entre ellos, porque todos, que se sepa, seguían las directrices del programa de los 10 Puntos de la Sierra Maestra y la proyección pública del Movimiento 26 de Julio, que, según constaba y se prometía, eran principios democráticos: elecciones libres, respeto a las libertades fundamentales, etc.
Al tomar el poder absoluto Fidel Castro, mediante una serie de maniobras conocidas, se fueron produciendo divisiones ideológicas, acentuadas por el evidente control comunista de la Revolución. El comandante Hubert Matos fue la cabeza más visible de esa confrontación inicial. Esto es histórico. El comandante Camilo Cienfuegos, según me dijo, seguía a Fidel Castro, hacia donde fuera…
Cuando se produjo el enfrentamiento Matos vs comunismo-fidelismo, el comandante Camilo Cienfuegos fue enviado por Fidel Castro a aplastar la “sublevación” o “traición” del jefe revolucionario de la provincia de Camagüey -como antes ocurrió, sin publicidad y escándalo-, con el caso del jefe del INRA en la provincia de Las Villas, Jesús Suárez Gayol “El Rubio”, quien se enfrentaba al control comunista en esa provincia. En ambos casos, Fidel Castro, aprovechándose de la popularidad de Camilo, lo envió a liquidar la rebeldía anticomunista de los dos: Suárez Gayol y Matos. (Suárez Gayol cambió después y se sometió al Che Guevara, muriendo en la aventura guerrillera de Bolivia).
Volviendo al caso Camilo-Matos, yo hablé con el primero a raíz de la confrontación en Camagüey. Camilo me dijo: “tuve que hacer política con Hubert, porque me encontré con que tenía apoyo revolucionario en Camagüey, pero Fidel dice que hay que fusilarlo, porque ha planteado el problema anticomunista en el gobierno revolucionario y, aquí, el que es anticomunista es contrarrevolucionario y el que es contrarrevolucionario … Paredón”. Esas fueron sus palabras, citadas de acuerdo con mi memoria de aquel acontecimiento, que yo escribí el reportaje para BOHEMIA, así como el juicio de Hubert Matos, y no se pudo publicar; fue censurado por el “comité de periodistas revolucionarios” de la revista.
Incidentalmente te cuento que Camilo Cienfuegos hizo un viaje secreto a Santa Clara, para reunirse con una amiga. Yo me encontré con él en el Hotel Modelo, de la calle Maceo, en Santa Clara. Me dijo que quería descansar en una casa que tenía mi familia en la finca Las Puntas, zona de Cantarilla, en Báez, Las Villas, donde él había estado anteriormente y le gustaba el lugar. Fui con él. Al día siguiente del “descanso”, me invitó a viajar con él en la avioneta hasta Camagüey y de ahí a La Habana, en cuyo trayecto la derribaron y tengo razones para creer que fue un plan de Raúl Castro y el Che Guevara, con la aprobación de Fidel y utilizando de señuelo al comandante Félix Torres, para matar al popular y famoso jefe de la Columna Invasora que entró a La Habana, tras ganar el prolongado combate de Yaguajay. En esa marcha hacia la capital, acompañé a Camilo como corresponsal de guerra de la Revista BOHEMIA. Seguí el proceso de la campaña guerrillera desde la Sierra Maestra (escalonadamente) hasta La Habana, pasando por Las Villas. Publiqué las crónicas en la “Sección En Cuba” de BOHEMIA, en enero del 59.
Milagrosamente no acepté la insistente invitación de Camilo a acompañarlo en su último viaje en la avioneta Cessna, derribada, de acuerdo con creíbles testimonios, sobre la Bahía del Masío, al sur de Casilda, Trinidad. Mi excusa: tengo que ir a La Habana, me citaron en BOHEMIA para hacer el reportaje del caso Hubert Matos. Argumento de Camilo: si vas a hacer ese reportaje, ven conmigo a Camagüey donde puedes recoger los datos de primera mano y después regresamos a La Habana. Mi respuesta: tengo que ir primero a BOHEMIA para que me den la asignación del trabajo. Era falso porque ya lo tenía, pero yo desconfiaba de la seguridad de ese viaje relámpago. Creo que Dios me iluminó y salvó.
Recapitulando: si existió amistad entre Camilo Cienfuegos y Hubert Matos, eso fue en la etapa de la Sierra Maestra, porque cuando ocurrió la confrontación anticomunista de Camagüey, en octubre del 59, ya Camilo era fiel a Fidel Castro y lo seguía a donde fuera, aunque, sin saberlo, creo yo, había aprobado el plan de eliminarlo físicamente. Escuché una vez en Ciudad Libertad (antiguo Campamento de Columbia), a mediados de 1959, una fuerte discusión entre Raúl Castro, el Che Guevara y Camilo Cienfuegos en una oficina donde estaban encerrados. Yo estaba afuera esperando a Camilo, y no sabían de mi presencia, separados por una pared de tablas. Cuando Camilo salió primero y me vio, me preguntó: “¿Escuchastes la discusión?” No, le contesté y me dijo: “Tengo problemas con Raúl y el Che, están celosos conmigo, porque ahora yo soy el jefe del Ejército Rebelde y ellos están bajo mi mando. Fidel me nombró en ese cargo y yo lo ejerzo. Ellos dos quieren hacer las cosas a su manera, entre ellas, seguir fusilando. Yo me opongo”.
En otra ocasión, Camilo Cienfuegos me dijo que Fidel estaba celoso, porque tenía tanta popularidad como él. Resultado final: la clásica purga comunista, la eliminación física del rival.
Sobre la ejecución del plan de eliminar a Camilo, hay un testimonio muy importante del ex secretario de Fidel Castro, en el Premierato, a principios del 59, Dr. Juan Orta, publicado en la agencia de noticias AIP y en la revista LIFE en español, a mediados de la década de los años 60, cuando escapó de Cuba, donde narra cómo fue derribada la avioneta Cessna donde viajaba Camilo Cienfuegos.
Saludos,
Agustín Alles Soberón
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