Getty ImagesLa juventud y velocidad de Tim Bradley fue demasiado para el veterano Joel Casamayor
LAS VEGAS, Nevada -- Hay peleas en las que el proverbial "traspaso de la antorcha" de un púgil veterano a uno más joven se produce de manera dolorosa y controvertida. Pero hay otras en que esa ceremonia es inapelable y clara, y que no deja lugar a mayores dudas.
Eso fue lo que sucedió en el pleito preliminar al combate estelar de la velada, en el cual el zurdo cubano Joel Casamayor (38-6-1, 22 KOs), medallista olímpico dorado y ex campeón mundial en dos divisiones, cayó sin atenuantes por nocaut técnico en nueve asaltos ante el campeón mundial de la OMB en el peso welter Jr. Timothy Bradley (28-0, 12 KOs), oriundo de Palm Springs, California en un pleito pactado a 12 asaltos con el título en juego.
Desde el inicio, el dominio de Bradley fue manifiesto desde su rapidez de manos y variedad de repertorio. Los golpes del californiano conectaban a voluntad ante un Casamayor que lucía fuera de su elemento, y al que le tomó al menos tres asaltos para comenzar a montar algún tipo de ofensiva.
Ya en el cuarto, Casamayor perdió un punto por amarrar demasiado a su rival. En el quinto y sexto Casamayor visitó las lonas gracias a sendos golpes al cuerpo, a pesar de que la caída del sexto asalto pareció ser producto de un resbalón. Con las tarjetas definitivamente volcadas a su favor, Bradley se dedicó a montar un soliloquio de golpes desde todos los ángulos, sin demasiada potencia pero con clarísima puntería. La acumulación de castigo se fue sintiendo sobre el cubano, y mediando el noveno asalto, un gancho de izquierda al cuerpo lo depositó en las lonas para un conteo que el réferi Vic Drakulich no pudo culminar. Y eso fue porque hacia el final de ese conteo, el veterano entrenador y curador de cortes argentino Miguel Díaz subió a la falda del ring con su toalla en manos para pedir el final del combate.
Casamayor deja el ring con su futuro ensombrecido por una derrota que podría encaminarlo hacia el final de su ilustre carrera.
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