Habria que apuntar que todos los esfuerzos reales u oportunistas de la Cubanologia, eluden el tema central que es la toma del poder politico. Se hace autopsia, futurismo, cronica roja y hasta marketing politico, pero no el ser temporal que reclama justamente Ichikawa.
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En el sitio de Ichikawa
Gustavo Silva
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En el sitio de Ichikawa
Gustavo Silva
Al publicar Ser y tiempo (1927), Martin Heidegger sugirió que no se preguntara por el ser a secas, sino por su sentido y siempre sobre base temporal. Heidegger mismo (de)mostraría que el tiempo no perdona. Aquella edición príncipe salió con dedicatoria a su mentor, Edmund Husserl, pero esta nota de homenaje desaparecería en la quinta tirada (1941) por advertencia del editor Max Niemeyer: Husserl tenía ascendente judío.
Antes que buscar el sentido del castrismo sobre la base de más de medio siglo de siempre crítico decurso, los cubanólogos se han engolfado en jugar con el tiempo. La salida más académica estriba en huir hacia delante: sin haber descifrado las claves del ser se anticipa el no-ser con planes y más planes sobre cómo será la Cuba pos-Castro. Este futurismo escapista genera proyectos de investigación, análisis de escenarios y otras especies científicas que comparten la premisa más bien religiosa de que habrá indefectiblemente transición a la democracia en Cuba.
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