martes, julio 19, 2011

¿Que queda del ejemplo de Mandela en Sudafrica/ Andrés Pascual

Por Andrés Pascual

       ¿Cuál es el ejemplo a seguir de la juventud surafricana, el de principios morales en la supuesta lucha por la igualdad de Nelson Mandela? ¿A quién le interesan los años cumplidos en prisión por el líder izquierdista, fundador del CNA?
      Mandela se convirtió en ingrediente para la paella de una fiesta a la que no están invitados los negros explotados o neoesclavizados, porque el banquete es en Europa, en Estados Unidos…es decir, Mandela ya es un negocio redondo fuera de su país, que no influye en nada ni en Soweto ni, mucho menos, en cualquier otra “tribu” del continente negro.
       Hace un par de años, más o menos, Oprah Winfrey enfrentó un escándalo con una directora de “su escuela” en Suráfrica…los negros surafricanos saben quien es Oprah, conocen de los millones de la presentadora y de la influencia que ha logrado entre la población multirracial del país al que pretenden presentar, todavía, a pesar de ella y de Obama, como el “sumus” del racismo.
       Al joven negro surafricano no le puede venir nadie con manuales trasnochados sobre lucha de clases ni formas de combatir al racismo; ellos saben que son inefectivos, porque los escribieron gente detrás de un buró hace muchos años y el tiempo pasó y el mundo de hoy allá se llama “sálvese el que pueda” que, en blanco y negro, significa “el que más poder tenga”, poder financiero y poder de relaciones políticas.
       ¿Alguien ha pensado por qué la Winfrey tiene su escuela en Suráfrica y no en el cuerno africano? Porque el Africa de hoy no es Suráfrica, es Somalia, Sierra Leona, los países de crecimiento del desierto, de la hambruna absoluta, de las guerras sectaristas y tribales, de la guerra de los diamantes, de las ejecuciones masivas, del éxodo, de cientos de miles de muertos como resultado de todo lo anterior. La situación del negro de hoy allá es más difícil porque ya no se le puede echar la culpa al blanco de todo lo malo; en el caso de los diamantes, se los vendieron los negros a los blancos después que emplearon a otros negros como esclavos y terminaron matándolos, arrasando con aldeas completas, organizados en bandas criminales bien conectadas con sus gobiernos y, ¡Quién sabe con qué otros poderes fantasmas ni de dónde! Tal vez esa sangre y esa miseria del Africa verdadero le ocasione vómitos a la presentadora y a todo el sector de la Media y del gremio americano. Entonces mejor Soweto, donde, además, están las raíces del negro que se hace llamar afro-americano a sí mismo, pero que evitan, la media incluída, “sonárselo” ni a Obama ni a Michelle a cualquier hora, como se acostumbra con otros.
       El primer paso de lo que se haría con la “justicia igualitaria” lo dio Winnie, la ex esposa de Nelson, estando el líder en la cárcel: para uso personal y en estrafalario abuso de poder, utilizó a miles de jóvenes del CNA, (con muchos disfrutó de relaciones sexuales en orgías desenfrenadas)  de los que ordenó asesinar a nadie sabe cuántos todavía.
      Según Lali Cambra, fechado en Ciudad del Cabo el año pasado y publicado en El País español con el títuto La “dolce vita” de los herederos de Mandela, “los jóvenes políticos de Suráfrica sustituyen los ideales de la lucha “antiapartheid” por el lujo, las fiestas y las carreras…” y, continúa, “los Mini Coopers son los autos preferidos por los jóvenes negros con posibilidades en los ghettos surafricanos de hoy…” Trágicamente, un rapero de allá embistió a exceso de velocidad a un grupo de estudiantes que cruzaban una calle muy transitada de Soweto, con saldo de 4 muertos y varios heridos, el artista y su socio arrojaron altos índices de droga y alcohol y, a pesar de las protestas, fue visitado en la cárcel por el joven líder del Consejo de hoy, Julius Malema, de 28 años y enriquecido sin estudios; pero bien conectado políticamente, que logró que lo pusieran en libertad.
     Malema es un gran adicto a la cultura del “bling” u ostentación entre los negros, creada aquí por los “afro-americanos”, que la utilizan para lucir, hipócritamente, en los empobrecidos getthos negros de Detroit, Nueva York o Los Angeles, joyas a veces valoradas en mas de 100,000 dólares; también Siphiwe Nyanda, Ministro de Comunicaciones, aunque dispone de vivienda oficial en un lujoso barrio de Ciudad del Cabo, prefiere los hoteles más caros cuando visita la ciudad…
     Lo peor de todo, Ndoda Ngemntu, portavoz de la liga joven del CNA en el Cabo Occidental, escribe Cambra, justifica a su líder con “El Congreso luchó por el estilo de vida de Malema”.
     Todo esto ocurre en Suráfrica, el más industrializado de los países del continente, que logró deponer el control político absoluto del blanco a través de su propia revolución, pero con una mucho más que efectiva ayuda del exterior.
      Hoy se dice que ahora es cuando mandan de verdad los descendientes de europeos, que ganan 6 veces más que los negros en un país en el que construir 2 millones de casas sería poco para sustituir “las chabolas”; en que el desempleo de la población negra alcanza el 28 % y donde el 48 % vive con menos de 32 euros  mensuales…
    Según el escritor y periodista William Gumede, “el gusto por la ostentación ya es cultura; significa éxito y solo se necesita un amante rico, la relación con un político influyente o los lazos con un j’ mafioso…”
    La vida enseña que al que no tiene nada y lo necesita todo no se le puede dar poder de acceso al dinero ni a cuidar una fortuna, porque se la roban y, lo otro, ese elemento desprovisto en sus inicios hasta de los dientes para masticar, por lo general y en cualquier parte, es el que más promete, hasta que llega al poder…
     La “nueva ola” del CNA entiende que ese problema de sacrificio, imposiciones, abstenciones y miserias no es con ellos; son buenos temas para Hollywood con Morgan Freeman y compañía, por un lado; por el otro, como recordatorio de fechas del proceso de aquella lucha en los programas como el de Oprah Winfrey o The View…o, como ha ocurrido por estos días, para que la ONU designe un día fijo de alabanza casi mística por el viejo patriarca del CNA; o para que medio mundo se deshaga en elogios y fiestas al efecto por el ex terrorista que logró una gran amistad con el tirano de Cuba.
     Y algo muy especial: el asunto era quitar al blanco como protagonista del poder y cara fea del racismo…lo de hoy, con el mundo acabándose allá adentro entre los propios negros, eso no es noticia…de que no salga en titulares que pudieran ocasionar problemas se ocupan los “liberales” de aquí y los de Europa que, a fin de cuentas, son los que verdaderamente disfrutan ese pastel al que ya no tienen acceso ni los comunistas, que tanto hicieron por Mandela y su “revolución”, tal vez por eso nadie conozca del peligroso asesinato del primer supremacista blanco del país hace un año.  A los nuevos zares del CNA no les interesan ya ni Castro ni el legado Che Guevara y, posiblemente, cuando ha estado en sus bacanales con blancos occidentales, al viejo líder Nelson Mandela tampoco.

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