viernes, julio 08, 2011

Boxeo: Lara vs Williams, una pelea de temperamentales/ Andrés Pascual



Por Andrés Pascual
[Cortesia del autor]

      Temperamental se le dice al boxeador que un día luce confiado y dispuesto a usar todo su arsenal sobre el ring y, el próximo, es capaz de desinflarse contra un corista, mostrándose apático, capaz de dejar olvidada en el camerino hasta la reacción intuitiva que le sugiera que, a ese que intenta castigarlo, tiene que pegarle. El temperamental tira hoy; mañana, nadie sabe.
       Erislandi Lara, que es temperamental y no tiene nocao punch, no ganó el derecho a pelear contra Paul Williams hoy (ayer por la edición del periódico), sino que le solicitaron el pleito como sustituto del nipón Nobuhiro Ishida, que declinó pelear contra el americano.
        ¿Por qué pidieron la pelea para el cubano? Primero, porque ha bajado mucho su valor televisivo y su prospección en los escalafones; ya no es ni una promesa contundente ni una grata realidad; pero una victoria contra Williams le catapultaría a la posición que no ha podido ganarse con la espectacularidad de 16 nocaos, por lo que su récord muestra 10 anestesias recetadas en 15 victorias y una tablas. O lo toma o lo deja…
         Como que Wiliams, también temperal, fue noqueado por Maravilla, pues los manejadores del oriental ven otro nocao propinado por su protegido contra quien consideran “un acabado”, sin manejar que una cosa es el argentino y otra el paisano de Fidel.       
        Con una enorme diferencia en estatura a su favor, Williams (39-2, 27 Ko’s, 1 perdida por receta de cloroformo) es mucho mejor y más completo que Lara en todo; incluso similares en edad con 28 el cubano y 29 el ex campeón zurdo de las 154 libras.
         Ronnie Shields no cree en la victoria de Lara y se fue a la esquina de Kermit Cintrón; entonces al cubano le importaron al argentino Miguel Díaz, pensando que el paisano de Maravilla pueda reeditar la pesadilla de la noche de noviembre del Castigador.
         En el boxeo, entre dos buenos boxeadores de diferente estatura, gana el más alto y de mayor alcance; si ambos son temperamentales, como en este caso, gana el mejor de ellos. Si bien a Lara una victoria le pudiera representar una opción buena en ruta al estrellato, a Williams una derrota le hundiría para siempre y, ahí, como diría Cantinflas, es donde “está el detalle” más atractivo a su favor. Por HBO y desde Atlantic City, en vivo y a todo color.     

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