La ventaja que tienen es que no hacía falta que nadie les explicara cómo se supera un momento delicado. De esos en los que la economía y el empleo reaccionan como los Mentos con la Coca-Cola. Traían el hambre y era el consuelo a mano cuando llegaron los primeros expatriados cubanos que fueron obligados a abandonar la isla hace un año. Sabían que iba a ser duro. Pero ha resultado ser mucho más de lo que tenían previsto.
Desde octubre, son siete los activistas que ya se han reunido en Miami, aunque serán alrededor de una treintena de los cuarenta y un prisioneros de la Primavera Negra, como se conoce la represión que llevó a cabo el régimen castrista en 2003, los que viajen de forma escalonada de España a EEUU.
No hay comentarios:
Publicar un comentario