El italiano tira la taza al suelo, les grita a todos y se va lleno de rabia a tomarse un café en otra parte.
El francés saca la mosca con dos dedos y se toma el café.
El chino se come la mosca y bota el café.
El ruso se toma el café con la mosca, si no hay cargo extra por la mosca.
El israelí le vende el café al francés y la mosca al chino; se compra una nueva taza de café y con lo que queda, inventa y desarrolla un aparato para evitar que las moscas caigan en los cafés.
El palestino mira su taza y le echa la culpa al judío por la mosca en su café. Protesta ante las Naciones Unidas por el acto de agresion israelí. Toma un préstamo de la Union Europea para comprarse otro cafe y usa ese dinero para comprar explosivos, con los que revienta la cafeteria donde el italiano, el francés, el chino y el ruso tratan de convencer al israelí que él tiene la obligación moral de darle su nueva taza de cafe al palestino.
El francés saca la mosca con dos dedos y se toma el café.
El chino se come la mosca y bota el café.
El ruso se toma el café con la mosca, si no hay cargo extra por la mosca.
El israelí le vende el café al francés y la mosca al chino; se compra una nueva taza de café y con lo que queda, inventa y desarrolla un aparato para evitar que las moscas caigan en los cafés.
El palestino mira su taza y le echa la culpa al judío por la mosca en su café. Protesta ante las Naciones Unidas por el acto de agresion israelí. Toma un préstamo de la Union Europea para comprarse otro cafe y usa ese dinero para comprar explosivos, con los que revienta la cafeteria donde el italiano, el francés, el chino y el ruso tratan de convencer al israelí que él tiene la obligación moral de darle su nueva taza de cafe al palestino.
El español es como el francés, pero más perezoso, y se toma todo el café rotando la taza y a pequeños sorbitos para no tragarse la mosca.
El gringo se toma el café sin enterarse de que le cayó una mosca.
El gringo se toma el café sin enterarse de que le cayó una mosca.
El afro americano se toma la mitad del café antes de reclamar otro quejándose de la discriminación, ya que la mosca cayó precisamente en su taza. Al final se va sin pagar por el café, ni por un sandwich que pidió extra. Y cuando la camarera le dice que no puede hacer eso, contesta: -¡Yes, we can!
El cubano, olvidadizo, mira la mosca en su taza, incrédulo, y luego revienta:
-¡Me c_ _ _ en la madre de Fidel!..... (A menos que sea ñángara, claro.)
-¡Me c_ _ _ en la madre de Fidel!..... (A menos que sea ñángara, claro.)
En tal caso, agradece a la Revolución el café, la mosca y los estudios superiores que le permiten distinguir una mosca de una guazasa
No hay comentarios:
Publicar un comentario