sábado, mayo 28, 2011

Cuba: Las reformas y la empresa pública del neocastrismo ( II )/ Lázaro González

Cuba: Las reformas y la empresa pública del neocastrismo ( II )
Lázaro González/Cubanalisis
“No se puede dar marcha atrás al reloj, pero si se puede darle cuerda nuevamente”
Anónimo
 
“Baño Publico” o “Emprendedora por cuenta propia vs. Pichones”
Foto: Joisy García Martínez
 
De acuerdo con un despacho de EFE, un día después de la publicación del documento contentivo de las reformas económicas aprobadas por el VI Congreso del Partido Comunista Cubano, las opiniones de los cubanos se encuentran entre la apatía y la expectativa. [1]

El documento final denominado “Información sobre el resultado del Debate de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución”, incorpora las modificaciones y contribuciones a los lineamientos originales, resultado de su análisis en diferentes instancias y que concluyó en el Congreso.
 
De los 291 lineamientos originales, solo el 32% (94) no sufrieron cambios, mientras resultaron modificados el 68% (181) y el 6% (16) fueron integrados a otros. Por otro lado se incorporaron 36 nuevos lineamientos para elevar la cifra a 311 (6.9%).

A lo anterior no se le ha prestado la atención que requiere, en tanto revela elementos significativos del complejo proceso de conformación del neocastrismo. En primer lugar denota la necesidad y voluntad política del (los)líder(es) por consensuar el nuevo paradigma social en torno a la opción preestablecida, con sus bases directas (militancia partidista y burocracia política y administrativa) e indirecta con el conjunto de la sociedad.

De hecho el proceso se estructuró en tres etapas (1ra, discusión del proyecto de Lineamientos por todo el “pueblo”; 2da, discusión en las provincias por los delegados al VI Congreso y los invitados; 3ra, discusión por las Comisiones durante el VI Congreso), provocando la catarsis necesaria para conformar consensos, siguiendo una “tormenta de cerebros” dirigida y controlada en todo momento.

Denota asimismo que, siempre y cuando la discusión se mantenga dentro de la nueva entelequia revolucionaria raulista-neocastrista, se permiten los disensos y las contribuciones, como demuestra elocuentemente que solo el 32% de los lineamientos originales no experimentaron modificaciones, algo sin dudas impensable en el coro de focas anónimas de anteriores procesos conducidos por Fidel Castro.

Por otro lado, la propia presentación del documento final por temas precisos y en forma tabulada que facilita su lectura y precisa el objetivo a lograr acordado y su fundamentación (ver debajo), ponen de relieve la estricta organización del equipo que ejecutó el proceso definitivo de los llamados "Lineamientos de la política económica y social del partido y la revolución", que contiene el plan de ajustes para actualizar el modelo socialista de la isla con el objetivo de superar la aguda crisis que arrastra desde hace décadas, y propone varias novedades para la vida de los cubanos.
 
Numero y redacción original
Lineamiento aprobado
Numero actual y fundamentación del cambio
01. El sistema de planificación socialista continuará siendo la vía principal para la dirección de la economía nacional, y a su vez deberá transformarse en sus aspectos metodológicos y organizativos, para dar cabida a las nuevas formas de gestión y de dirección de la economía nacional.
 
El sistema de planificación socialista continuará siendo la vía principal para la dirección de la economía nacional, y debe transformarse en sus aspectos metodológicos, organizativos y de control. La planificación tendrá en cuenta el mercado, influyendo sobre el mismo y considerando sus características.
Al abordar la planificación se precisa el papel que tendrá el mercado, 52 opiniones en 13 provincias.
Se adiciona “y de control” por el debate en el Congreso.
 
02. El modelo de gestión debe reconocer y estimular, además de la empresa estatal socialista, que es la forma principal en la economía nacional, las empresas de capital mixto, las cooperativas, los usufructuarios de tierras, los arrendadores de establecimientos,
los trabajadores por cuenta propia y otras formas que pudieran contribuir a elevar la eficiencia del trabajo social.
 
El modelo de gestión reconoce y promueve, además de la empresa estatal socialista, que es la forma principal en la economía nacional, las modalidades de inversión extranjera previstas en la ley (empresas mixtas, contratos de asociación económica internacional, entre otras), las cooperativas, los agricultores pequeños, los usufructuarios, los arrendatarios, los trabajadores por cuenta propia y otras formas, todas las que, en conjunto, deben contribuir a elevar la eficiencia.
 
Incluye a los agricultores pequeños, atendiendo a 50 opiniones en 10 provincias. Se incluyen las modalidades de inversión extranjera
previstas en la ley. Se mejoró la redacción y se enfatiza que todas las formas deben complementarse
en función de la eficiencia de la
Economía.
 
03. En las nuevas formas de gestión no estatales no se permitirá la concentración de
la propiedad en personas jurídicas o naturales.
 
En las formas de gestión no estatales no se permitirá la concentración de la propiedad en personas jurídicas o naturales.
Se elimina la palabra “nueva”, ya que en la actualidad existen formas de gestión no estatales.
 
 
 
Como era de esperar, la propuesta de “estudiar” una política que facilite a los cubanos residentes en el país viajar al exterior como turistas, y la posibilidad de que puedan comprar y vender automóviles y viviendas a título particular, acaparó la mayor atención, provocando un efecto esperanzador tal y como era la intención del régimen. No importa si la Organización Mundial de Café considera que el café mezclado con chícharos no es café, si podemos hacer turismo y comercializar autos y viviendas.

La firme decisión de no permitir la concentración de la propiedad en personas jurídicas o naturales, al menos en el mediano plazo, con la excepción de los que por poder heredado o asociado están por encima de tales nimiedades formales, constituirá en el futuro mediato un escollo al desarrollo de la iniciativa privada que ya habrá acumulado experiencia y capital para dar nuevos pasos. Será asimismo fuente de todo tipo de ilegalidades.

Y es que los procesos de privatización, particularmente en los casos de reformas fragmentarias como los ocurridos en los países de Europa del Este que siguieron ese curso, tienen la potencialidad de crear una fuerte concentración de la propiedad que generan poderosos grupos de intereses económicos, que en el afán por asegurarse medidas favorables que eviten la competencia, inmovilizan al Estado y ralentizan el desarrollo institucional y democrático del país (Hellman y Schankermann - 2000). De hecho, en Cuba esos grupos de poder económico existen y están encabezados por sus respectivos zares, con la particularidad de que lo han asumido desde el poder político.

El trabajo por cuenta propia, por ahora limitado solamente a 178 ocupaciones, deberá sin dudas expandirse hacia otros segmentos del mercado en la medida en que el mismo se desarrolle. El clima general de “entretenimiento” de los gobernados frente al fuerte ajuste del mercado laboral, está validando el paradigma social del neocastrismo, al punto que no solo se están haciendo inversiones familiares por parte de la emigración, sino que incluso. Como expone la escritora cubana residente en la Isla Wendy Guerra en su crónica “El viaje al revés”, ya algunos emigrados están soñando con regresar a vivir y a hacer negocios en la tierra natal.

El bloguero Joisy García Martínez, que publica desde Cuba, postea una magnifica anécdota Un susto tecnológico”, que ilustra cómo se mueve la sociedad cubana en un nivel tan básico como el de satisfacer las necesidades fisiológicas de primer grado, en tiempos de tormentas reformistas. Las injustificadas y exageradas reacciones de los apremiados por el vientre o la vejiga, ante el precio por cuenta propia fijado por la cuidadora del baño en cuestión, revela la inercia del esquema “pichón” por parte de los “necesitados”, y las oportunidades de cubrir demandas insatisfechas por otro.

Lo cierto es que el baño, además de estar decentemente limpio, ha dejado claro que los precios siguen las relaciones de la oferta y la demanda, incluso ante necesidades tan apremiantes, aunque muchos aun no lo comprendan. Por lo pronto los platanales siguen siendo gratis para la misma función fisiológica, aunque quizás un hijo de buen vecino tenga la iniciativa empresarial de ofrecer el servicio por un precio acorde con la calidad del recinto platanero.  

Mas allá de las anécdotas y la vocación democrática de las fuerzas que se oponen al régimen, lo corroborado es que la única reforma económica valida es aquella que acomete una experimentación deliberada, desde la certeza que el experimento y el error es el único camino cierto para ejecutarla. Lo demás es sustituir deseos por realidades o irresponsabilidades políticas o académicas. Raúl Castro, al igual que los líderes chinos en más de 30 años de reformas, se refiere al proceso en términos imprecisos para los “conceptólogos”: “Actualización del modelo económico cubano”, pero actúa como Deng Xiaoping: “cruzando el río palpando cada piedra”, porque sin dudas, si pudiéramos planificar las reformas, podríamos planificar la economía.

modelo de Harrod-Domar.jpg
Los ansiosos que critican al General-Primer Secretario-Presidente cuando arrojó un jarro de agua helada a la nomenklatura y la población, al alertar que las medidas acordadas tomarían al menos un quinquenio en implementarse (a ritmo de rana hervida), y confían en saltos espectaculares a corto plazo, ya sea con el programa neocastrista de Raúl Castro o con otra alternativa improbable, debieran recordar que las reformas graduales en China condujeran a que más de 80 millones de chinos vivan aun por debajo del índice mundial de la pobreza de un dólar diario (unos 1,300 yuanes) luego de más de 30 años.

LorenzCurve.jpg
Por otra parte, estudios del Instituto de Investigación Económica Nacional de China, han mostrado que la corrupción y el fraude tributario, conjuntamente con el favoritismo en las grandes empresas monopolizadas por el Estado, entre otros elementos, provocan que el 55% de la riqueza sea detentada por menos del 8% de la población.  De hecho el Índice de Gini, que relacionado con la Curva de Lorenz, cuantifica el grado de la distribución de la renta nacional, está muy próximo al nivel de alerta del 0.45 del Banco Mundial. 
 
En cualquier caso, el equipo al mando, sin mas ideología que la mínima necesaria para la conservación y monopolización del poder, es conocedor de las experiencias de muchos países que remontaron los niveles de pobreza y alcanzaron la prosperidad, como Malasia, Hong Kong, Singapur, y en gran medida la propia China, luego de muchos años de experimentar un sostenido crecimiento del ingreso per cápita.
 
Entre otros, el modelo de Harrod-Domar [2] es muy útil dada su fácil compresión, para entender la compleja operatoria del proceso de crecimiento sostenido y sustentable seguido por muchos países, y que de una manera u otra tendrá que seguir el plan de “ajustes” del régimen.
 
Desarrollado de manera independiente por los economistas keynesianos Roy Harrod (inglés) y Evsey D. Domar (norteamericano), examina los factores que determinan el ritmo de crecimiento de la economía nacional, como la tasa de ahorro e inversión, la productividad del capital, la productividad del trabajo y la tasa de crecimiento del trabajo. Conocido también como la tasa natural del ritmo de crecimiento de la oferta de trabajo [3], distingue a los bienes (y servicios) de consumo de los de capital.
 
Pero la oferta de trabajo no se refiere solamente al incremento de la mano de obra como en los maratones “productivos” cubanos, incluyendo las jornadas de trabajo “voluntarias”, o de las horas laboradas al más clásico estilo fidelista de los contingentes, sino que también considera la capacidad productiva de esa fuerza de trabajo. Por consiguiente, el proceso de reordenamiento laboral que impulsa el régimen, ciertamente espaciado por el rechazo que provocó, genera más interrogantes que respuestas satisfactorias.
Porque un crecimiento económico sostenido acompañado de un real pleno empleo, y no aquel que indicaba el presidente anterior desde su despacho, requiere que los bienes y el capital productivo crezcan a igual ritmo. En su momento el profesor Carmelo Mesa-Lago llamó la atención sobre la tasa negativa de creación de capital, lo que recientemente ha sido reconocido por el régimen.
Corroborando lo anterior, el desempleo que llama a resolver Raúl Castro por la vía del crecimiento del trabajo por cuenta propia, la “campesinización” del citadino, y la pequeña empresa, no está causado por el “inflamiento” de las plantillas como quiere hacer ver, sino por la tasa negativa de crecimiento del capital productivo, que determina el alto índice de desempleo estructural que hoy presenta la económica cubana.
En todas las intervenciones del actual jefe de todo, así como en los medios de comunicación que actúan ante todo como propagandistas de la política oficial, no se escatiman esfuerzos para indicar que el ahorro es la principal fuente de ingresos del país. Desde un análisis de una economía de supervivencia puede ser aceptado, pero no desde la perspectiva de un proyecto de desarrollo económico. El crecimiento de los bienes y servicios está indisolublemente asociado al incremento del capital productivo, lo que sólo se consigue sustentablemente por la vía del ahorro, es decir, destinar aquella magnitud necesaria de la renta nacional a ser invertida como capital.
Al margen de otros factores, entre los cuales ocupa un lugar prominente la errática, caprichosa, voluntarista y aleatoria política económica de Fidel Castro durante 48 años, el estado ruinoso y crónico actual de la economía cubana, y de la sociedad en su conjunto, a pesar de los billonarios subsidios y ayudas de la extinta Unión Soviética durante 30 años y la ya prolongada de Hugo Chávez, radica, en última instancia, en que los mismos fueron ahorros exógenos y no endógenos a la economía cubana.
Siendo exponencial la solución al modelo de Harrod-Domar, ello permite, dentro de ciertos rangos, rendimientos constantes en el crecimiento económico. Sin embargo, cuando no se logra verificar que la tasa de incremento del producto se corresponda con la tasa natural, se generan deformaciones estructurales, con pronósticos pesimistas en el largo plazo, tal y como se aprecia en Cuba; a pesar de los equipos de coordinación y apoyo del Comandante, y de los esfuerzos del ministerio de economía y de todo el aparato del partido.
Los autoproclamados marxistas-leninistas, que usurpan monopólicamente el poder en Cuba durante más de 52 años, sólo tomaron de sus maestros, y aplicaron despiadadamente, aquellos elementos que les permitían el control social y les garantizaban el poder incompartido. Porque de hecho, los esquemas de Marx sobre la reproducción ampliada fueron un intento infructuoso de lo que posteriormente explicaría la Frontera de Posibilidades de Producción, más conocidas como FPP.
De aquellos factores considerados por los economistas clásicos como Smith, Ricardo y el propio Marx (tierra-renta, capital-interés, trabajo-salario), hoy se ha pasado a una estructura más compleja, propia de la economía del conocimiento, y que esquemáticamente se pudiera representar como capital estructural, capital físico, capital inmaterial y trabajo físico.
La mejor imagen que describe la gerencia castrista de la economía cubana es la conocida “parábola del cristal roto” de Frederic Bastiat. Tanta ha sido la “sapiencia” económica aplicada al control social mediante la pobreza estructural, que nunca acertaron a vislumbrar los costos de oportunidad lanzados al vertedero nacional creados por ellos mismos.
Por ello nunca comprendieron, y siguen en las mismas, que los recursos y factores con que se cuenta siempre son limitados, por lo que la estructura de la aplicación de los mismos conlleva costos de oportunidades a asumir.
La “Tarea Álvaro Reynoso”, ordenada personalmente por Fidel Castro, que destruyó la industria azucarera cubana, a lo que habría que añadir el impacto social que generó, la destrucción del bosque y la manigua natural cubana por la brigada mecanizada “Ernesto Che Guevara” en la década del  60, la proletarización forzada de buena parte del campo cubano, las construcciones en las dunas de las playas, y un sinfín mas virtualmente imposibles de enumerar, fueron todas evaluadas “cuidadosamente” en la libreta de notas del Comandante de Todo.
El análisis de los factores y recursos y de su posible empleo de que dispuso Cuba, pero sobre todo de los magros con que cuenta hoy, sigue estando ausente en los lineamientos acordados que rigen, al menos públicamente,  el programa socioeconómico del neocastrismo.
En tanto que la capacidad productiva es siempre limitada, cualquier acción destinada a incrementar la producción de medios de consumo, deprimidos en extremo en Cuba, ejercerá un efecto negativo en el volumen de los bienes de capital. De igual manera, la priorización de los factores de capital afectará los bienes de consumo. Esta dinámica dicotomía se resuelve en Cuba de un plumazo, dando una orden desde la oficina correspondiente. Mientras mayor jerarquía disfrute el despacho, más virulento será su efecto.
Y es que el destino de los recursos productivos en Cuba no considera el criterio de optimilidad (Richard Bellman) ni la función de producción (4), por lo que las respuestas a definiciones estratégico-tácticas esenciales como:
·        ¿Qué producir?
·        ¿Cómo producir?
·        ¿Cuánto producir?
·        Fuentes del crecimiento
·        Cambio de técnica
·        Tasas de crecimiento
son determinadas según la visión particular del tomador de decisiones, sin efectuar el más simple análisis socioeconómico y técnico-productivo. Pura inspiración totalitaria.

Sin embargo, el empleo de la función de producción como factor de optimización de alternativas permitiría correlacionar los factores de producción con un volumen de productos. Dicho de otra manera, permitiría determinar la relación óptima factor-producto. Desconozco si, al menos a nivel académico, en Cuba se ejecutan estos análisis.

La función de producción se expresa en la siguiente representación matemática:

X = AF (L, K)
Donde:
·        L: Trabajo
·        K: Capital
·        A: Parámetro especifico
La FPP se representa geométricamente en una curva cóncava hacia el origen, para considerar los variados recursos que un país posee. De lo que se trata, y que aparece analizado en la hoja de ruta del neocastrismo, es lograr la optimización del empleo de esos recursos en la producción de bienes de capital y bienes de consumo. Muchos de los recursos pueden tener aplicaciones en ambas direcciones, pero en una de ellas su empleo será optimo, mientras que en la otra se estarán pagando elevados costos de oportunidad.

Un ejemplo clásico cubano es la agroindustria cañera. Las tierras permiten sembrar diferentes cultivos de acuerdo a su micro-localización, que les confieren variables químicas particulares en la composición del suelo, y de temperatura, iluminación natural y humedad. Luego, esa tierra se puede destinar a criar ganado o productos agrícolas para la alimentación humana directamente, o se pueden construir obras de infraestructura o viviendas, etc.

En el caso que se decida cultivar caña de azúcar, su producción final puede adquirir la variante de producto terminado azúcar, que es un alimento humano, y como producciones secundarias alcohol refinado, alimento animal, e incluso destinar los residuos finales de la planta (bagazo) a generar energía eléctrica en las propias fábricas azucareras. Otra variante, entre muchas otras, seria priorizar la producción de alcoholes de uso automotriz, tableros de bagazo para uso industrial, y biopreparados, minimizando la producción de azúcar. 

Este tipo de estudio de optimización de los recursos y su función productiva siguiendo la curva de la demanda estructurada del mercado, es una tarea pendiente por parte de las instituciones y economistas cubanos.

Mientras mayor sea la diversificación del empleo de los recursos productivos de un país, la derivada de la curva FPP en cualquier punto de la misma se acercará proporcionalmente a cero. Por el contrario, mientras menor sea la diversificación, como es el caso cubano, la misma tenderá al valor máximo de 1.

Por consiguiente, el incremento de la capacidad productiva se verifica en el crecimiento económico y se expresa en la expansión de la FPP. Pero, a su vez, no es posible un crecimiento en iguales proporciones para los bienes de capital y de consumo, en tanto el destino final de estos últimos se agota en sí mismo en el acto de consumo, mientras que los bienes de capital permiten crear tanto bienes de capital como de consumo.

La clave es determinar fundamentadamente las proporciones adecuadas entre ambos, para luego reflejarlas adecuadamente en la política económica del gobierno, y no como ha sucedido en Cuba, y continúa ocurriendo en el caso de los “lineamientos”, cuando se fija primero la política económica y su fundamentación es asunto sin importancia.

La siguiente grafica muestra la FPP de tres países -P, M y R- en el año 2000. Para el 2010 han experimentado significativos crecimientos, pero para el país R, que ha priorizado la expansión de la capacidad productiva de sus bienes de capital, el ritmo ha sido significativamente superior. Graficas (5)
 
frontera2.jpg (17508 bytes)
 
Por otro lado, cuando las condiciones técnico-productivas son paupérrimas o notablemente deterioradas o obsoletas, como es el caso cubano, las políticas sociales suelen tener supremacía sobre la racionalidad económica (incluso por razones populistas y de sostenimiento del paradigma social), tendiendo a priorizar la producción de bienes de consumo en detrimento de los de bienes de capital que les permitiría expandir su frontera productiva y, por ende, dinamizar el crecimiento y el desarrollo socioeconómico integral, tal y como se muestra en la grafica siguiente: 
frontera3.jpg (12034 bytes) 
Donde:
·        P: País pobre
·        R: País rico

Sintéticamente expresado, es por ello que todas las teorías del subdesarrollo, muy en boga a partir de los años 60, fracasaron en explicar las causas reales del mismo y, por consiguiente, en definir las coordenadas del progreso socioeconómico.
El anterior paréntesis ha sido necesario por cuanto existe un vacío conceptual que explique las causas del actual estado de empobrecimiento crónico de Cuba, tanto desde las posiciones del gobierno, recientemente anunciadas, como desde los que sostienen otras posiciones en este asunto.
Ni el castrismo fidelista, populista y populachero, ni el neocastrismo raulista, vulgarmente gradualista y anti-shock, no por convicción sino por temor, tienen respuestas precisas y convincentes a nivel popular, viables y factibles conceptualmente, sobre cómo revertir la situación actual y encauzar a la sufrida Cuba por el sendero de la riqueza y la prosperidad social.
Sobre las semejanzas y diferencias entre los modelos de gestión de Castro I y de Castro II se han referido en extenso analistas, medios de comunicación, opositores, población y, de cierta forma, hasta las propias “correas de transmisión” del régimen, incluyendo a los escribanos del primero, que insertan sus “parrafadas” convenientemente orientadas en sustitución de las “reflexiones” que escriben.
Sin embargo hay un aspecto de notable importancia que no ha sido considerado. A pesar que los generales comunican sus instrucciones mediante órdenes de obligatorio cumplimiento, se observa que, por primera vez en los más de 52 años de existencia del régimen, una inflexión en el modelo de gestión voluntarista de la economía lo va acercando lenta y gradualmente al establecimiento de métodos y procedimientos propios de la política económica.
Expresado de otra manera, si anteriormente no se puede encontrar una Política Económica con mayúsculas, hoy el estado comienza a sustituir la voluntad económica mandataria por un conjunto de medidas conductuales que influyen mediante leyes, regulaciones, impuestos, licencias, etc., que actuando a través de estímulos de naturaleza eminentemente económica, y no prioritariamente extraeconómicos como ocurría anteriormente, conducen a la modificación de las conductas de los sujetos económicos con vistas a alcanzar los objetivos propuestos. 
El estado mayor estratégico del neocastrismo tiene una elevada presencia de uniformados, pero es aun mayor su vocación y operatoria militar. De hecho, todo el proceso se halla enmarcado en lo que se ha dado en llamar Operación Caiguarán, que ha transitado con éxitos indudables de una fase a otra hasta llegar a la actual, que debe ser la penúltima antes de la sucesión generacional que la concluirá.
Fieles a esa vocación, la transición transcurre en un mapa de guerra donde se plotean los avances y retrocesos de las diferentes batallas y frentes que conforman el conflicto. Profundos conocedores de la importancia de conquistar esa cota que decide el curso de una batalla o el avance victorioso de un frente, aplican a plenitud a Pareto, prestándole toda la atención a aquel 20% que decide el curso de la guerra, y relegando a un segundo nivel de atención el 80% de los objetivos no estratégicos.
Y la aplicación de la doctrina militar de la guerra de todo el pueblo, desde la supervivencia al desarrollo socioeconómico, es el principal escollo que presenta la voluntad económica del actual jefe de todo para articular una política económica integrada, factible y viable. En cualquier caso el general debe percibir que ello será un objetivo a alcanzar por el estado mayor en proceso sucesorio, en tanto su única misión es ganar esta guerra. La otra, es de los “otros”.
Los objetivos generales de toda política económica deben proponerse ante todo asegurar un clima social de igualdad, libertad, justicia e independencia, pero ellos, como es natural, no están en la agenda del régimen.
Con la excepción de la alerta de Raúl Castro que el programa acordado requeriría al menos un quinquenio para ser implementado, no existe, como es natural en el habitual secretismo conspirador, otra referencia temporal sobre el cumplimiento de cada objetivo. Ello impide, como es el objetivo premeditado, evaluar su evolución periódica.
Y no es meramente curiosidad académica, sino que los objetivos a corto plazo se remiten a temas de alta sensibilidad popular y de significativa importancia en la dinámica de todo el sistema socioeconómico, y que pueden dar al traste con la mejor elaborada política económica, como las bombas de tiempo que constituyen para el régimen el control del desempleo y el subempleo y los deprimentes ingresos asociados, así como la inflación, que ya va siendo galopante, por las decisiones en materia de precios del gobierno y la eliminación de numerosos subsidios a productos de primera necesidad, e igualmente por la exposición de los mismos a las dinámicas ofertas-demandas.
Lo que podemos definir como la situación actual en Cuba, que sería coyuntural en otros países, es estructural por sus causas y crónica por su dinámica, sin dejar de ser una emergencia a atender en cada una de sus manifestaciones diarias. Toda la isla es un cuartel de bomberos 24 horas diarias los 7 días de la semana, sofocando solo los incendios de mayores potenciales destructivos.
Luego, aquellos objetivos de la política económica que requieren plazos de tiempo en ocasiones considerables para concretarlos, están en serio peligro de ser desplazados por las urgencias diarias.
El equilibrio del sector externo de la economía, incluyendo la balanza de pagos y las soluciones que abran las puertas al imprescindible financiamiento externo no solo en forma de las previstas inversiones directas, la solución del desempleo estructural, y la definitiva creación y estabilización de un mercado laboral, así como las políticas de precios coherentes y no la imposición o liberalización arbitraria y sin fundamentación de los mismos, como está ocurriendo en estos precisos momentos.
Pero igualmente importantes son la estabilidad del ciclo económico que reduzca la influencia, en muchas ocasiones catastrófica, de los impactos negativos de la economía global, una adecuada distribución de la renta nacional, y en definitiva el crecimiento y desarrollo socioeconómico sostenido que genera riqueza, prosperidad y bienestar a la nación y a sus ciudadanos, en virtud de haber logrado que los estímulos a aquellos sectores de mayor potencialidad hayan sido concretados.
¿Está en condiciones el neocastrismo raulista de cumplir con los objetivos que él mismo se ha fijado? No
¿Puede el neocastrismo sucesorio llevar a vías de hecho esa gigantesca tarea de reformular todas las coordenadas y conducir a la nación cubana a la prosperidad y el bienestar? No.
¿Sucumbirá el proyecto neocastrista al fracasar en los dos retos que inexorablemente tiene que enfrentar? No.
(continuará)
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Notas:

(1) Para Roberto Góngora, de 67 años, hay que esperar a ver cómo se desarrolla el "proceso" de implementación de esos "lineamientos", porque ahí se puede "trabar el paraguas" y lo que más le interesa como cubano, dijo a Efe, de la nueva política es lo con el trabajo privado porque es "lo más novedoso".

En opinión de Gustavo, de 42 años, quien tiene una licencia para trabajar en el sector privado como "gestor de viajes", existe "mucha contradicción" entre los discursos de Raúl Castro y la aplicación de sus políticas.

Su opinión es que es "urgente" sindicalizar a los "cuentapropistas", eliminar "obstáculos" y que, como ha advertido Castro en sus últimas intervenciones, el PCC y el Gobierno logren eliminar los "estigmas" que hay sobre ellos.

Ulises, otro trabajador privado de 44 años, opinó que más importante que divulgar las reformas, es que se cumplan las leyes propuestas por Raúl Castro porque hay funcionarios e instituciones que hacen "totalmente lo contrario".

Fuera de los temas relacionados con el sector privado, las novedades sobre los créditos a particulares, la compra y venta de automóviles o viviendas, y la futura política de "cubanos turistas" despiertan el mayor interés.

"Ya nos toca. Que abran agencias de viaje y que lo haga el que pueda", dijo a Efe Yurian, de 33 años, aunque dice no tener dinero para comprar un pasaje aunque ahora mismo levantaran las restricciones.

Según declaró a Efe, a Alexander, de 27 años, no le importa ningún punto del plan, salvo el de la política de viajes, que podría cambiar su vida porque, dijo, su hija de seis años vive en España y nunca ha podido visitarla ya que el Gobierno cubano le niega el Permiso de Viaje al Exterior (PVE) por no haber cumplido con su "servicio social" tras graduarse en la universidad.

Por su parte, el economista disidente Óscar Espinosa ve en el documento definitivo algunos "progresos" aunque todavía "están muy lejos de lo que necesita el país".

Valora que, por primera vez en cincuenta años, se abra la posibilidad de los viajes al extranjero o que se autorice la compraventa de automóviles y viviendas entre particulares.

Sin embargo, "habrá que esperar" a ver cómo se concretan esas medidas en las leyes y normativas correspondientes sobre todo en el caso de los viajes, un asunto que según Espinosa "no es fácil" porque puede provocar que muchos más cubanos abandonen el país.

En cualquier caso, opina que a pesar de esos tímidos avances aún perviven muchos "dogmas" y "ataduras" para mantener un sistema económico sustentado en la "planificación centralizada".

(2) La principal crítica al modelo de Harrod-Domar proviene de que el mismo no es compatible con la teoría de la productividad marginal, así como con funciones distributivas de la renta.

(3) Por oferta de trabajo se entiende aquí no sólo el aumento del número de trabajadores, o de horas que están dispuestos a trabajar, sino también al aumento de su capacidad productiva y de su productividad. En otras palabras, es la tasa de crecimiento de la población activa más la tasa de crecimiento de la productividad del trabajo.

(4) Medianero Burga, David: La función de producción y la medición de productividad

(5) Ibidem.

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