A los 17 años, pensando que nadie emplearía a alguien que no sabía escribir su nombre, puso su propio negocio.
Más allá de toda previsión, su negocio tuvo muchísimo éxito.
Comenzó a vivir una doble vida: una, la del triunfante hombre de negocios que le daba trabajo a cuarenta personas. La otra, la del hombre torturado por la ceguera cultural.
Dislexia
Comenzó cuando niño, vendiendo ropa de segunda mano en Liverpool y el noroeste de Inglaterra.
La madre comenzó a llevarlo a los mercados donde ella trabajaba para que realizara pequeñas tareas y ganara así algo de dinero, porque debía alimentar a cinco hijos y mantener a un marido alcohólico.
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