MARTA COLOMINA/EL UNIVERSAL -
No hay experto petrolero que olvide señalar con dolor la ruina en que Chávez ha convertido a Pdvsa. A nueve años del paro petrolero es inaceptable seguir achacándole los graves males de la industria, tales como la obsolescencia tecnológica acelerada por la falta de mantenimiento e inversiones; el crecimiento insostenible de su nómina carente de calificación; la persistente caída de la producción; su enorme endeudamiento; la gigantesca corrupción no castigada y, por ello, reiterada (del asalto a las cooperativas controladas por familiares de directivos de Pdvsa, al maletín de Antonini, de éste al escándalo de Pudreval y ahora a la gran estafa de las pensiones de jubilados y trabajadores de Pdvsa). No olvidemos la pérdida de soberanía, contraria a la falsa prédica revolucionaria con la cual se pretende tapar la podredumbre e ineficacia de nuestra principal fuente de divisas.
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