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Las nuevas guerras cibernéticas del neocastrismo
Eugenio Yáñez/ Cubanálisis-El Think-Tank
Para quien guste de las versiones heroicas o las películas de James Bond, creer que un video de una conferencia a altos oficiales del Ministerio del Interior cubano sobre las nuevas tecnologías de información y las redes sociales, realizada a mediados del año pasado, puede conocerse ahora gracias a supuestos duendes libertarios que lograron sustraerlo para darlo a conocer al mundo, es gratificante y entretenido.
Sin embargo, si vamos a pensar en cómo funcionan muchos de estos eventos en términos de realpolitik y trabajo operativo secreto, no puede descartarse que haya sido filtrada precisamente por el aparato, con intenciones nada inocentes.
Los que quieran jugar a Wikileaks para interpretar esta situación pueden hacerlo, pero no deberían olvidar que al eventual Julian Assange cubano que sorprendieran en un jueguito de tal naturaleza de seguro no lo van a acusar de sexo sin condón ni le van a fijar fianza para que pueda dormir en su casa. Porque se trata de Cuba, no de Inglaterra.
¿Paranoia de nuestra parte? Tal vez. Aunque en análisis de este tipo resulta mucha más virtud la contingente paranoia que los pecados mortales de ingenuidad o ignorancia que atenazan a tantos cuando comentan temas cubanos. Sobre todo cuando, con mentalidad de estrategas políticos del Parque del Dominó, pretenden analizar al régimen y su élite segurosa como una colección de idiotas, para quienes la represión se reduce al golpe y la gritería, como si se tratara de un vulgar servicio de inteligencia militar en una república bananera de América Latina o África.
Para quienes no se hayan enterado a estas alturas, el conferencista en el video exhibido en Internet, del cual ya se ha podido conocer su nombre y algunos datos generales de su perfil –lo cual no tiene la más mínima importancia en este análisis- no es un “agente”, sino un oficial de la seguridad especializado en las modernas tecnologías y redes sociales. No es lo mismo un agente que un oficial, pero éste no es lugar ni momento para explicarlo ahora.
Y tal vez con la rápida “identificación” del conferencista, los tan famosos ciber-contra-policías que pululan en la red le pueden haber hecho un gran favor a ese señor, pues tras haber sido “quemado” tan abiertamente podría solicitar que le asignaran sin demora una nueva vivienda en un barrio menos “conflictivo” o “peligroso” que San Miguel del Padrón, digamos Miramar o Nuevo Vedado, no Guanabacoa ni Arroyo Naranjo.
Tampoco la conferencia es una actividad de “los órganos de inteligencia” del régimen, sino de los órganos de contra-inteligencia, que no es lo mismo, aunque en idioma inglés todas estas actividades se identifiquen genéricamente como temas de “inteligencia”, y mucha prensa en español traduzca literalmente el embrollo sin detenerse a pensar. ¿Para qué pensar? Pero tampoco es éste ni momento ni lugar para dilucidar estos asuntos.
La conferencia fue video-grabada en un salón del Ministerio del Interior, con todas las reglas de seguridad establecidas para estos casos. Los camarógrafos no son free-lancers contratados el día anterior, ni cuentapropistas, sino segurosos confiables de la dirección técnica del aparato, que son sometidos a rigurosos controles y verificaciones continuos, y que con toda seguridad han filmado anteriormente bastantes eventos de este tipo, pero mucho más complejos y secretos que la conferencia de marras.
Por otra parte, esos videos no se guardan en la mochila para verlos en la casa cuando un recluta sale de pase, sino se mantienen convenientemente controlados en diversos locales sometidos a las reglas del trabajo operativo secreto, y para acceder a ellos hay que seguir numerosos controles.
Hoy en día, con las modernas tecnologías, es verdad que un video como ese que habría sido supuestamente “filtrado” por un James Bond tropical puede pasarse a un flash-drive y sacarse en un bolsillo, si alguien se decide a correr el riesgo y, además, se dan las condiciones para hacerlo. ¿Imposible? No.
Pero de ahí a aceptar esa única versión heroica como la fuente de tal video hay un gran trecho. Y quien intente una aventura de ese tipo debería saber, antes de hacerlo, que más temprano que tarde la pista llegará hasta él o ella, y que las consecuencias no van a ser nada convenientes para su salud.
Sin embargo, también vale preguntarse: ¿por qué este video habría sido filtrado intencionalmente por el aparato de seguridad cubano?
Varias razones podrían explicarlo:
· En primer lugar, hay un mensaje muy claro: hacer saber a los eventuales contestatarios en el ciberespacio que “Big Brother” no solamente los vigila, sino que sabe como operan o pretenden operar
· En segundo lugar, decirles que si piensan que con estas cosas escapan al control, deben saber que no pueden: quizás su mensaje electrónico no pueda ser controlado en algún momento, pero bastaría con saber que comunican con “el enemigo” para operar contra ellos
· Y en tercer lugar, plantearles que si creen que los americanos son “los bárbaros que se las saben todas”, deberían enterarse de una vez por todas que también los que vigilan saben lo suficiente para enfrentarlos a ambos, y derrotarlos.
El conferencista del video presenta las cosas como si todo fuera el maligno designio del “enemigo imperialista”, cuando no se trata más que de natural evolución de la tecnología en la sociedad de la información, pero ello no se debe, como creen y enseguida declaran los ingenuos, a una supuesta ignorancia de los represores, sino al muy serio enfoque que realizan de la “situación operativa”.
Al fin y al cabo, para ellos la libertad de información no es un derecho humano básico, sino “una maniobra imperialista contra el poder del pueblo y para destruir a la revolución”. Por consiguiente, no logran ver las redes sociales como lo que realmente son, sino como redes ideológicas únicamente. En definitiva, para ellos “la historia de la humanidad hasta nuestros días es la historia de la lucha de clases”, como enseña el Manifiesto Comunista. Y si las redes son ideológicas, entonces son y tienen que ser parte de “la batalla”.
Por ello, el conferencista señala que toda esta estrategia comenzó en tiempos de George W Bush en el 2008 y se ha incrementado con Barack Obama posteriormente. En su paranoico esquema mental, los represores juegan con el “efecto Pigmalión”, la profecía autorrealizada. Tanto lo anuncian, y después lo “analizan”, que llegan a “demostrarlo”.
Si pudieran entender que la revolución tecnológica contemporánea coincide en el tiempo con la decadencia total del régimen, entrampado en un absoluto fracaso, y sin estrategias de modernización, no estarían actualmente dentro del aparato de la seguridad cubana, sino formando parte de la disidencia, el exilio, los indiferentes, los silenciosos, o la larga lista de prisioneros políticos o fusilados.
Pero su relativa incultura política no equivale a incompetencia o ineptitud para el desarrollo del trabajo operativo secreto, como afirman quienes siguen considerando al aparato represivo cubano como una cohorte de incapaces o inmorales, sin motivaciones ideológicas. Por el contrario, han demostrado ser altamente sofisticados y efectivos.
Los altos mandos represivos saben que ya no tiene sentido ni razón pintar letreros contra el régimen en baños públicos, o reproducir llamamientos en mimeógrafo, cuando un blog, o un mensaje en twitter o facebook globalizan la información en segundos, de manera que las salvajadas de las brigadas de respuesta rápida contra las Damas de Blanco se ven en Australia o Noruega casi en tiempo real.
Dice el conferencista en el video que “el enemigo” incluye a los bloggers como categoría específica de la “contrarrevolución”, pero hay muchos que no se han dado cuenta de que en realidad es todo lo contrario: es el régimen totalitario quien los tiene que definir como “contrarrevolucionarios”, y se preocupa bastante, porque todavía no tiene la capacidad efectiva de controlarlos totalmente.
Por eso es que el video “filtrado” envía el mensaje muy claramente a blogueros actuando o en ciernes: los consideramos contrarrevolucionarios, y actuaremos en consecuencia.
Si los jenízaros del régimen fueran un poco más ecuánimes y menos emocionalmente obcecados en sus análisis podrían comprender que una parte de esos blogueros, lamentablemente, escriben continuamente tantas barrabasadas, que en vez de pretender silenciarlos o destruirlos tal vez deberían estimularlos a que continuaran por ese camino, pero quizás eso sería mucho pedirle al aparato. Su sofisticación no llega a tanto.
¿Por qué precisamente es ahora, en estos momentos, que se “filtra” ese video, que fue grabado aparentemente a mediados del año 2010? Curiosamente, cuando se anuncia que el norteamericano Alan Gross, detenido en Cuba desde hace catorce meses, será sometido a juicio y la fiscalía solicita veinte años de prisión. Y el señor Gross propiciaba el desarrollo de la internet y las redes sociales entre los cubanos.
Mientras los tunecinos despidieron al dictador Ben Alí, y cuando los egipcios intentan lo mismo con Hosni Mubarak, aunque en este caso no les ha resultado tan fácil, a pesar de los alborotos de El País en España, mientras yemenitas, marroquíes, jordanos, argelinos y sirios pretenden hacer lo mismo, las alarmas ya estaban activadas en Punto Uno y La Rinconada.
Sin embargo, no se dispararon ahora por temor a la eventualidad de un casi imposible “efecto contagio” en una Cuba sin árabes ni musulmanes, pues ya lo estaban desde mucho antes, porque el régimen sabe que las brutales medidas económicas de choque que está imponiendo para tratar de evitar el evidente naufragio pueden desencadenar en Cuba un huracán categoría cinco, de incalculables consecuencias.
Cuba no es un país propicio para que un Muhammad Al Bouazizi cubano vaya a decidir incinerarse en protesta por cualquier arbitrariedad policial, pero si en un ómnibus repleto de pasajeros en La Habana una mujer se queja de que “este tipo” que está a su lado la está “jamoneando”, un policía que viaja en el ómnibus decide intervenir, y hay un forcejeo o un galletazo, nadie sabe como puede terminar un incidente como ese.
De ese detonante, equivalente a un Timisoara tropical (la pequeña aldea rumana donde se desencadenó la caída de Ceasescu al tratar de detener al cura de la iglesia), podría quizás derivar hasta un verdadero “maleconazo”, más complejo e imprevisible que las versiones fantasiosas del de 1994 que cuentan algunos en Miami, porque la distancia y tiempo entre detonante y explosión en las actuales condiciones es insignificante.
No es que el régimen se preocupe seriamente por un peregrino llamado twittero desde la comodidad de la vieja Europa para que se produzca un levantamiento popular en Cuba, como pueden pensar algunos que definen el mundo a partir de su propio ombligo, pero sí le preocupa en serio que el eventual galletazo en la guagua y el tumulto posterior que se desate se puedan conocer en Vladivostok, Campinas, Constantine, Bamako, Colombo, Boston, Barcelona, San Pedro de Sula o Jatinonico en cuestión de minutos.
Porque de todas las tonterías que escribió Mao Zedong durante muchos años, quizás la más trascendente en estos momentos, al menos para la situación de Cuba, es que “una chispa puede incendiar toda la pradera”.
Por eso, lo que para casi todo el mundo sería no mucho más que una simple noticia sin demasiada importancia (una bronca en la guagua), para el régimen es un parte de guerra, guerra para la cual se ha preparado concienzudamente, y ya ha situado todas sus tropas en el ciberteatro de operaciones militares y trabajo operativo, desde la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI) hasta cientos de blogueros y twitteros a su servicio dispersos por todo el país y en el extranjero.
No puede subestimarse al régimen en la guerra mediática, para la que siempre dispone de todos los recursos necesarios: ha logrado ganar la batalla de la opinión mundial contra “el criminal bloqueo imperialista”, y en estos momentos avanza significativamente en la otra batalla por la excarcelación de los cinco espías de la Red Avispa, disfrazados de héroes anti-terroristas. Aunque esta fría evaluación no resulte demasiado simpática a algunas personas.
Naturalmente, los altos oficiales que recibieron la conferencia no necesariamente deberán twittear o colgar posts en diferentes blogs, pero tienen que saber claramente que cualquier imberbe en cualquier momento con un teléfono celular puede ser hoy más dañino para el régimen que alguien que se enfrente a puñetazos con un represor de las brigadas de respuesta rápida.
Y aunque ellos directamente hace tiempo que no detienen personalmente a nadie, pues las estrellas en sus charreteras demuestran que todos son altos oficiales, algo así como la flor y nata de la contra-inteligencia cubana, están obligados a estar bien informados sobre las fuerzas, medios y recursos “del enemigo”, para poder dirigir a sus subordinados en la dirección correcta.
La “situación operativa” es muy compleja para el régimen en estos momentos:
§ Las medidas de ajuste económico tienen alto contenido explosivo y repercuten muy fuertemente en las posibilidades de subsistencia de la población, principalmente por el despido masivo de medio millón de trabajadores en tres meses, y otro más de medio millón en la cola, esperando, así como por la virtual eliminación de la libreta de abastecimientos
§ La relativa liberalización de las remesas desde Estados Unidos, que fue autorizada recientemente, se convierte en poderosa herramienta en manos de muchos cubanos que no tendrían que depender del régimen para subsistir
§ La corrupción generalizada a lo largo y ancho de todo el aparato de poder es cada vez más conocida y repudiada por la población
§ El aparato productivo está totalmente colapsado, las reservas financieras y el crédito disponible son raquíticos, aunque recientemente aparecieron “milagrosamente” 500 millones de dólares en efectivo para pagar a los italianos por su parte de acciones y lograr el control total de la compañía de telecomunicaciones ETECSA, porque el régimen considera las comunicaciones como factor estratégico de mantenimiento y conservación del poder
§ Los cubanos no sienten demasiada motivación ni confianza con relación a un régimen que promete demasiado y cumple poco, y continúan viendo en la salida definitiva del país, por cualquier medio, la vía de escape más expedita y confiable
§ Las posibilidades inmediatas o a mediano plazo de una distensión con Estados Unidos acaban de irse al piso con el anuncio del próximo juicio al norteamericano Alan Gross y la petición fiscal de veinte años de cárcel, maniobra más propia de Fidel Castro que del neocastrismo
§ La situación y estabilidad de Hugo Chávez en Venezuela, principal sostén económico del régimen, es cada vez más compleja y confusa, y existe el peligro latente de quedarse “colgados de la brocha” en cualquier momento si un gobierno alternativo en Venezuela decidiera retirar la escalera.
Con tan sombrías perspectivas, y una gerontocracia en el poder con más de setenta años de edad y cincuenta en ejercicio del totalitarismo, con resultados reales absolutamente desastrosos y una ineptitud colosal, e incapaz generacionalmente de entender el potencial de las nuevas tecnologías y las redes sociales, un solo post en un blog fuera de control, o un simple mensaje en twitter, a pesar de que se limite a 140 caracteres, son vistos como una amenaza demasiado peligrosa.
Y este enfoque del acontecimiento del video de la conferencia que ahora puede conocerse parece ser mucho más realista que cualquier versión demasiado romántica o heroica de un wikileaks cubano, con un suicida tropical filtrando tal video a riesgo de su vida y de su seguridad personal.
Los excesivamente románticos no necesitan aceptar esta versión nuestra: tienen todo su derecho a continuar soñando y jugando video-juegos. Al fin y al cabo, la realpolitik no debería ser ampliamente reconocida y aceptada: si lo fuera, muchos blogs y páginas web sobre Cuba sobrarían.
Quienes discrepen seriamente de este análisis están invitados desde siempre a expresar sus puntos de vista diferentes en estas mismas páginas, respetuosa y profesionalmente.
No nos consideramos iluminados. Sencillamente, pretendemos establecer una diferencia entre reproducir noticias y analizar información.
Nada más.
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