Mijail Gorbachov junto a Angela Merkel. | AP
Rosalía Sánchez | Berlín
En Rusia se asocia la figura de Gorbachov con la campaña anti alcohol, con los estantes vacíos en los comercios y con el desplome de la URSS. En occidente, sin embargo, es considerado uno de los personajes históricos fundamentales del siglo XX y, concretamente en Berlín, es venerado como una especie de santo de la libertad.
Por eso su 80 cumpleaños, a punto de cumplirse, se celebra por todo lo alto y con la intención de rendir un último gran homenaje en vida a su papel en la caída del Muro de Berlín, que los alemanes no terminarán de agradecer nunca y que sirve de referente ideal en estos días en que otros sistemas totalitarios buscan cómo realizar una transición hacia la democracia desde dentro y en armonía.
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