lunes, enero 24, 2011

Para Granma y otras desgracias del periodismo fascista/ Espinaxiones

A mis amiguitos del Granma y otras epidemias de la propaganda goebbliana kaxtrizta

Imagino que les resultara muy interesante leer (sin que nadie sepa el asco que se tienen todos ustedes unos a los otros y hasta el desprecio que se tienen ustedes mismos) estos cables de Kaos y Wikileaks que he recopilado para ustedes para que sepan que siempre los quiero bien:

-Uno del super espia David Orrio contra Noel Manzanares (record guinness del desprecio y el asco, Noel digo, aunque tambien el delator anticubano Orrio)
-Otro sobre la galopante y tan conocida por todos corrupción de los puros dirigentes y funcionarios cubanos de todos los niveles. “Seremos como el Che”, “El Futuro es Nuestro”, “Volveran”
-Otro sobre los exitos de la extorsion, el chantaje y el soborno contra la alta jerarquia de la Iglesia Catolica

Aquí les va:

Sobre "Cuba,BBC y el caso Mazorra"
Manuel David Orrio replica a Noel Manzanares respecto a afirmaciones de éste contenidas en el artículo "Cuba,BBC y el caso Mazorra"
Manuel David Orrio | Para Kaos en la Red | 22-1-2011 a las 7:37 | 544 lecturas | 42 comentarios
    La Habana, 11/01/22.- Acuso recibo del artículo del Sr. Noel Manzanares Blanco que bajo el título “Cuba, BBC y el caso Mazorra” (1) fue publicado en Kaos en la Red este 20 de enero. En el mismo, el autor   llama MENTIRA al que, en comentario mío sobre ese ejercicio, aludo al silencio de la prensa cubana sobre lo  acaecido hace más de un año en el Hospital Psiquiátrico de La Habana (Mazorra) y lo nombro como lo considero: bochorno para un sistema de medios de comunicación social  que se autonombra revolucionario.
  Harto conocido es que, como   secuela de dichos sucesos, hubo al menos 26 fallecidos, según NOTA OFICIAL publicada por la prensa criolla, en la cual se afirmó que el Ministerio de Salud Pública identificó la no adopción de medidas oportunas—léase preventivas—y que los principales responsables por esas muertes serían juzgados por los tribunales (2).
  Sabido es, además, que el diario Granma publicó el pasado 17 un escueto despacho donde se anunció que ese día se inició la vista del juicio oral contra los “principales implicados en el lamentable fallecimiento de pacientes, el pasado año, en el Hospital Psiquiátrico de La Habana… Como le fuera informado a nuestra población en ‘Nota Oficial del Ministerio de Salud Pública’, las autoridades crearon una comisión investigadora y los principales responsables comparecen ante el tribunal…Una vez concluido el proceso judicial se harán públicos sus resultados.” (3)
  Hasta aquí, toda la información publicada DURANTE UN AÑO por la prensa cubana sobre lo que el corresponsal de BBC en Cuba, Fernando Ravsberg, llamó “el crimen de Mazorra” (4). O sea, una nota oficial y un despacho informativo sobre la apertura a vista oral de un juicio, ni siquiera su cobertura sobre el terreno. Tales son los hechos concretos sobre los cuales el Sr. Manzanares se fundamenta para de hecho llamarme nada menos que MENTIROSO.
  El Código de Ética de la Unión de Periodistas de Cuba estipula en varios de sus artículos que “El periodista tiene el deber de informar y expresar sus criterios con veracidad, agilidad y precisión...tiene derecho a obtener toda aquella información de utilidad pública, así como a realizar las acciones necesarias a ese fin...debe enfrentarse a aquellos actos de entidades o personas que obstaculicen el acceso a la información de utilidad pública o constituyan presiones que limiten en cualquier forma el cumplimiento de su deber profe­sional y social… El periodista debe acudir a más de una fuente con el fin de lograr una información veraz y lo más completa posible” (5).
  Tales preceptos me parecen inspirados en estas hermosas palabras de José Martí: “La prensa no es aprobación bondadosa ni ira insultante; es examen, estudio, proposición, consejo”.
  Por lo tanto, formulo algunas preguntas, pues ha de quedar bien claro que no me interesa polemizar   con el Sr. Manzanares, sino sólo ejercer mi derecho a réplica.
  Si no caben dudas sobre el impacto que en la sensible y solidaria población de Cuba tuvo el saber por la vía que fuere sobre lo acontecido en Mazorra, ¿ha actuado la prensa criolla en la dirección de realizar cuanto fuera necesario para “informar con veracidad, agilidad y precisión”, se ha enfrentado a aquellos que en algún momento le hubieren obstaculizado el “acceso a la información de utilidad pública”, ha acudido a “más de una fuente con el fin de lograr una información veraz y lo más completa posible”?
  Lo triste, lo más triste y omisión observable en los escritos del   Sr. Manzanares sobre el   “caso Mazorra”, es que la prensa cubana incurrió por milésima vez en algo que he criticado a diestras y siniestras en foros gremiales, artículos publicados y   entrevistas que se me han realizado: una vez más, váyase a saber por cuáles motivos, los medios de difusión criollos se dejaron “robar la primicia” por periodistas extranjeros de cuya profesionalidad no dudo, o hasta por mercenarios de la calaña de Elizardo Sánchez Santacruz, quien además de connotado contrarrevolucionario, fue desenmascarado como doble agente por la Seguridad del Estado de Cuba. Una vez más, repito, la PRIMERA información sobre un suceso cubano de índole cualquiera no nace desde donde DEBE NACER: la prensa revolucionaria y los periodistas revolucionarios.
  No se olvide: quien primero dio a conocer a la opinión pública cuanto acontecía en Mazorra fue Sánchez Santacruz, UN DÍA ANTES de que fuera difundida la NOTA OFICIAL del Ministerio de Salud Pública, y mediante un despacho de Reuters que le cita como fuente (6), aunque en el “mundo real” cuanto pasaba trascendía los límites del conocido hospital psiquiátrico. Ravsberg, en su artículo “…las verdades que se callan…”, expresó que    “Se trata de más de 30 cubanos asesinados por especuladores sin alma, pero lo más grave es que ocurrió bajo la mirada de los vecinos del barrio, del personal médico, de los líderes sindicales y de los militantes del partido y la juventud comunistas.” (7)
  Me consta personalmente, sobre el terreno, la veracidad de lo apuntado por el corresponsal de la BBC, quien  también se anticipó con su denunciador ejercicio  a la nota donde se informó del comienzo del juicio a los implicados en el “caso Mazorra”. Si no existe una relación causa-efecto entre el artículo del primero y la información segunda, tiene el lector avisado todo el derecho de sospechar que sí la hay. Y con éso basta…
  He dicho, digo y diré que el mayor daño que puede hacerse a la CREDIBILIDAD de la prensa cubana es precisamente el que tales o cuales censuras burocráticas dejen a aquella con los brazos cruzados ante el “robo de primicias”.
  Insisto: no polemizaré con Noel Manzanares Blanco; sólo ejerzo mi derecho a réplica. Pero que no queden sin aporrear sobre el teclado dos precisiones:
1) Manzanares intenta algo como una defensa autojustificativa por no haber opinado sobre los sucesos cuando éstos ocurrieron, al manifestar que “Por demás, si ya las autoridades cubanas habían revelado esta desgracia, ¿por qué yo tenía que reflejar lo que no dominaba?; como principios, me acompaña una sabia martiana según la cual se habla mal de lo que se desconoce, y una vocación que me inclina a evitar cuanto me sea posible favorecer en lo más mínimo al enemigo; ratifico que desde hace mucho tiempo soy de la opinión que debe desaparecer el dañino secretismo, aprehender su eliminación de una buena vez y evidenciarlo en la cotidianidad; y por un elemental deber moral, privilegio el sentido de responsabilidad personal como Profesor y Periodista.” (8).
  ¡Vaya, caramba! El  profesor y periodista parece haber olvidado la inmensa importancia IDEOLÓGICA que tienen los géneros de opinión, lo cual no fue perdido de vista por un obrero andaluz autodidacta y defensor de Cuba como J. M. Álvarez, quien en su artículo de un temprano 16 de enero del 2010, titulado “Sobre los fallecidos en el Hospital Psiquiátrico de La Habana”, aportó la denuncia  de la manipulación mediática contrarrevolucionaria presente en el real problema, al expresar que “Dicen que comparar es odioso, pero suele dejar en evidencia a la hipocresía. Al contrario que en Cuba, en el opulento y rico Occidente no hay nada que investigar en la muerte de más de 200 personas a causa del frío (26 de ellas en Gran Bretaña, una de las mayores potencias del mundo), y lo peor es que aún queda invierno y que todos los años sucede lo mismo en las ‘democracias que hacen felices a los pueblos’. No es mi intención eximir culpas con lo que digo a continuación: Los fallecidos en La Habana estaban bajo techo, con un mínimo de atención y se exigirán las responsabilidades que correspondan. Los del mundo rico, estaban tirados en la calle y nadie pagará por sus muertes, ni por las que están por llegar.” (9);
2)  Manzanares, en su anterior artículo “¿Desatinos de un corresponsal de BBC?”, también referido a los sucesos de Mazorra y donde la emprendió contra Ravsberg, expresa sobre mí que “ “el corresponsal de BBC se afinca en alguien que en su momento prestó un servicio extraordinario a su Patria. Fíjese usted:... “Incluso el periodista y agente de la Seguridad del Estado de Cuba, Manuel David Orrio, conminó a los medios nacionales a investigar el caso. Hace un año expresó su 'sospecha fundada' por algunas contradicciones que aún no han sido aclaradas. (10)” ”.
  Me tomo la molestia y ejerzo la inmodestia de recordar al Sr. Manzanares que el “momento” en el cual Manuel David Orrio “prestó un servicio extraordinario a su Patria”, duró los 11 años más duros del llamado Período Especial y significó, más que jugarse la vida, lanzar a la ruleta identidad personal y hasta salud física y mental.
  Por favor, Sr. Manzanares: la próxima vez que se refiera a ese “momento”, tenga a bien recordar y sobre todo respetar a los mártires de los Órganos de la Seguridad del Estado de Cuba, por la sencilla razón de que pude ser uno más. De paso, Profesor y Periodista, le invito a tomar nota de estas palabras: “No debemos crear asalariados dóciles al pensamiento oficial ni ‘becarios’ que vivan al amparo del presupuesto, ejerciendo una libertad entre comillas”.
  No se preocupe; innecesario es que alce el índice admonitorio del inquisidor, a la caza de los textos de un contrarrevolucionario encubierto bajo el disfraz de héroe. La cita pertenece al Che Guevara; puede hallarla en su paradigmático ensayo El Socialismo y el Hombre en Cuba.

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