lunes, enero 10, 2011

¿Hacia dónde irá #Cuba en el año del Gato (2011)? / Eugenio Yáñez, Antonio Arencibia

Escenarios en el año del gato, con gato obligado a cazar ratones -FINAL-

¿Hacia dónde irá Cuba en el año del Gato (2011)?  
 Eugenio Yáñez, Antonio Arencibia/ Cubanálisis-El Think-Tank
Antes de acometer conclusiones, intentemos sintetizar determinados aspectos del proyecto de las reformas económicas del neocastrismo que realmente merecen atención y pueden ayudar a comprender mejor los escenarios que se perfilan para nuestro país.

RESUMEN DEL PROYECTO DE REFORMAS NEOCASTRISTAS

§         El régimen no ha logrado ganar la batalla de la credibilidad por parte de la población hacia los “Lineamientos”, a pesar de sus discursos y su propaganda

§       Con independencia de las declaraciones oficiales, se trata de una profunda reforma económica, aunque se insista todo el tiempo en llamarle “actualización del modelo socialista cubano” y se recurra a ridiculeces académicas como intentar comparar la economía del país con un bonsái con características propias

§         Las transformaciones en proyecto, que ya han comenzado a ejecutarse, niegan de hecho, y definitivamente, los criterios y decisiones de Fidel Castro y Che Guevara en la conducción y gestión de la economía en el país

§      Las reformas no contemplan para nada ningún tipo de flexibilización de las relaciones de poder político, ni apertura democrática, ni libertades ciudadanas individuales, excepto al derecho de acceder a mayores ofertas en el mercado nacional

§         La reforma se basa intrínsecamente en la introducción de relaciones de mercado en la economía, a las que se aspira a controlar con la planificación y con los sistemas impositivos
 
§         Dar espacio a la iniciativa privada no es un favor del gobierno a sus ciudadanos, mucho más si es un gobierno que ha demostrado con creces su proverbial ineficiencia e incapacidad para resolver problemas. Sin embargo, el enfoque hacia los potenciales cuentapropistas es, además de absurdo, abusivo y ruin, paternalista y demagogo, pretendiendo que los cubanos agradezcan al régimen la posibilidad de alimentarse y vestirse “por cuenta propia”

§      La utilización a gran escala de diversos mecanismos económicos de gestión y control de la producción y los servicios desplazará los actuales, estrictamente basados en control administrativo-burocrático, reduciendo continuamente el ubicuo protagonismo e injerencia partidista y gubernamental en la gestión económica

§       La falta de soluciones y proyectos específicos para eliminar la funesta dualidad monetaria (pesos cubanos y CUC), y la arbitraria tasa de cambio dólar-CUC, dificultan enormemente todos los aspectos financieros de la reforma y pondrán trabas continuamente a lo que se pretende lograr

§        Las decisiones sobre la reforma que se está aplicando, por su carácter estratégico, se han tomado y se están tomando por la cúpula de los dirigentes históricos, independientemente de las opiniones de la población, los militantes y los “cuadros”, y se pretende que sean irreversibles, es decir, sin marcha atrás posible

§       Las reformas requieren una transformación radical del papel del partido comunista y el gobierno en la gestión de la economía, lo que implica una traumática sacudida estructural de esas instituciones burocráticas, la descentralización de autoridad y la modificación en sus estilos de trabajo

§        Se tendrá que producir una radical transformación de los aparatos de dirección tanto del partido como del gobierno, y se realizarán destituciones y ascensos en gran escala de nuevas figuras en el partido y en los aparatos de gobierno central y locales

§         Aparecerán renuncias de funcionarios que prefieran separarse de las tareas antes de ser destituidos, y  serán muchos más los dirigentes tronados en diferentes niveles  que pasarán a cargos de menor importancia o a la producción directamente, en dependencia de su calificación, aunque muchos menos de ellos serán ubicados en el “plan payama”

§      A partir de los Lineamientos sobre descentralización, las provincias y municipios deberán asumir un papel mucho más importante en las funciones económicas de sus territorios, con el traspaso de actividades de los aparatos centrales, y hay que preguntarse hasta qué punto están en condiciones de realizar esta tarea con efectividad, lo que no resulta evidente

§         Aunque se insista en planificación a medio y largo plazo para regir la economía, el carácter directivo de los planes como en la era soviética desaparece, dando pasos a criterios más flexibles, indicativos, orientadores y consensuados sobre índices de obligatorio cumplimiento.

§         La obligatoriedad en el cumplimiento de los planes se obtendrá a partir de los contratos y no de las directivas burocráticas, y esto es algo para lo que no existe la suficiente cultura administrativa ni jurídica en el país, ni por las empresas ni por los aparatos centrales, así como tampoco existen los mecanismos apropiados para el  arbitraje y solución de las diferencias

§       Las modificaciones que se introducen en el modelo de gestión requieren un cambio de mentalidad en los órganos de dirección, fundamentalmente del partido, pero sus múltiples funcionarios, incluyendo a los miembros del Buró Político del partido, y mucho más la masa inútil de cuadros profesionales, no están preparados en este momento, y les resultará traumático, por lo que es de esperar que opongan una feroz resistencia, que ya ha comenzado claramente, disimulada en los vericuetos de las “dudas”, “preocupaciones”, y alertas sobre la necesaria pureza de la ideología y los “logros” de la revolución
 
§         Aumentará la cantidad de militares asignados a cargos de dirección en el gobierno y las empresas estatales

§       El régimen deberá acometer urgentemente un amplio y profundo proceso de capacitación y entrenamiento a los cuadros partidistas y gubernamentales a todos los niveles para poder prepararlos para trabajar en las nuevas condiciones
 
§         La cantidad de trabas establecidas burocráticamente al trabajo por cuenta propia propiciará la economía informal y el rechazo a los absurdos requisitos para la solicitud de licencias y, consecuentemente, repercutirá en el pago de impuestos que supone ejercer el trabajo por cuenta propia legalmente

NUEVOS ESCENARIOS Y REALIDADES EN EL AÑO DEL GATO (2011)

El punto de partida para la economía cubana en 2011 es asombrosamente débil.

Para algo tan elemental como tomar café puro se requiere no solamente elevar la producción, sino cambiar la mentalidad. De lo contrario, habrá que volver al café de baja calidad mezclado con chícharos, que lo mismo puede ser una infusión que un potaje si la mezcla es al 50%.

No lo inventa Cubanálisis. Lo dice Raúl Castro:

“El próximo año —y ya se habló aquí en los debates que sostuvimos— no podremos darnos el lujo de gastar casi 50 millones de dólares —47 exactamente— en importaciones de café para mantener la cuota que hasta el presente se distribuye a los consumidores, incluyendo a los niños recién nacidos. Se prevé, por ser una necesidad ineludible, como hacíamos hasta el año 2005, mezclarlo con chícharo, mucho más barato que el café, que nos cuesta casi tres mil dólares la tonelada, mientras que aquel tiene un precio de 390 dólares.
 
Por lo tanto, si queremos, seguir tomando café puro y sin racionamiento, la única solución es producirlo en Cuba, donde está probado que existen todas las condiciones para su cultivo, en cantidades suficientes que satisfagan la demanda y hasta exportarlo con la más alta calidad.
 
Después de la guerra de agresión norteamericana contra Viet Nam, el heroico e invicto pueblo vietnamita nos solicitó que le enseñáramos a sembrar café, y allá fuimos; se le enseñó, se le trasladó nuestra experiencia. Hoy Viet Nam es el segundo exportador de café del mundo. Y un funcionario vietnamita le decía a su colega cubano: "¿Cómo es posible que ustedes que nos enseñaron a sembrar café el otro día, ahora nos estén comprando café?" No sé qué le habrá contestado el cubano. Seguro que le dijo: "El bloqueo”.

Así, además del mensaje del café y de toda la producción de alimentos, se precisa como de pasada algo con mucha claridad: aparentemente será mucho más difícil achacar automáticamente al “bloqueo” la antológica ineficiencia en la economía.

PROBLEMAS INMEDIATOS

Los problemas a enfrentar son muy serios, entre los que habría que señalar:

§         la economía cubana acaba de dejar de obtener 120 millones de dólares por los incumplimientos en la producción de níquel

§        el turismo aumentó la cantidad de visitantes al país cada año, y acaba de anunciarse que los ingresos aumentaron en un 5.5% este año, pero no se dice nada sobre los ingresos netos

§         la zafra azucarera no logra sobrepasar los niveles de los primeros años del siglo XX, en momentos que el precio del azúcar aumenta significativamente en el mercado mundial, lo que supone la pérdida de decenas de millones de dólares

§       a pesar de toda la tierra agrícola entregada en usufructo, más de la mitad permanece sin cultivar, a pesar de toda la tierra agrícola entregada en usufructo, mientras siguen aumentando los precios de los productos alimenticios a importar

§       el plan de inversiones se incumple sistemáticamente, como resultados de la cultura “guerrillera” de los funcionarios del gobierno

§     el fondo habitacional continúa deteriorándose irremediablemente, y este año que acaba de terminar solamente se construyeron algunas decenas de miles de viviendas, mientras el déficit acumulado sobrepasa el millón de unidades

§       el transporte de carga y pasajeros continúa en crisis por diversas causas, siendo las principales falta de mantenimiento, combustible, piezas de repuesto, y disciplina

§         la salud pública y la educación han tenido una baja sustancial en los servicios que se ofrecen y la calidad de los mismos, lo que no se va a solucionar con las medidas previstas de racionalización del personal.

FACTORES INTERNACIONALES

Venezuela y el ALBA

Como la fuente fundamental de ingresos en moneda fuerte para el país es la exportación de servicios médicos a cargo de las arcas venezolanas, el régimen está muy preocupado porque la situación de Hugo Chávez en el poder se ha deteriorado sensiblemente en los últimos tiempos.

En el lenguaje “actualizado” del neocastrismo, ya el gobierno cubano no envía a la nación suramericana “internacionalistas”, sino “cooperantes”. Es decir, especialistas que cobran un salario como profesionales por los servicios que ofrecen.

Nada malo en ello, pero el régimen totalitario se embolsilla, a través de sus empresas para la contratación de especialistas, la parte fundamental de esos salarios, mientras los cooperantes cubanos reciben las migajas. Y eso es inmoral, como lo son tantas cosas en la cooperación Castro-Chávez, todas dañinas para ambos pueblos.

La marcha desesperada del teniente-coronel “bolivariano” hacia la dictadura en Venezuela, con el apoyo abierto del gobierno cubano, logró el otorgamiento de poderes extraordinarios al presidente para gobernar por decreto durante dieciocho meses.

Ese descarado golpe de estado, y el torrente de confiscaciones masivas de propiedades agropecuarias, industriales y de servicios que se vieron en los días finales de diciembre, tienen por objetivo consolidar al chavismo autoritario y maniatar las pocas instituciones democráticas que van quedando en el país.

Las esperanzas de la oposición democrática en Venezuela de ejercer una influencia positiva en el país a través de sus diputados a la Asamblea Nacional en el  quinquenio que comienza se han visto muy debilitadas con estas medidas del chavismo, que fueron sugeridas –por no decir ordenadas- en La Habana.

Mientras los venezolanos se preocuparon en extremo por las visitas del Comandante de la Revolución Ramiro Valdés a su país, dejaron pasar casi sin mencionar la del general de división Leonardo Andollo Valdés, vestido de civil, subjefe del Estado Mayor General de las fuerzas armadas cubanas.

Y tal visita no tiene nada que ver con una eventual guerra con Colombia, como se dijo erróneamente, y que solamente se produciría si Venezuela decidiera atacar a su vecino, lo que es improbable por ser una locura que el gobierno cubano nunca apoyaría ni avalaría, y mucho menos en estos tiempos de “amistad profunda” entre Chávez y el presidente Santos.  

En realidad, el viaje del general Andollo tiene que ver con su perfil en Cuba, donde es responsable de dos tareas de extraordinaria importancia:

§         la “reorganización” del aparato estatal cubano a la luz de la “actualización” del modelo económico, y, más importante aún,

§         la preparación del régimen en su totalidad, y no solamente sus fuerzas armadas, para el enfrentamiento anti-motines a gran escala.

Y esas son dos especialidades deficitarias en este momento para el chavismo, que pretende establecer un sistema de organización comunal paralelo y alternativo al estatal, a través de la “Ley de Transferencia de Competencias y Servicios de los Estados y Municipios al Poder Popular”, apresuradamente aprobada en el último día de la Asamblea sin oposición, y, además, en el evento de un escenario nacional de desobediencia que se podría perfilar en caso de que Chávez no lograse apretar las clavijas a tiempo.

Por otra parte, en el panorama venezolano han aparecido señales contradictorias que hay que seguir de cerca, unas que debilitan y otras que pudieran fortalecer la posición del autócrata de Barinas.

Chávez, ante las protestas violentamente reprimidas de estudiantes y profesores, ha revocado su medida contra la autonomía universitaria que dio origen a los disturbios, y también ha desistido de incrementar el IVA -impuesto al valor agregado- hasta el 2013.

Este último frenazo busca quitarse presión popular en un año decisivo para su reelección presidencial en 2012; pero, también, le está favoreciendo la tendencia alcista de los precios del petróleo, elemento a tener en cuenta, porque incrementaría los recursos para que el chavismo desarrolle medidas populistas en momentos convenientes.

No obstante, Hugo Chávez parece haberse contagiado con el mal que aqueja a su aliado del ALBA en Bolivia. Cuando da marcha atrás a decisiones impopulares el resultado es el mismo que ha caracterizado al gobierno de Evo Morales: nadie queda conforme, ni los seguidores, ni los opositores.

En el marco de la “Alianza Bolivariana” la decadencia y la indecisión política no solo signa a Venezuela y Bolivia, sino también a Nicaragua, siendo el gobierno de Ecuador la única excepción de cierta normalidad.

En ese sentido, La Habana, que sabe que no puede determinar sobre el curso de los acontecimientos, ni esperar más ayuda económica directa de Chávez, se olvida de ilusiones de una inyección de grandes capitales (como el “Plan Marshall” para los Castro que sugiere el argentino Atilio Borón), y aprovecha los convenios suscritos para incrementar la exportación de miles y miles de profesionales y técnicos a los países del ALBA, subvencionados por el gobierno de Caracas.

Ante una situación tan compleja, días muy difíciles esperan a los demócratas venezolanos; confiemos en que sepan mantener la ecuanimidad e inteligencia imprescindibles en su enfrentamiento desigual con el chavismo, pues de la misma manera que la derrota de la naciente dictadura de Hugo Chávez podría traer consecuencias favorables a la libertad de Cuba, la consolidación sin ningún freno del régimen “bolivariano” extendería el sufrimiento y las dificultades no solamente de los venezolanos, sino también de los cubanos.

Estados Unidos

Nada se presenta demasiado diferente a como comenzó la confrontación entre los gobiernos de Cuba y Estados Unidos hace ya cincuenta años, cuando se produjo la ruptura de relaciones entre ambos países en enero de 1961.

Desde los Estados Unidos no son de esperar medidas convenientes para el régimen que quiere imponer el neocastrismo en Cuba, porque hay una seria situación creada no solamente por la detención arbitraria y absurda por más de un año del norteamericano Alan Gross sin que se le formulen cargos, sino también por la nueva composición del congreso norteamericano, donde existe una mayoría suficiente de representantes y senadores nada favorables a relajar de manera incondicional las presiones sobre La Habana a cambio de nada.

En el endurecimiento de las exigencias a los Castro, jugará un papel muy importante la representante cubano-americana Ileana Ros-Lethinen, presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara, quien ha prometido mano fuerte con ellos y con todos los regímenes dictatoriales. 

Raúl Castro, que sabe bien eso, declaró en la Asamblea Nacional, para satisfacción de los más “duros” de la nomenklatura, que “en las relaciones con los Estados Unidos no se aprecia la menor voluntad de rectificar la política contra Cuba, ni siquiera eliminar sus aspectos más irracionales”. Como de costumbre, el régimen se sigue considerando a sí mismo como si fuera “Cuba”.

Ya la propuesta del general-presidente para establecer un “teléfono rojo” con la Casa Blanca –tratando de poner al mismo nivel al régimen totalitario con el gobierno de Estados Unidos- tuvo como respuesta que Cuba debía aprovechar los canales existentes para avanzar en los temas pendientes, entre ellos las restricciones a los movimientos territoriales de los diplomáticos de ambas Secciones de Intereses (en La Habana y en Washington). Punto.

La fuerza de los cabilderos y los intereses agrícolas y petroleros norteamericanos en el Congreso no son suficientes en estos momentos, en correlación con las fuerzas opuestas, para dar paso a políticas más amistosas hacia el gobierno raulista.

Olvidemos a la actual administración o cualquier otra futura, porque este no es un asunto de administraciones, sino del establishement, y éste no está interesado en estos momentos en modificar las reglas del juego, prefiriendo esperar por la evolución de la crisis económica cubana y evaluar como se desarrollan los proyectos del régimen para resolver los problemas que atenazan a la economía y la sociedad.

El establishment razona con intereses nacionales del país, no con la política del momento de cada una de las administraciones.

El régimen cubano, por su parte, tampoco ha demostrado en todo este tiempo suficientes intenciones de contribuir a una distensión en las relaciones bilaterales, más allá de declaraciones generales abstractas.

No solo en el caso Gross, sino también al mantener el alboroto por la liberación de “Los Cinco” espías que cumplen condenas en Estados Unidos por espionaje y por el asesinato de los pilotos de “Hermanos al Rescate” en aguas internacionales.

Y quienes se ilusionaron rápidamente con el criterio de que el cambio de estrategia de la defensa legal del jefe de la “Red Avispa”, que cumple dos cadenas perpetuas en Estados Unidos, era un distanciamiento suyo de la posición oficial de los Castro, ya deben haber tenido el tiempo y la oportunidad de comprender que se trata de una estrategia elaborada con la aprobación de la cúpula gubernamental.

Estrategia de corte legal para tratar de obtener la anulación de las dos sentencias de cadena perpetua basadas en conspiración para el asesinato, con el objetivo de que quedara solamente otra sentencia a quince años que recibió también como espía, y de los cuales ya habría cumplido en estos momentos unos trece, para así poder posteriormente proclamar como “victoria” su excarcelación al cumplir la condena.

Puro diversionismo del régimen, nada de “rompimiento”.

Unión Europea

Las perspectivas de que la Unión Europea elimine su Posición Común y relaje las presiones sobre La Habana son limitadas, no solamente por el comportamiento del régimen neocastrista, sino también por el debilitamiento del gobierno socialista español por el desgaste de varios años en el poder, la remoción del ministro Moratinos del gobierno, y la crisis económica que asfixia a España con más de un 20% de desempleados.

Las últimas encuestas situaban al opositor Partido Popular, de Mariano Rajoy, con un 14.5% de ventaja sobre el Partido Socialista Obrero Español para las elecciones del 2012, y aunque falta tiempo todavía para ese enfrentamiento no hay ninguna garantía absoluta de que esa tendencia se pueda revertir.

El presidente Rodríguez Zapatero y el PSOE tienen en estos momentos demasiadas preocupaciones tratando de lograr su propia supervivencia y la del gobierno, después de aplicar impopulares medidas de austeridad en medio de la crisis, para consumir el muy escaso capital político de estos momentos dedicándole demasiado tiempo a intentar lanzar un salvavidas al castrismo.

Incluso, el diario madrileño EL PAÍS, -vocero oficioso del PSOE-, ha abandonado su tradicional postura complaciente hacia la dictadura castrista y está criticando las medidas de “capitalismo salvaje” aplicadas por el gobierno de Raúl Castro contra los trabajadores cubanos.

En un editorial del jueves 6 de enero ha afirmado -con realismo tardío-, que quien quedará en el camino, al final de ese proceso de reformas, será “la revolución (…) consumida en su fracaso, y en el sufrimiento inútil que ha provocado”.

Por lo tanto, para el neocastrismo, las perspectivas con España son solamente las de mantener las inversiones actuales y ganar la confianza del capital y del próximo gobierno español, reanudando el pago de las cuotas de ganancias retenidas hasta el momento.

TENSIONES INMEDIATAS EN LO INTERNO

Los despidos de trabajadores

Las tensiones en Cuba se incrementarán, como quiera que se enfoque, cuando se complete el primer despido masivo de medio millón de cubanos a finales del mes de marzo, que comenzó el pasado tres de enero.

Con todo el respeto para quienes tienen otras opiniones, no parece probable que el gobierno de Raúl Castro vaya a dar marcha atrás o reducir la velocidad del despido, porque se encuentra literalmente contra la pared, y considera más peligroso no actuar que pecar por exceso, confiando en que sus aparatos ideológicos y represivos –que en última instancia son la misma cosa- podrán capear el temporal que se avecina.

Ya Raúl Castro señaló claramente que no actuará pasivamente ante las transformaciones laborales que ya han comenzado:

“…la Central de Trabajadores de Cuba y los respectivos sindicatos nacionales, se encuentran estudiando las formas y métodos para organizar la atención a esta fuerza laboral, promover el cumplimiento estricto de la Ley y los tributos y motivar en estos trabajadores el rechazo a las ilegalidades. Debemos defender sus intereses —repito—, debemos defender los intereses de los trabajadores por cuenta propia, igual que hacemos con cualquier otro ciudadano, siempre que actúen en cumplimiento de las normas jurídicas aprobadas”.

Ya se conoce que los estrategas del neocastrismo manejan la posibilidad de vincular a los eventuales cuentapropistas a los sindicatos oficiales, de acuerdo a las actividades que lleven a cabo, como una forma de tenerlos controlados.

“Granma” ha anunciado la opción de “integrarse (de manera voluntaria) al sindicato afín con su actividad”, lo que califica como experiencia “sin precedentes”.

Sabemos perfectamente lo que significa para el régimen “organizar la atención a esa fuerza laboral” y “motivar en esos trabajadores el rechazo a las ilegalidades”: mucho más garrote que zanahorias.

También sabemos lo que significa que la dictadura declare que se deben defender sus intereses “siempre que actúen en cumplimiento de las normas jurídicas aprobadas”.

La excarcelación de prisioneros políticos

Sigue pendiente también la excarcelación de prisioneros de conciencia, “promesa” a la jerarquía de la Iglesia Católica cubana, que el régimen no ha cumplido hasta el momento, ni los anuncios públicos posteriores del alto clero de que las excarcelaciones se extenderían a todos los prisioneros políticos que no estuvieran involucrados en hechos de sangre.

Significativamente, mientras ha incumplido sus promesas al Cardenal con relación a los prisioneros de la Primavera Negra que no desean emigrar, el régimen ha excarcelado-desterrado más de una decena de prisioneros políticos vinculados a actividades de carácter violento.

Curiosamente, la cifra total de los que han tomado la vía del destierro, (incluyendo los pacíficos y los relacionados con hechos violentos), ronda en estos momentos los 52, la misma cifra que debería haber sido si se hubiera excarcelado a todos los prisioneros de la Primavera Negra: evidente intento diversionista por parte del neocastrismo, con la intención de confundir a la opinión pública internacional.

El Cardenal habanero ha señalado últimamente, varias veces:

Repito lo mismo que he dicho desde hace meses, que hay una promesa formal de dejar a los presos todos en libertad hasta el (último) del grupo de los 52. Ya salió uno que se queda en Cuba y espero que salgan los demás”.

Las Damas de Blanco, naturalmente, mantienen vivas sus esperanzas, aunque solo sea porque no tienen una opción mejor.

¿Hasta cuándo habrá que esperar para que se cumpla la “promesa” del régimen? ¿Hasta cuándo se mantendrá la “tortura sicológica” denunciada por Las Damas de Blanco, al demorar indefinidamente y sin explicaciones la excarcelación de aquellos que no desean ser desterrados?

¿Y que deberá hacerse si se llega a la convicción de que tal promesa no tienes visos reales de concretarse en un plazo relativamente breve?

¿Deberá darse al gobierno raulista un cheque en blanco sin fecha de vencimiento para que cumpla los compromisos que estableció, que además deberían ser una obligación moral para cualquier gobierno decente en el mundo?

Esta sigue siendo una asignatura pendiente.

El anuncio del Cardenal de La Habana Jaime Ortega de que celebraría una misa de Navidad en la prisión habanera Combinado del Este fue visto positivamente por familiares de los presos políticos y muchos cubanos, al considerarlo como símbolo de compromiso del prelado hacia los prisioneros, aunque el propio Ortega señaló, dándole un enfoque diferente a ese gesto, que todos los años ofrece una misa en alguna prisión.

Sin dudas, tal misa de Navidad es una actividad pastoral positiva del arzobispo, pero resultó insuficiente, teniendo en cuenta que el régimen dejó pasar la ocasión de la festividad cristiana, (anhelada por los familiares de los presos de conciencia para reunirse con ellos), sin cumplir el compromiso de su liberación hecho a mediados de año.

Los disidentes

Por otro lado, las revelaciones de Wikileaks que se están publicando en la prensa mundial desde noviembre aportaron otros elementos al análisis, que son, sin dudas, fundamentales.

Nuestro criterio sobre las Wiki-boberías nunca se basó en lo que pudieran decir los cables filtrados, sino en todos los análisis pedestres y todas las superficialidades que comenzaron a proliferar de inmediato, y el anti-americanismo desenfrenado con que comenzaba la fiesta.

Ya “Cubadebate” comenzó a publicar “cablegates” sobre el tema cubano, con traducciones y comentarios sobre las filtraciones de cables que refuerzan su política de enfrentamiento con los Estados Unidos.

Sin embargo, se está comprobando que no publica aquellos documentos –que son los más- donde la imagen del régimen o del Comandante no les resulte agradable.

La supuesta “objetividad” de la prensa castrista es siempre una mezcla de verdades parciales y estulticia.

Y hablamos de Wiki-boberías no solo pensando en esos supuestos “periodistas” que siempre conocen las respuestas antes de que se formulen las preguntas: Fidel Castro, Hugo Chávez y Evo Morales comenzaron alabando las filtraciones de Wikileaks, para posteriormente maldecirlas cuando salieron a la luz detalles sobre sus dictaduras.

Entre esas revelaciones de Wikileaks con relación a la situación interna de Cuba, están los duros análisis de la sección de intereses de Estados Unidos en La Habana (SINA) sobre los disidentes cubanos.

Comencemos dejando muy en claro que los criterios de los diplomáticos de Estados Unidos en La Habana no deben ser tomados necesariamente como absolutamente certeros e inapelables: al fin y al cabo, es la percepción de ellos, pero en realidad el problema es de nosotros los cubanos.

Sin embargo, tampoco sería inteligente ignorar esos criterios por completo, porque reflejaron problemas muy reales y puntuales.

El mayor error está en generalizar y ver ese universo como un todo. Si se observa el comportamiento de Cubanálisis-El Think-Tank durante más de cuatro años on-line, se verá que nunca hacemos referencia a “la disidencia”, sino a “los disidentes”, con la clara intención de no ver ese fenómeno como algo monolítico, organizado y bien coordinado, sino como una suma de voluntades y actuaciones dispersas.

En la viña de los disidentes, como en cualquier otra del Señor, y mucho más aún en una viña cubana, hay de todo: desde héroes hasta villanos, desde mártires hasta oportunistas, desde convencidos hasta infiltrados, desde probos hasta inmorales, desde verticales hasta mentirosos, desde valientes hasta miserables.

Como política, siempre hemos actuado, desde los inicios, con las posiciones que hace poco reiteramos al cumplir el cuarto aniversario de Cubanálisis:

Nunca, en ninguna circunstancia, hemos atacado a disidentes dentro de la Isla ni a miembros del exilio por el simple hecho de que expresen posiciones analíticas diferentes a las que mantenemos en Cubanálisis-El Think-Tank, y tampoco lo haremos nunca: para nosotros está claro quién es el verdadero adversario, y no estamos dispuestos a realizarle el trabajo sucio al régimen por ninguna razón.
 
Además, el hecho de que las percepciones de esas personas sean diferentes a las nuestras no significa que ellos están equivocados: podríamos perfectamente ser nosotros los desacertados, o tal vez ambos estuviéramos errados y hay que seguir buscando la verdad.

Y así seguiremos actuando.

Las pequeñas o grandes miserias humanas que hayan salido a flote a través de los Wiki-chismes no son de nuestra incumbencia en lo que se refiere al plano personal tratándose de actores cubanos en el escenario político nacional, y consideramos que corresponde a los propios disidentes evaluar las situaciones existentes y actuar a la altura de las circunstancias, y cuanto antes lo hagan, y con más transparencia, mejor, pues no deben perder de vista ni la real razón en Cuba para disentir, ni quién es el verdadero adversario.

Lamentablemente, a algunos de esos disidentes no se les ocurrió recientemente nada más irracional para limar las diferencias que liarse a golpes en plena calle en el parque de Calzada y K, en El Vedado, frente a la Sección de Intereses de Estados Unidos, y a la vista de las múltiples cámaras que todos sabemos que tiene instalada la seguridad en esa zona, regalando al régimen excelente material visual para sus intentos de desacreditar a los opositores.

En cierto sentido, la ayuda financiera desde Estados Unidos a los disidentes, que les resulta imprescindible para la supervivencia ante el acoso del aparato represivo de un estado totalitario, que igual los encarcela, los apalea o les deja sin trabajo y posibilidades de ganarse la vida desde el primer instante en que disienten, ha sido una manzana de la discordia en este proceso.

En ese contexto, las tentaciones humanas han jugado su papel negativo: han surgido choques alrededor del tema de la administración y distribución del dinero, a la vez que, lamentablemente, ha habido comportamientos despreciables, y hasta delictivos, en este acápite.

Sin embargo, esto no tiene que verse como maldición bíblica ni algo inconmovible, ni puede pretenderse esconder el polvo bajo la alfombra para dar la cara a la visita, como mismo hace el régimen con sus errores.

Ni creer que no es tan importante el tema y que hay asuntos más trascendentes que atender.

Es un gran lastre moral que mientras más tiempo tarde en resolverse más daño hará a los disidentes, que si no son capaces de demostrar públicamente su propia capacidad para solucionar este problema no podrán convencer a nadie de que son realmente capaces de contribuir a resolver los del país.

Lamentablemente, es cierto que los disidentes, esos mismos que han cumplido o actualmente cumplen prisión en las ergástulas castristas por su actitud contestataria, y los que están en la prisión mayor que se llama República de Cuba, muchas veces han carecido de programas coherentes y unitarios, así como de la capacidad de movilizar a la población alrededor de sus proyectos: lo que, en otras palabras, se llama liderazgo.

En una realidad que genera tantas tensiones como la situación socio-económica actual del país y la creación masiva y acelerada de un ejército industrial de reserva, bajo el disfraz de “reordenamiento laboral”, no se ha sentido suficientemente la voz de los disidentes.

Ni se han visto acciones concretas alrededor de este tema, mientras, lamentablemente, en ese mismo tiempo, hemos conocido rencillas internas, luchas fraticidas, oportunidades desperdiciadas, y acusaciones constantes a la culpa de los otros, sin avanzar para nada en lo que deberían ser los verdaderos objetivos.

La proliferación de denuncias sobre las arbitrariedades del régimen contribuye a desnudarlo, pero no pasa de ahí.

La multiplicación de organizaciones de un puñado de personas, y de programas dispersos, que para nada facilitan la unidad de propósitos, o el inicio de huelgas de hambre casi por cualquier motivo –y que casi siempre terminan sin penas ni glorias- no contribuyen a cambiar la realidad.

No podemos olvidar que basta un puñado de oficiales de la seguridad y varios autos de la policía, un poder judicial completamente plegado a la dictadura, un par de turbas del llamado pueblo enardecido, y un manejo relativamente sencillo de la prensa y el silencio oficial, para neutralizar o aniquilar la actividad contestataria que se realiza en tan precarias y desorganizadas condiciones.

Los diplomáticos de la sección de intereses de Estados Unidos en La Habana llegaron a la conclusión de que los disidentes cubanos incidían demasiado poco en los destinos de nuestro país, y que no habían sido capaces de asumir el liderazgo requerido para constituir una verdadera alternativa democrática para los cubanos.

Acertados o no, esos diplomáticos tienen todo su derecho a arribar, aunque no nos guste, a las conclusiones que consideren procedentes: esa es su tarea.

Y la respuesta a esta situación por parte de los disidentes no puede ser acusar al mensajero y exigir su cabeza, ni estridentes polémicas o parapetarse en sus barricadas, sino acciones específicas y concretas capaces de demostrar su liderazgo.

Mientras tanto, el peso de esas evaluaciones inconvenientes será una pesada carga en las espaldas de los disidentes, con absoluta independencia de todos los valores morales, valentía y actuación personal de una gran parte de ellos.

Mientras esas realidades no cambien, se manejará con fuerza en muchas partes –y no solo en las oficinas de la SINA en La Habana- el criterio de que el escenario más probable sería el de una eventual transición a la democracia en Cuba encabezada por actuales funcionarios medios del régimen –con toda la truculencia e imperfecciones que ello conlleva- quedando los disidentes solamente como espectadores, a no ser que en un momento fueran incluidos con carácter protocolar y para guardar las formas.

Duro y triste es tener que decirlo, pero así es como vemos que se perfila este escenario.

Los exiliados

Por su parte, la situación del exilio cubano tampoco es demasiado halagüeña en lo que a protagonismo se refiere.

Si se observa cuidadosamente, se puede ver que ni el gobierno totalitario de Cuba, ni Estados Unidos, ni la Unión Europea, por diferentes razones cada uno, vislumbra un papel protagónico para “el exilio” en una eventual transición a la democracia en Cuba, más allá de contribuir en el aspecto monetario con el sostenimiento y apoyo de sus familiares en la Isla, especialmente en esta etapa crítica de reformas económicas.

No se trata de una deficiencia del exilio, sino del carácter intrínseco de todo exilio, mucho más de uno prolongado, que alejado de su tierra y enfrentado a la diaria necesidad de sobrevivir en condiciones difíciles, va perdiendo poco a poco la fuerza y la capacidad de incidir en los destinos inmediatos del país.

A ello hay que sumar la división del exilio y el desgaste que produce concentrarse en tareas y acciones de utilidad muy relativa, como destruir a pura mandarria discos de artistas que decidieron presentarse en Cuba o de los que residen en Cuba que actúan en Estados Unidos, así como enfermar de protagonismo, o dedicar energías sin descanso a la paranoica tarea de localizar y denunciar eventuales “infiltrados” o ver macabros planes de espionaje castrista en todas partes.

Desde el exilio, a la distancia se le suma el tiempo: la sublimación de la Cuba que dejamos no deja ver la verdadera, que tampoco tiene que ser la que cuenta la prensa oficial: ni se cumplen en el país los planes del régimen, ni es la Kampuchea de Pol Pot. Habrá presiones para desfilar en la Plaza de la Revolución, pero no se puede llevar obligados a cientos de miles de cubanos a ningún lugar, ni siquiera al paraíso.

En el “exilio”, ese concepto tan genérico como difuso donde cabemos todos, no hay términos medios, como tampoco en Cuba. Los duros tienen que serlo cada vez más, allá o acá, no importa el tema ni las circunstancias.

Hay que rechazar siempre lo que no surja de ellos mismos, por una razón u otra, pues cualquier otro enfoque resulta sospechoso: todavía no está demasiado claro sospechoso de qué, pero de todas maneras sospechoso.

En Estados Unidos la dureza exiliar es geográfica: tiende al sur de Florida, con la única excepción de New Jersey, que confirma la regla. Los duros llegaron antes y establecieron las reglas.

Los hay por convicción, y con historia real; y también hay duros profesionales, que viven de serlo.

Y además hay oportunistas y demagogos, cuya dureza es inversamente proporcional a su historia.

Fácil identificarles: basta con dos minutos de sus continuos “análisis”, epítetos y descalificaciones, para saber que estamos ante tartufos. Es más cómodo insultar a gritos que razonar y argumentar, cuando no hay siquiera ortografía o gramática para escribir aceptablemente.

Y siempre se pueden lanzar arengas de barricada para un auditorio deseoso, habituado, o hasta desesperado, por escucharlas.

La alternativa absoluta está representada en el otro extremo del exilio: los que siguen la línea oficialista del PCC.  

Este verdadero “grupúsculo” utiliza el mismo lenguaje de La Habana, y aunque emite criterios ocasionales relativamente serios, su rasgo característico es el de planteamientos insensatos carcomidos por odio y frustración, y discursos incapaces de pronunciar una frase sobre Miami sin las palabras “mafia” o “mercenarios”.

Se trata de “personajillos” que aburren con una gritería similar a la de allá, pero mucho menos justificable, pues ni están en el poder ni nadie los quiere en él.

Enfrentan a los duros no tanto por convicción sino por ser esa su tarea; no son una verdadera alternativa, y en realidad pesan muy poco, por inconsecuentes. A veces ni saben ocultar mezquinos intereses económicos.

Son los que quieren ganarse a los relevos generacionales del exilio con un concepto más vulgar que el que ofrecía La Habana a esos que se aburrieron y se fueron.

Otros cubanos creen que el exilio moderado implica moverse al norte, Washington-New York básicamente, y en general los estados del norte y quizás el oeste: dejan Miami solo para la visita y la nostalgia por el congrí, el lechón asado, los pastelitos de guayaba y los tamales.

En otros países, y muchas otras ciudades de Estados Unidos, el tema Cuba no es preponderante ni único, ni impera en los medios: debe compartir espacios con informaciones disímiles y antagónicas, desde estratégicas sobre temas de política internacional hasta tonterías sobre personajes de la farándula, todo un mosaico de criterios sobre muchos temas, que no se limita al estrecho espacio entre Miami y La Habana.

Lo más complejo y complicado en el caso de muchos grupos del exilio cubano, sean moderados o duros, más allá de la respuesta pre-condicionada y emocional, es que la gasolina alcanza solamente para evaluar la realidad desde sus percepciones, pero no para diseñar sólidos programas alternativos con soluciones realistas a la gran crisis nacional.

Actúan retroactivamente, responden mucho más rápida y consistentemente que los disidentes dentro del país, pero también generan muy poca novedad en lo que se refiere a programas alternativos responsables y factibles.

El mero hecho de moderarse o endurecerse en el exilio no basta para incidir con alternativas viables, a pesar del marcado contraste entre ambos enfoques.

En realidad, ¿qué significa ser moderado o duro en el “exilio” cubano?

¿No apoyar la absoluta degollina post-castrista sin reconciliación posible? ¿creer que la devolución de propiedades confiscadas no es lo más urgente? ¿aceptar una variante de modelo chino como alternativa inmediata? ¿creer que un diálogo sin condiciones resolvería el drama nacional? ¿defender las posiciones de La Habana?

Exigir que los exiliados no necesiten visas y permisos especiales para visitar Cuba, o que los que viven en la Isla no requieran permiso de salida para viajar al exterior, ¿es asunto de duros o de moderados?

Reconocer que el embargo no funciona es casi siempre de moderados; sin embargo, plantear que su levantamiento no se debe regalar al régimen a cambio de nada ¿crea duros automáticamente?

Más allá de pretender una Cuba que valga la pena vivir, muchas veces los límites programáticos son muy difusos y los conceptos demasiado débiles: democracia y Estado de Derecho, sí, pero excluyendo sin embargo a una parte de la sociedad por razones de ideología o militancia, o acaso plantear que aquí no ha pasado nada y que siga la fiesta. ¿Cuál es el verdadero balance?

“Nada con los Castro” es casi lo mismo que “Socialismo o Muerte”, aunque sea de signo contrario: en ambos casos la exclusión es absoluta, sin espacio de ningún tipo para opciones.

Todo o nada, razonan los guardianes de textos sagrados. Pero como es muy difícil definir concretamente el todo, y mucho más poder alcanzarlo, muchas veces tienen que aferrarse a la nada.

Prisioneros del status quo a ambos lados del Estrecho de la Florida, sin propuestas concretas, -muchos exiliados ni siquiera saben que existen “Lineamientos Económicos” o proyectos medianamente coherentes- creerse dueños de la razón, allá o acá, es imprescindible, pues aunque no se resuelva nada es posible sentirse mejor creyéndose verticales.

Resulta muy significativo, aunque no parece haber recibido la atención que merece, el hecho de que Emilio y Gloria Estefan, a título personal y sin representar a ningún tipo de organización del exilio, hace unos meses hayan demostrado sorprendente capacidad de movilización en pocos días para llenar la Calle Ocho en apoyo a Las Damas de Blanco en Cuba, algo que muchas organizaciones veteranas del exilio no lograron, o dejaron pasar la oportunidad de liderazgo que necesitaban.

No es que los Estefan lo hayan hecho con intención de desacreditar al exilio ni mucho menos, pero junto a celebrar el éxito de aquella acción en solidaridad con Las Damas en Cuba, no se puede ocultar que en aquella ocasión también se hizo evidente la realidad contrastante de la carencia de liderazgo de muchas organizaciones del exilio.

A MANERA DE RESUMEN

No es necesario hacer conclusiones detalladas y específicas al llegar al final de este análisis conjunto en tres partes: han ido apareciendo a lo largo de los argumentos y descripciones.

Mientras que a determinados “iluminados” sobre el tema Cuba les ha bastado con decir que nada de lo que proyecta el régimen funcionará, en Cubanálisis-El Think-Tank hemos dedicado muchas horas de estudio y alrededor de unas 45 páginas de texto, con un total de más de 16,500 palabras (por regla general, los artículos de “opinión” se mueven alrededor de las 750 palabras) para intentar abordar con seriedad y hacerle llegar a los lectores nuestra percepción sobre lo que está sucediendo en Cuba en estos momentos, así como tratar de desentrañar y descifrar los escenarios que puedan derivarse de esas situaciones.

¿Será que escribimos demasiado, o es que realmente tratamos de definir en serio el genoma del neocastrismo, tras descifrar su ADN?

Porque cuando todavía no se habla sobre “neocastrismo” en la prensa internacional, como cuando tampoco se pronosticaba el retorno del Comandante de la Revolución Ramiro Valdés al poder (quien acaba de recibir un poco más como regalo de Reyes), ni se valoraba el papel estratégico del petróleo submarino en el Golfo de México, o la imposibilidad del regreso de Fidel Castro al poder, se trata de temas comunes y continuos en los análisis de Cubanálisis-El Think-Tank.

Sobre la problemática cubana se han pronunciado miles de voces y se han escrito publicaciones de todo tipo en todo el mundo, desde criterios muy serios hasta soberanas tonterías, desde opiniones muy profesionalmente fundamentadas hasta rabiosos rugidos de la ultra-izquierda o la ultra-derecha enfermas de frustraciones y odio, pasando por la izquierda-caviar europea y latinoamericana y los liberales norteamericanos, que desean para los cubanos lo que ninguno aceptaría como condiciones para vivir ellos mismos ni sus familiares.

Como siempre, será la realidad y el desarrollo de los acontecimientos lo que permita constatar hasta dónde logra llegar el régimen con sus reformas y en qué se queda corto, si consigue detener a tiempo la explosión de la olla y encontrar respiro para la gerontocracia, o si lamentablemente las cosas se complican de manera tal que deviene en una crisis violenta y sangrienta, o cualquiera de los escenarios posibles entre esos dos extremos.

Se trata de algo que comienza ahora y sobre lo que habrá que regresar reiteradamente en los próximos tiempos para analizar el comportamiento de esa realidad, y podremos ver hasta dónde los análisis críticos sobre el proyecto totalitario neocastrista llamado de “actualización del modelo socialista” han sido realmente sólidos o simple “wishful thinking” o, para decirlo en español, expresión de deseos, o hacerse ilusiones.

No reclamamos para Cubanálisis-El Think-Tank certeza absoluta de precisión y exactitud de los escenarios que hemos delineado, y dejamos abierta, como siempre, la invitación a expresarse sobre este tema en nuestras páginas a todos quienes deseen hacerlo dentro de los márgenes de respeto y profesionalismo que es el standard de nuestra web, vivan en Cuba o en el extranjero.

Mientras tanto, en Cubanálisis-El Think-Tank podemos sentirnos razonablemente satisfechos mientras seguimos estableciendo la diferencia entre reproducir noticias y analizar información.

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