Fiel a su esquema neokaxtrizta para reformar la economia cubana, donde el empleo del Principio de Pareto del 80 x 20 ocupa un lugar de privilegio, el regimen cubano acelera los negocios con inversionistas extranjeros. Uno de ellos el Brasil de Lula y Dilma desembarcan en La Habana con 27 empresas, entre ellas la fabricante de las mundialmente aclamadas sandalias de playa "Havaianas", la que ha sido autorizada a realizar publicidad y merchandising en la tiendas de "robo" de divisas propiedad del clan de Biran.
De acuerdo con la gubernamental Agencia Brasileña de Promoción de Exportadores e Inversiones (Apex), los negocios aportaron 48 millones de dolares de los los 29 proyectados inicialmente.
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