viernes, junio 25, 2010

Posición del Partido Liberal Cubano sobre “La Carta de los 74 Disidentes”

PARTIDO LIBERAL CUBANO

Comité Ejecutivo

Posición del Partido Liberal Cubano sobre “La Carta de los 74 Disidentes”

Todos los seres humanos tienen derecho a la libre expresión del pensamiento. No existen razones para que renunciemos a expresar nuestras discrepancias ni justificación para el insulto, la calumnia y la diatriba. Ambas situaciones son contraproducentes y conducen al error irreparable o a la división emocionalmente personalizada. Las divergencias estratégicas han sido y son la causa más común de las rupturas irreconciliables entre los patriotas protagonistas de la confrontación histórica con la tiranía castrocomunista. La máxima “divide y vencerás” no tendrá eco en nuestro partido.

El pluralismo no es unanimidad sino variedad. La perfección mesiánica, intolerante e inquisidora, así como el monopolio de la verdad, son inaceptables. Nuestra discrepancia está sustentada en una argumentación analítica y trascendente. Está basada en el respeto mutuo con el ánimo constructivo y conciliador que La Patria necesita.

El objetivo que los firmantes alegan que persigue su gestión es acelerar la transición y sensibilizar al pueblo para producir un cambio. Lo primero es imposible porque no se puede acelerar un objeto que no existe. Todos sabemos, o deberíamos saber, que la transición no existe. Creemos que jamás existirá bajo el nepotismo castrista.

Más de treinta años de profunda sensibilización de la necesidad de cambios comenzaron con los viajes de la comunidad. Hasta una gran parte de la cúpula castrocomunista está visiblemente sensibilizada. El resultado ha sido: cero cambio, cero transición, purgas hasta en la cúpula de la cúpula y más represión. El pueblo cubano está más que sensibilizado con la necesidad de cambio, lo que se necesita es ACCION.

La carta es notablemente inconsistente porque las razones aparentes que la fundamentan así lo son. Hay muchas implicaciones erróneas a señalar en ella; un libro no bastaría para enumerarlas y para analizarlas a plenitud. Señalaremos algunas:

  • Un potencial incremento de la sensibilización que produciría el turismo norteamericano tiende a cero al compararlo con el turismo internacional recibido y con el real y profundamente sensibilizador turismo cubano-americano (amor, familia, sacrificio, y conocimiento de causa).
  • Subyace una cuota (tal vez inconsciente) de plattismo, adjunta a cierta dosis de ingenuidad, al pensar que “la invasión turística yanqui” posee el don de la superioridad.
  • Existe una contradicción en reconocer que el régimen totalitario es aislacionista por necesidad y al mismo tiempo plantear que van a permitir romper ese estatus aislacionista traspasando límites que podrían poner en peligro el control absoluto de su poder político. El caso reciente del contratista norteamericano Alan Gross demuestra una vez más que no permitirán al turismo poner en peligro al sistema.
  • El embargo y el argumento del embargo son conceptos diferentes. La tiranía sí desea romper el embargo parcial remanente, incrementando las relaciones económicas con EEUU, y con tal objetivo ha desplegado todo su poder históricamente. El argumento del embargo es otro tema: es el pretexto justificador para ocultar el fracaso del sistema y un subproducto de la supuesta guerra anti-imperialista, PASE LO QUE PASE, jamás desaparecerá. El leitmotiv existencial de la tiranía tiene que ser inmortal.
  • Los Estados Unidos se han convertido progresivamente en el mayor proveedor de productos agrícolas de Cuba. Este incremento de provisiones ha sido inversamente proporcional al tamaño de la canasta básica de la familia cubana. Constituye una contradicción, y otra dosis inherente de plattismo, considerar que un incremento de las relaciones económicas con Estados Unidos disminuirá el hambre de nuestro pueblo o le traerá libertad. El argumento sostenido es numérica e históricamente falso.

Los beneficios reales o potenciales de esa relación económica servirían principalmente para mantener al clan nepotista de la tiranía en el poder. Los beneficios económicos del régimen totalitario castro-comunista no conducen a la eliminación de la miseria popular, porque esta es una herramienta indispensable de control social. Nuestra posición es contraria a toda situación que beneficie económicamente al régimen porque desde el primer hombre hasta hoy “a mayor poder económico mayor poder político”. ¿Quién y cómo se puede negar este axioma social?

La reconciliación y el diálogo nacional son objetivos indispensables para el futuro de Nuestra Patria, siempre y cuando estén supeditados al máximo valor ético: la justicia. Esta no puede ser desplazada por la debilidad política contraproducente de un perdón alentador de la represión. Los genocidas tienen que responder por sus masacres, asesinatos, torturas, golpizas y abuso de poder. SIN JUSTICIA NO HABRA PAZ.

Creemos que la juventud liberal que ha firmado esta carta lo ha hecho impulsada por el desesperado clamor popular del cual ellos se han convertido en portavoces. Pero el verdadero liderazgo no radica en dejarse arrastrar por las expectativas populares y menos aún cuando estas dependen de la voluntad e intereses de una potencia extranjera.

Nuestro partido ha luchado y seguirá luchando junto a esta generación en todo proyecto cuya estrategia y objetivo sean el ejercicio directo y heroico de las inseparables soberanía popular y nacional. El cambio real emana de la presión popular de abajo hacia arriba. Seguiremos representando con orgullo, en el exterior, los proyectos de Candidatos por el Cambio y Voces del Barrio porque son coherentes con los principios éticos de nuestra confrontación de más de cincuenta años.

Consideramos que esta carta anónima no nació en las filas de la oposición interna. No sólo sustentamos nuestro criterio en la burda traducción que el anglicismo empoderar delata y en el desconocimiento general de los firmantes del contenido del proyecto de ley norteamericano que dicen apoyar. Una carta que no exige, no pide y no menciona la solución de la crisis de los presos políticos a cambio de lo que ofrece; es una carta que carece del sello y del timbre de humanismo, de dignidad y espíritu libertario que caracteriza los manifiestos de esa oposición interna. ¿Todo a cambio de nada?

Pero el más grave de los errores es ignorar lo que realmente está detrás de las bambalinas de la carta. En el momentum del naufragio político, económico, y generacional de la tiranía, intentan lanzar un salvavidas a los tiranos mientras el pueblo se ahoga. Están apoyando a un grupo de intereses billonarios cuyo objetivo es ser los intermediarios financieros de “la salvación” de la insalvable gigantesca bancarrota castrocomunista. Están condenando al pueblo norteamericano a resarcir el consabido impago castrista y garantizándole a la tiranía la eternidad de su status quo.

El error o el acierto dependen generalmente de las coordenadas que determinan nuestro escorzo. Nuestra latitud y longitud moral, conceptual y vital son La Libertad y La Justicia.

Firmado por el Comité Ejecutivo del PLC

Pedro López, Ramiro Gómez, Héctor Carbonell,

Carmen De Toro, Saturnino Polón, Roberto Gómez,

Ángel Ferrer, Antonio Ramos.

Dado en Miami, FL, junio de 2010

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