martes, agosto 25, 2009

VENEZUELA Y HONDURAS: LAS DOS CARAS DE LA OEA/ Asdrúbal Caner Camejo

En un artículo anterior yo había señalado acerca de la necesidad de Honduras de prepararse ante los conatos subversivos, las manifestaciones violentas y otras artimañas de los seguidores de Zelaya, apoyados con el dinero y otros suministros de Chávez. Todo eso y mucho más, está en los planes de Castro y Chávez para desestabilizar y crear condiciones para las condenas internacionales, en las cuales la OEA estaría a la cabeza.

Ahora, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en su visita a Honduras ha dicho que hay " un patrón de uso desproporcionado de la fuerza pública, detenciones arbitrarias y control de la información dirigido a limitar la participación política de un sector de la ciudadanía". Es parte del guión castro-chavista.

Sin embargo, no ha dicho absolutamente nada sobre las golpizas a los periodistas venezolanos y la represión de la policía antidisturbios contra los manifestatantes opositores, que protestaban pacíficamente contra le Ley de Educación, impuesta a la fuerza por el gobierno de Chávez.

Tampoco ha dicho nada sobre las acusaciones de la delegación de la Oposición venezolana que se entrevistó con Insulza y otros responsables de la OEA en semanas recientes.

Ha mantenido silencio sobre los opositores que han tenido que pedir asilo en Perú, por la represión y el terror castro-chavista, como son los casos de Didalco Bolívar, ex gobernador de Aragua, Manuel Rosales, ex alcalde de Maracaibo, así como otro pedido de asilo del líder estudiantil Nixon Moreno.

Se han callado frente a las denuncias de fraude en el referendo de agosto de 2004, donde se aprobaría la reelección de Chávez.

En 2005 se realizaron las elecciones para la Asamblea Nacional. La oposición se retiró por su falta de confianza en las mismas y se produjo un 75% de abstención. En las elecciones para la presidencia en 2006, también se habló de fraude. A pesar de la importante derrota sufrida el 2 de diciembre de 2007, cuando el Referendo para cambiar la Constitución, Chávez ha obtenido poderes especiales para imponer su agenda de cambios socialistas, sin contar con el pueblo de Venezuela.

La OEA y la CIDH tampoco han hecho nada frente a las violaciones al derecho de expresión, y la represión contra los medios masivos de comunicación. Ahí están los casos de RCTV, Globovisión y la revocación de permisos a unas 285 emisoras de radio y televisión. No han prestado atención a las protestas del Colegio Nacional de Periodistas (CNP) y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP) en defensa de las libertades de expresión e información. Según el ministro de Obras Públicas, Diosdado Cabello, se trata de “democratizar el uso del espectro radioeléctrico (...) y erradicar el latifundio radioeléctrico'', una manera muy singular de la nueva “democracia” totalitaria del golpista venezolano.

A pesar de los resultados de las elecciones para las gobernaciones, Chávez ha tratado de ahogar las cuatro gobernaciones y la Alcaldía Metropolitana de Caracas, que gano la oposición, quitándole medios financieros y promoviendo otros poderes administrativos bajo la dirección de Chávez. Antonio Ledezma, el Alcalde de Caracas, se ha tenido que lanzar a una huelga de hambre, frente a la represión de Chávez.

¿Y la OEA dónde estaba cuando pasó todo esto? ¿Y la CIDH dónde estaba? Silencio.

Es que de Chávez dependen Insulza y compañía. Si no se ponen a la orden del teniente coronel golpista, éste le vira la torta de las próximas elecciones en el seno de la OEA. Chávez no sólo tiene a sus chantajeados clientes del ALBA. También tiene bajo su bota militar a la OEA y sus organizaciones subordinadas. Simple y sencillo.

¿Qué dirá ahora la OEA y la CIDH sobre la decisión de la Corte Suprema de Justicia de Honduras, que se pronunció contra la restitución del títere chavista Manuel Zelaya, según la propuesta del Presidente Oscar Arias para solucionar la crisis del país centroamericano? ¿Acaso van a acusar a la Corte Suprema de golpista?

La misión de la OEA que hoy llegó a Honduras, tendrá que aceptar, no sólo la decisión de la Corte, sino también, las acusaciones de la Fiscalía General de la República contra Manuel Zelaya. La Corte Suprema señaló, además que, cualquier amnistía política para Zelaya, – que propone el Acuerdo de San José – tendrá que ser “de conformidad a lo regulado en nuestra legislación" y que "cualquier arreglo de tipo político debe pasar por el respeto a la legalidad y el control jurídico".

A pesar de la complicidad y la manipulación de la OEA y de los países del ALBA – por supuesto, bajo la dirección de los “demócratas” F. Castro y su alumno Chávez - para presentar la sustitución presidencial en Honduras como un Golpe de Estado, tanto la Fiscalía General de la República como la Corte Suprema de Justicia, ponen las bases para cualquier solución a la crisis hondureña, respaldando su decisión anterior de sustituir a Zelaya y procesarle por su conducta anticonstitucional.

No creo que los EE.UU. tomen ninguna otra medida contra los poderes legalmente constituidos en Honduras, quienes proponen esperar por las elecciones de noviembre de 2009, para solventar la actual crisis, provocada por Manuel Zelaya, y no por Roberto Micheletti ni ningún otro poder o institución en ese país.

La vicecanciller hondureña, Martha Alvarado, acaba de decir que Honduras tiene que ir “para adelante, qué vamos a hacer: vienen las elecciones, hay que fortalecer más la institucionalidad, aplicar la ley, combatir la corrupción. Ese es el reto de este gobierno, que es temporal, y de los políticos”.

Las principales propuestas del Acuerdo de San José, no tendrán ninguna aceptación por parte de las instituciones constitucionales de Honduras. Lo que resta es dejar tranquila a esa nación, para que organice su proceso electoral y, elija a las nuevas autoridades con el respaldo de la mayoría de los hondureños.

Cualquier otra posición sería para prolongar la crisis y, creo que está condenada al fracaso.

Un abrazo.

Asdrúbal Caner Camejo

Representante del PSC

en Canadá

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