jueves, mayo 07, 2009

¿Por qué Yoani Sánchez y Porno para Ricardo no están hoy en Queen's University?/ Jorge Ferrer


La bellisima y prestigiosa Queen's University de Kingston, Ontario

Jorge Ferrer en su blog El Tono de la Voz profundiza en el tema del evento sobre Cuba que comienza hoy en la Queen's University de Kingston, Ontario-Canada. Compruebo que no estado errado cuando califique de manipulacion castrista el evento. Ya hemos obtenido los permisos de las autoridades canadienses para realizar una protesta pacifica en el recinto de la universidad para demostrar de que cada lado esta la ignominia y de cual la dignidad.
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¿Por qué Yoani Sánchez y Porno para Ricardo no están hoy en Queen's University?

En relación con el evento The Measure of a Revolution. Cuba, 1959-2009, que se celebra a partir de hoy en la Queen's University, Kingston, Ontario, Canadá, publiqué ayer un post -Mariela Castro, asalariada de la Ford Foundation- señalando las fuentes de financiamiento del viaje de la Hijísima Mariela Castro y otros -Ricardo Alarcón, Miguel Barnet...- a tal celebración.

Una lectora, y colega, Laura García Freyre, me ofreció entonces el testimonio de su experiencia fallida con esa cita académica. La ponencia que ofreció presentar involucraba a la bloguera Yoani Sánchez y al grupo de rock Porno para Ricardo. No es de sorprender que fuera desechada.

Se trata, ni más ni menos, de la misma pragmática que siguen otros eventos de idéntica índole, como los organizados por LASA para gloria de sus invitados de La Habana: se purga a la Cuba contestataria en favor de la Cuba que gusta a los invitados de honor. Laura García Freyre, por cierto, cree que son algo más que invitados...

Le agradezco su cortesía con los lectores de El Tono de la Voz.

La manipulación cubana en la academia canadiense, o de cómo me excluyeron de un congreso

Por Laura García Freyre, México, DF

El congreso The Measure of a Revolution (organizado por la Universidad de Queens, conjuntamente con las universidades de North Carolina y La Habana) sesionará los días 7, 8 y 9 de mayo en Ontario, Canadá.

El nombre del congreso viene acompañado de subtítulo muy sugerente: “Entendiendo el pasado, considerando el presente”. Ese detalle debió haberme bastado para comprender que la ponencia que propuse nunca iba a ser aceptada por los organizadores. Soy perfectamente consciente de que todo congreso académico tiene sus propios parámetros para aceptar o rechazar ponencias y, de hecho, desde un principio, propone temáticas. En el caso del que nos ocupa las temáticas eran, básicamente, las mismas de siempre: política, relaciones internacionales, estudios de género, cultura, migración, raza, religión, etc.

Junto con un grupo de académicos cubano-americanos organizamos una mesa con el nombre “Weapons of mass discussion: cultural politics and the cuban revolution”, que resumimos en los siguientes términos: “This panel pays attention to the multiple ways in which cultural producers (bloggers, films makers, historians, musicians, and writters) address the cuban revolution”.

Más concretamente, los temas que nos disponíamos a abordar en nuestra mesa eran Reinaldo Arenas, los historiadores, la ópera y el exilio y, por último, Yoani Sánchez y Porno Para Ricardo.

Anoto algunos fragmentos de mi presentación, tal como la envié a los organizadores:

“El lenguaje que usan los subordinados como formas para oponerse al régimen… (se manifestaba) antes por medio del uso de la metáfora, la broma, el susurro, el anonimato… Recientemente, hay un cambio significativo en la escena en la que aparecen nuevos actores sociales…. que dejan de expresarse dentro del ámbito privado y pasan a dar sus opiniones en el ámbito público, con nombre y apellidos, manifestando su rechazo y oposición al régimen cubano. Para esta exposición me referiré a los casos de la bloguera Yoani Sánchez y el grupo de rock Porno Para Ricardo… Sánchez, con un lenguaje claro, sencillo y directo y PPR, por el contrario, con un lenguaje vulgar y soez, que toma la burla como su principal forma de confrontación…“

Los resúmenes de las cuatro ponencias propuestas se mandaron en un sólo paquete, vía e-mail, ya que se trataba de una sola mesa. Sin embargo, dos meses más tarde, los organizadores, concretamente la canadiense Catherine Krull, me escriben diciéndome que no encuentran mi filiación académica, cosa que no puede ser cierta, pues todos esos datos estaban incluidos en el currículum que se envió. Después me escribe que se ha tratado de comunicar conmigo en innumerables ocasiones y yo no le contesté, cosa que tampoco es cierta: tan solo recibí un e-mail de ella preguntándome a qué universidad pertenecía. Por último, Catherine Krull alegó que mi propuesta de ponencia no había llegado a tiempo, pero que las otras sí, ¡cuando todas se mandaron al mismo tiempo y en un mismo e-mail!

¿Cómo es posible que fuera precisamente mi ponencia la que no llegó a tiempo, que fuera ésta la que omitiera la filiación académica de la autora? ¿Cómo es que mi ponencia fue la única que encontró mil peros? La respuesta es obvia: no me querían tener ahí y ante ese hecho otro de los ponentes que iba a presentarse en la misma mesa que yo declinó su participación en solidaridad conmigo.

Finalmente los organizadores me escribieron el siguiente e-mail (clíckese sobre la imagen para leer):

Dejo claro aquí que ellos no se contactaron conmigo several times, como dicen, y que toda la información que necesitaban, constaba en mi currículum.

Contesté lo que sigue a la dirección de correo de los organizadores (clíckese sobre la imagen para leer):

La respuesta que obtuve fue la siguiente (clíckese sobre la imagen para leer):

Veamos cuáles son las muchas corrientes ideológicas que, según Cathie Krull, están presentes en el congreso que organizó la academia cubana en Canadá.

Basta darse una vuelta por el programa para constatar que lo que dice es falso y que ese congreso bien pudo ser organizado en Cuba y sería exactamente el mismo, pues es evidente que los temas que se van a discutir fueron diseñados en La Habana. Ni en los grandes eventos de la academia norteamericana (donde también se presentan conferencias que defienden la viabilidad de la revolución) se manejan ya temas que sólo se discuten -mejor dicho, se plantean- en La Habana. ¿Quién va a discutir en términos admirativos sobre “El legado de Fidel Castro”, por ejemplo, tema programado en el panel 35 del Congreso en Canadá?

Y otros temitas, ya superados por academias más avanzadas, aun la de Miami (a la que mucho se le discute, pero cuyos congresos son, en definitiva, académicos). Sólo hay que echar una ojeada al temario para comprender que o bien la academia canadiense está sumamente atrasada o responde a los dictados de La Habana. Cualquiera de los dos planteamientos resulta nefasto para los canadienses.

Chequeen los temas a discutir (porque, valga la redundancia, los congresos académicos son para discutir académicamente: no son congresos del Partido): “La Evolución de la Democracia Socialista y del Estado Cubano”; “Una Revolución dentro de la Revolución: política de género”; “Participación popular y Revolución”, más otros relacionados con el ALBA, la salud, la educación (sin hablar de los maestros emergentes, por supuesto). En el panel “Cultura, Religión y Sociedad Civil” se ve cómo ponen a esta última como un mero agregado, negándole su importancia, porque lo que se hablará en Canadá al respecto tendrá que ver más con arte, cultura y religión que con sociedad civil.

En las 47 mesas con las que cuenta el congreso de Canadá, ¿dónde me iban a colocar con una ponencia sobre los jóvenes y su discurso de resistencia? Supongo que en alguno de los dos paneles que tienen dedicados a los jóvenes, pero no, allí no cabemos Yoani Sánchez, ni Porno Para Ricardo ni yo, porque ahí se va a discutir sobre el reggaetón, Frank Delgado y sobre la “Juventud Revolucionaria y las nuevas economías de consumo” (yo les llamo juventudes post–revolucionarias). Pero la mesa más cómica, sin dudas, es la de “Youth Cultures I: Generations apart?” donde se va a “discutir” sobre la juventud de principios de los años sesenta, esa juventud que nos quieren vender como eterna.

Para qué ahondar con los temas de las mesas del Congreso, cuando es evidente su caducidad y su falta de relación con las temáticas modernas que debaten otras academias. Este congreso no sólo cojea por los temas, sino también por los expositores. No estarán los grandes especialistas, como Carmelo Mesa Lago, Rafael Rojas, Marifeli Pérez-Stable, Alejandro de la Fuente, etc. El único con renombre que estará ahí es Jorge Domínguez, que espero no siga hablando de la transición bajo Raúl Castro como lo hizo en un congreso en Nueva York ante especialistas en Estudios Cubanos.

Como le decía a Catherine Krull, me alegro de no asistir a ese congreso, no sólo porque seguro hubiera pasado un mal rato con una “Brigada Académica de Respuesta Rápida” (existen, se los aseguro), sino que hubiera gastado mi plata en vano, porque los académicos que no tenemos ninguna credencial de un instituto cubano, tenemos que buscar nuestros propios sponsors.

Nuestras universidades, si cuentan con los recursos, nos dan una parte del dinero para asistir a los congresos: lo demás sale de nuestros bolsillos. Nosotros, los académicos de otras orillas, no estamos bajo el amparo de la Fundación Ford. Por lo tanto, siguiendo la palabrería del régimen, no somos asalariados del imperio.

Laura Garcia Freyre. Egresada con Mención Honorífica de la Licenciatura y Maestría en Estudios Latinoamericanos de la Facultad de Filosofia y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México. Es Candidata a Doctora por la misma universidad. Se especializa en Estudios Cubanos. Ha realizado estancias de investigación en la Florida International University y se ha presentado en numerosas ocasiones en congresos en Estados Unidos y México. Recientemente la Association for the Study of Cuban Economy le concedió el Primer Premio al Mejor Ensayo por su trabajo "De la Iglesia a la Plaza: las Damas de Blanco y la lucha por el espacio pùblico en La Habana". Actualmente prepara su tesis de doctorado sobre la transición desde abajo.

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