JOSÉ MARTÍ Y LOS VIAJES A CUBA / 1887
Nos trajo aquí la guerra, y aquí nos mantiene el aborrecimiento a la tiranía,
tan arraigado en nosotros, tan esencial a nuestra naturaleza, que no podríamos
arrancárnoslo sino con la carne viva!
¿A qué hemos de ir allá, cuando no es posible vivir con decoro, ni parece aún
llegada la hora de volver a morir?... ¿A qué iríamos a Cuba? ¿A oír chasquear el
látigo en espaldas de hombre, en espaldas cubanas, y no volar, aunque no haya
más armas que ramas de árboles,a clavar en un tronco, para ejemplo, la mano que
nos castiga?
¿Ver el consorcio repugnante de los hijos de los héroes, de los héroes mismos,
empequeñecidos en la pereza, y los vicios importados que ostentan, ante los que
debieran vivir de espalda a ellos, suprosperidad inmunda?
¿Saludar, pedir, sonreír, dar nuestra mano, ver a la caterva que florece sobre
nuestra angustia, como las mariposas negras y amarillas que nacen del estiércol
de los caminos? ¿Ver un burócrata insolente que pasea su lujo, su carruaje, su
dama, ante el pensador augusto que va a pie a su lado, sin tener de seguro dónde
buscar en su propia tierra el pan para su casa?
¿Ver en el bochorno a los ilústres, en el desamparo a los honrados, en
complicidades vergonzosa, al talento, en compañía impura a las mujéres, sin los
frutos de su suelo al campesino, que tiene que ceder
al soldado que mañana lo ha de perseguir, hasta el cultivo de sus propias cañas?
¿Ver a un pueblo entero, a nuestro pueblo, en quien el juicio llega hoy a dónde
llegó ayer el valor, deshonrarse con la cobardía o el disimúlo? Puñal es poco
para decir lo que eso duele.
¡Ir, a tanta vergüenza! Otros pueden: ¡nosotros no podemos!
José Martí
10 de octubre de 1887
Nos trajo aquí la guerra, y aquí nos mantiene el aborrecimiento a la tiranía,
tan arraigado en nosotros, tan esencial a nuestra naturaleza, que no podríamos
arrancárnoslo sino con la carne viva!
¿A qué hemos de ir allá, cuando no es posible vivir con decoro, ni parece aún
llegada la hora de volver a morir?... ¿A qué iríamos a Cuba? ¿A oír chasquear el
látigo en espaldas de hombre, en espaldas cubanas, y no volar, aunque no haya
más armas que ramas de árboles,a clavar en un tronco, para ejemplo, la mano que
nos castiga?
¿Ver el consorcio repugnante de los hijos de los héroes, de los héroes mismos,
empequeñecidos en la pereza, y los vicios importados que ostentan, ante los que
debieran vivir de espalda a ellos, suprosperidad inmunda?
¿Saludar, pedir, sonreír, dar nuestra mano, ver a la caterva que florece sobre
nuestra angustia, como las mariposas negras y amarillas que nacen del estiércol
de los caminos? ¿Ver un burócrata insolente que pasea su lujo, su carruaje, su
dama, ante el pensador augusto que va a pie a su lado, sin tener de seguro dónde
buscar en su propia tierra el pan para su casa?
¿Ver en el bochorno a los ilústres, en el desamparo a los honrados, en
complicidades vergonzosa, al talento, en compañía impura a las mujéres, sin los
frutos de su suelo al campesino, que tiene que ceder
al soldado que mañana lo ha de perseguir, hasta el cultivo de sus propias cañas?
¿Ver a un pueblo entero, a nuestro pueblo, en quien el juicio llega hoy a dónde
llegó ayer el valor, deshonrarse con la cobardía o el disimúlo? Puñal es poco
para decir lo que eso duele.
¡Ir, a tanta vergüenza! Otros pueden: ¡nosotros no podemos!
José Martí
10 de octubre de 1887
Revise este post pues no se lee .., es un jeroglifico.
ResponderEliminarPerdone pero no entiendo. No se ve o esta en desacuerdo con lo que dice Marti?
ResponderEliminarMuy ingenioso, felicidades. “¿Ver a un pueblo entero, a nuestro pueblo, en quien el juicio llega hoy a dónde
ResponderEliminarllegó ayer el valor, deshonrarse con la cobardía o el disimulo? Puñal es poco
para decir lo que eso duele.”
Saludos
Gracias Carmen.
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