miércoles, diciembre 10, 2008

Nosotros los Cubanos

Colaboracion de mi amigo Chullo.

Miami y los cubanos

Del blog de Andy Bergen (un orgulloso norteamericano que admira a los cubanos)

El primer pecado del cubano fue su aprecio desmedido por el standard de vida y el progreso.

El segundo pecado fue que antes de 1959 su moneda nacional valía más que el dólar.

El tercer pecado fue hacerle la música al mundo.

Pero el peor pecado de los cubanos fue levantar una gran ciudad de lo que fuera un terreno pantanoso en Florida para convertirla en el puerto estadounidense hacia las Américas y un punto obligado del turismo mundial. Quien le niegue este pecado a los industriosos cubanos, está divagando o es un acomplejado.

Entonces, ¿los cubanos son malos, regulares o simplemente muy buenos?

Jesucristo dio una pauta para la conducta humana cuando dijo: “Por sus obras los conoceréis”. Así que ya tienen en Miami una regla para medir a los cubanos.

Yo no soy de ascendencia cubana. Tampoco creo que los cubanos lo sean, pues los verdaderos cubanos fueron los Taínos, los Siboneyes y Guanajatabeyes que poblaban la hermosa isla, pero fueron exterminados por quienes luego dieron origen al nuevo pueblo cubano.

Creo que la expresióncubanoviene siendo como un título de nobleza. No se puede decir siquiera que cubano sea una raza. En el pueblo cubano hay de todo: blancos europeos, negros, mulatos y hasta asiáticos. Puedes encontrarte a un chino bailando rumba y diciendo: “¿Qué volá, mi socio?”

A mi entender, el cubano no es más que un proyecto genético bien concebido en un lugar llamado Cuba. Creo realmente que el cubano es distinto a todos los demás latinoamericanos. Tal vez sea su posición geográfica o su herencia euro-africana la que los hace tan especiales.

Los cubanos hablan alto, gesticulan con las manos, son prepotentes y se ríen de todo el mundo, pero también de ellos mismos y de sus desgracias. De su dolor sacan arte y de su alegría hacen verdaderas zarzuelas. El cubano no suele ser racista, pero es clasista. Lo bueno que tiene Miami es que aquí todas las aguas cogen su nivel”, me dijo una vez un amigo cubano refiriéndose a las castas sociales, supuestamente eliminadas en Cuba para que la chusma se mezcle con las capas altas y educadas. Sin embargo, el cubano liberó al negro mucho antes de que los negros estadounidenses fueran libres. En Cuba nunca se les llamó afrocubanos sino, simplemente, cubanos. El negro de Cuba es tan cubano como el blanco o el mestizo.

No obstante, los cubanos, en especial los de Miami, son uno de los pueblos más vilipendeados en el mundo. Creo sinceramente que hay mucha envidia en esas críticas. Molesta mucho su éxito extraordinario, sus cinco congresistas en el Congreso de EE.UU, su enorme poder económico, su influecia política, su afán de trabajo y progreso, la imposición de su idioma y sus costumbres, y mucho más.

El cubano, por su ingenio y laboriosidad, nunca podrá escapar a su destino. Siempre tendrá a su lado al hermano Caín, al amigo Caín, a todas esas razas y etnias que no soportan el éxito de los demás y quieren aplastar a los triunfadores.

Yo vivía en Miami en los 60s, cuando los cubanos empezaron a llegar en grandes cantidades. No tenían nada, sólo un gran orgullo y el inmeso dolor de haber tenido que dejar a su bella isla detrás. Pronto me di cuenta de que esta gente no había llegado a Estados Unidos en busca de un plato de comida. Venían con alma de colonizadores, en busca de progreso y libertad de ideas y expresión; y conquistaron estas tierras, para luego levantar a la gran urbe cosmopolita que es el Miami de hoy. ¿Qué habría sido de la isla de Cuba si a su pueblo no le hubieran truncado la creatividad y el espíritu empresarial? Probablemente sería la verdadera “perla de las Antillas”, envidia de América Latina y de muchos pueblos más.

Los cubanos son comparables con la comunidad judía e italiana en Estados Unidos, que se levantaron triunfantes después de años de vicisitudes. ¿Qué sería de Miami si algún día se marchan los cubanos? Ningún otro pueblo lograría imprimirle tanto sabor y alegría a la ciudad de Miami. Por eso me gusta tanto la letra de la canción de la cantante cubana Marisela Verena.



No hay comentarios:

Publicar un comentario