Ha muerto el elefante del circo. Era el ultimo recurso que quedaba para continuar la funcion.
La saltimbanquin del turbante, la maromera, la trapecista, la barbuda. Hay poco presupuesto y hay que adoptar diferentes disfraces. Al gran payaso de las orejas enormes y la boca deforme ya ni los niños se rien de su nariz ni de sus continuas ridiculeces.
El que mas risas finje porque no puede mostrarle el desprecio que por tal cobarde e imbecil siente no le queda mas remedio que sonreir y pedir que manden un poco mas de petroleo. Mientras tanto se despegan y se hacen los inocentes y observan las barbas de sus vecinos arder.
Un plebiscito adverso, un Emmanuel que corono un ridiculo mas, un complice que despues de muerto ha hablado como ninguno vivito y coleando y que tanto dolor ha causado entre los mas desvergonzados complices. Algunos que comienzan a negarse a proclamar consignas estupidas.
La ultima esperanza se ha desvanecido.
Como se logra la hazaña perfecta del gobierno legitimo y magnifico de Colombia de matar al elefante, de liberar a la joya de la corona al rescatar a la colombo-francesa Ingrid Betancourt, uno de los rehenes, de los secuestrados que mayor repercusion mundial ha despertado por su manipulacion de algunos mal intencionados y los esfuerzos legitimos de Francia, Sarkozy.
Como se logra la operacion de inteligencia? Cuenta Ingrid como unos personajes surrealistas con camisetas del Che, para disfrazarse de tan infames, crueles, y miserables como los secuestradores, terroristas, narcotraficantes y asesinos de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias Cubanas, perdon, Colombianas).
Parece que mientras tanto otros se resisten a dirigirse al medio-Evo y una indigena, mas indigena, digna y consistente con el bienestar de Bolivia arrasa en la voluntad del pueblo de su departamento mientras se opone al gobierno central del agente bolivarianista.
Nos quedan dos o tres que en cualquier momento pierden la escalera y se quedan agarrados de la brocha.
Parece que los tiempos estan cambiando para mejor y aunque muchos petrodolares se repartan junto con el precio del barril se han ido elevando los precios de los pocos infames y los muchos fracasos.
Parece que sin que el Rey les recuerde su frase genial y oportuna algunos tendran ahora no un complice minuto de silencio sino muchos dias y horas donde preferiran mantener las fauces cerradas.
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