Ahora que parece que hay que decir adiós a Fidel Castro hay que hacerlo bien. Y qué mejor que con una poesía. Que mejor que con una de León Felipe, que de poesía y de cantos a la Libertad sabía algo.
Sí, castristas, yo me voy a crecer con los muertos. Sí, castristas, la gente que vive en Cuba volverá mañana en el córcel del viento…pero vosotros ya os estaréis yendo….
“Volveré mañana en el corcel del Viento
Volveré. Y cuando vuelva, vosotros os estaréis yendo:
Vosotros los alcabaleros de la muerte, los centuriones
en acecho
bajo la ojiva de la puerta, los constructores de
ataúdes que al medir el cuerpo
amarillo de los que se van, con la cinta de metro y
medio
en los alfayates, decís siempre: ¡Cómo crecen los muertos!
¡Oh, sí! Los muertos crecen. El ultimo traje que se hicieron,
al amortajarlos ya les viene pequeño.
Crecen. Y apenas los entierran, rompen los tablones de
pino y los catafalcos de acero;
crecen después en la tumba, fuera de la caja, abren la
tierra como las semillas del centeno
y ya, bajo el sol y la lluvia, en el aire, sueltos,
y sin raíces, siguen y siguen creciendo.
Yo me voy a crecer con los muertos.
Volveré mañana en el corcel del Viento.
Volveré, y ¡volveré crecido!
Entonces vosotros que os estaréis yendo
no me conoceréis. Mas cuando nos crucemos
en el puente, yo os diré con la mano:
¡Adiós, alcabaleros,
centuriones,
sepultureros!…
A crecer, a crecer,
a la tierra otra vez…
al agua,
al sol,
al Viento… al Viento…
¡Otra vez al Viento!”
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