Por Ana Centurión
Publicado originalmente en El Nuevo Herald [Colaboracion de Espin-xiones]
El parche forma parte de la cultura cubana desde 1959 en que, por obra y gracia de las escaseces que trajo la forma de gobernar de Fidel Castro, todo lo que antes al romperse se botaba ahora se conserva con su parche.
Nada desaparece definitivamente, todo se posterga, se reutiliza, se transforma. No se desfacen entuertos, se posponen. ¿Que se rompió el cristal de la ventana? Un cartón. ¿Que se cayó la puerta del armario? Una cortina. ¿Que se le fundió al Chevrolet el motor? Un motor de Lada. ¿Que se acabó el tape? Esparadrapo. ¿Que se acabó el esparadrapo? Una jabita. ¿Que gotea la pila del agua? Un tapón. ¿Que se rompió la jarra de agua? Un pomo plástico. ¿Que se acabaron los tornillos? Clavos. ¿Que se rompió la rejilla del sillón? Tabla. ¿Que se rompió la pata de la cama? Ladrillo. ¿Que se cayó el yeso de las paredes? Cemento. ¿Que se rompió el elevador? Escaleras. ¿Que se acabó el desodorante? Leche de magnesia. ¿Que se acabó el champú? Vinagre. ¿Que se deshizo la frazada de trapear? Toalla. ¿Que se deshizo la toalla? Pullover. ¿Que se acabó el gas? Leña. ¿Que se acabó el campo socialista? Chávez. ¿Que a Fidel lo operan? Raúl. ¡Hasta en eso el parche!
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