CONTRA EL PINGALISMO CASTRISTA/
"Se que no existe el consuelo
que no existe
la anhelada tierrra de mis suenos
ni la desgarrada vision de nuestros heroes.
Pero
te seguimos buscando, patria,..." - Reinaldo Arenas
en familia, como corresponde. como en la finca de kubichelandia y en el imperio suche. ---------------- Wikipedia
Jorge Alberto Arreaza Monserrat2
es un internacionalista, profesor y político venezolano que ha ocupado
diversos cargos de importancia en la Administración del presidente de Hugo Chávez y en la de su sucesor Nicolás Maduro. Desde el 9 de marzo de 2013 es el Vicepresidente de Venezuela3 cargo que se une al de Ministro de Ciencia y tecnología que ocupa desde 2011.
Biografía
Jorge Arreaza es licenciado en estudios internacionales egresado de la Universidad Central de Venezuela, fue becado por la Fundación Gran Mariscal de Ayacucho durante la década de 1990 lo que le permitió obtener una maestría de Estudios políticos europeos en Inglaterra. En la UCV también ejerció el periodismo y la docencia universitaria,4 además de trabajar como locutor y entrevistador en varios canales de televisión pública de Venezuela.5
En noviembre de 2005
asumió el cargo de presidente de Fundayacucho institución que otorga
becas universitarias para estudiantes venezolanos. Esta casado desde 2007
con una de las hijas del fallecido presidente Chávez, Rosa Virginia
Chávez con la que tiene un hijo, la conoció mientras estudiaba con ella
en la Escuela de estudios internacionales de la misma Universidad. En
enero de 2010 fue nombrado viceministerio de Desarrollo Científico y Tecnológico, el 27 de noviembre de 2011 asumio el cargo de Ministro de Ciencia y Tecnología. Tras la muerte de Chávez en marzo de 2013
el presidente encargado Nicolás Maduro lo designó Vicepresidente
Ejecutivo de la República. Durante su gestión ha impulsado proyectos
conocidos del gobierno venezolano como las computadoras canaimas en la
educación primaria, el aprovechamiento de los satélites Miranda y
Bolívar y la implementación de la televisión digital terrestre en
Venezuela. La oposición
ha criticado sus nombramientos debido al vinculo familiar que tiene con
una de las hijas del presidente Chávez, sin embargo Arreaza también es
primo hermano y ahijado del opositor Alberto Federico Ravell ex director
de la cadena Globovisión y director del medio digital la Patilla.
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Laura Weffer Cifuentes-Lisseth Boon
Jorge Alberto Arreaza Monserrat, de 39 años, fue nombrado como
vicepresidente por el presidente encargado, Nicolás Maduro. Se
desempeñaba como ministro de Ciencia y Tecnología.
No sólo es uno de los más cercanos colaboradores y yerno del
presidente Hugo Chávez, sino que por momentos, también se ha adueñó de
su voz.
Durante la convalecencia del Presidente en La Habana, el internacionalista de 39 años, dio la cara por su suegro
y a través de las redes sociales y medios de comunicación,
retransmitió mensajes y partes médicos del Jefe de Estado, aquejado de
cáncer desde hace dos años y que falleció este 05 de marzo en Caracas.
La
cercanía entre ambos quedó evidenciada el 15 de febrero pasado. Ese
día, los medios se encadenaron y aunque el ministro de Comunicación e
Información, Ernesto Villegas, estaba presente durante la transmisión e
hizo la presentación del espacio, el comisionado para mostrar las primeras y tan esperadas fotos del presidente Chávez en el hospital con sus dos hijas, las que le darían la vuelta al mundo, fue Arreaza.
Él se ha encargado de describir la rutina presidencial.
Fue quien advirtió que el Presidente "manda más que un dinamo". El 15
de febrero, en una entrevista en Telesur, contaba que han tenido varias
jornadas de trabajo y que aunque el Jefe de Estado enfrenta dificultades
para comunicarse, se hace entender.
"Uno lo
que tiene es que poner atención y él comunica perfectamente sus
decisiones, cuando nos las escribe también, en algún momento él
reflexiona, escribe algunas cosas, las comparte con nosotros".
Funcionario impertérrito
De naturaleza discreta, tranquila y comedida, Arreaza adquirió notoriedad pública luego de que se convirtiera en el yerno de Chávez, al casarse en 2007 con Rosa Virginia, su hija mayor.
La unión entre ambos selló el inicio de su carrera política.
Profesores que lo conocieron cuando cursaba la carrera de estudios
internacionales en la Universidad Central de Venezuela, aseguran que nunca se destacó por su militancia o ideología.
Más bien lo describen como un muchacho reservado aunque muy firme en sus argumentos,
cualidad que luego le sirvió para llevar adelante el programa Diálogo
abierto en Venezolana de Televisión. Arreaza dejó el espacio para
escalar en la carrera burocrática.
Su primer puesto la actual administración Chávez fue la presidencia de Fundayacucho
(que asumió en noviembre de 2005), organismo creado durante el primer
gobierno de Carlos Andrés Pérez para la capacitación del talento
venezolano en el extranjero.
De hecho, él se vio beneficiado por el programa de becas. Estudió una maestría de Estudios Políticos Europeos en Inglaterra.
El
27 de noviembre de 2011 fue designado como ministro de Ciencia y
Tecnología, cargo que ejerce hasta ser nombrado vicepresidente y que fue
antecedido por su paso en el viceministerio de Desarrollo Científico y
Tecnológico donde estuvo desde enero de 2010.
Su nombramiento fue criticado por la oposición, porque no tendría las credenciales suficientes para estar frente de la cartera.
El
énfasis de su gestión ha estado en la producción y entrega de
Canaimitas, en el manejo del Satélite Simón Bolívar y la Televisión
Digital Abierta.
Se describe a sí mismo, en su cuenta de Twitter, como "militante, socialista y bolivariano" y se refiere a su suegro como "comandante presidente".
Por lo menos oficialmente, no hay espacio para sensiblerías.
Sin embargo, en el álbum familiar que fue publicado por la cadena
Univision, en varias gráficas aparece él junto a Chávez y una en
particular, se le ve jugando tenis de mesa con el mandatario. Solo ellos dos.
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Reporte Confidencial
“Gracias infinitas por tanto amor al presidente Chávez. El pueblo
siempre con su comandante, en todas las batallas”. Jorge Arreaza,
ministro de Ciencia y Tecnología, escribió este tuit desde La Habana,
ciudad que en el último año ha sido testigo de su ascenso meteórico
dentro del oficialismo. Nadie duda de que el yerno de Hugo Chávez es el
político emergente, el hombre más apegado al comandante revolucionario
durante sus distintas convalecencias en Cuba desde junio de 2011. Y el
más capacitado para, llegado el caso, transmitir su herencia política de
los últimos meses.
Arreaza y Chávez congeniaron desde su boda en 2007 con Rosa
Virginia, la mayor de los cuatro hijos de Chávez. Así lo confirma la
histórica fotografía en el Balcón del Pueblo, el 28 de julio de 2011, al
regreso de Chávez de La Habana y cuando decidió cambiar el lema
“Patria, socialismo y muerte” por “Para vivir viviendo”. En Venezuela el
cáncer ha cambiado hasta las consignas políticas.
Nadie imaginaba que el internacionalista Jorge Arreaza, conductor del
programa de Venezolana de Televisión “Diálogo abierto”, acabara no sólo
convertido en “hijo político” del presidente, sino en el líder de un
grupo de jóvenes bien preparados de la Revolución. Hijo de diplomáticos,
con postgrado en Europa, Arreaza nunca demostró convicciones marxistas
en la Universidad.
Al aterrizar en 2005 en Fundayacucho, organismo apreciado en la
sociedad venezolana porque se dedica a conceder becas de estudios, el
yerno del presidente insistió en no hacer proselitismo, tan habitual en
otras instituciones del Gobierno. “Aquí cabemos todos”, llegó a
plantarse frente a un militar que pretendía imponerle criterios
partidistas. Con el tiempo, el joven internacionalista se fue rodeando
de radicales de la Revolución y apartándose de los técnicos.
En paralelo, Arreaza impartía clases de Estudios Internacionales. Y
entre sus alumnos, una que destacaba: Rosa Virginia Chávez. Surgió el
amor, el profesor abandonó a su anterior pareja y se casaron. Pronto
nacería su hijo, al que el presidente desde muy pequeño bautizó como El
Gallito.
La meteórica carrera de Arreaza se disparó nada más aterrizar en la
familia Chávez. Pronto fue nombrado viceministro, saltando a la
titularidad de Ciencia y Tecnología en 2010. Contaba con la confianza
total del presidente, que nunca dudó de su parentesco familiar con
Alberto Federico Ravell, el exdirector de Globovisión.
Arreaza fue conformando su círculo de poder, que al principio gravitó
en torno a la figura del por aquel entonces vicepresidente Elías Jaua,
el ala izquierda y universitaria del partido frente a la de Maduro, más
sindicalista, y la militarista de Diosdado Cabello, a quien nunca se
acercó. Otros ministros jóvenes, Andrés Izarra (hombre fuerte de
TeleSur), Temir Porras y Luis Berrizbeitia (hijo de la historiadora Inés
Quintero, alejada del credo chavista) fueron creciendo en liderazgo
interno del chavismo hasta la primera crisis provocada por la dos
operaciones realizadas a Chávez en junio de 2011.
Hoy el ministro, encargado por el Consejo de Ministros para asistir
al presidente enfermo, se ha convertido en su mano derecha en La Habana.
Y tan arriba ha llegado que participó en las negociaciones de la cúpula
chavista para conformar la hoja de ruta del oficialismo, el conocido
como Pacto de la Habana.
De esos acuerdos salió reforzada la bicefalia Cabello/Maduro, con
Arreaza posicionado muy cerca del vicepresidente; con Rafael Ramírez,
presidente de PDVSA, aportando el músculo petrolero del Gobierno; y con
el gobernador Adán Chávez, hermano mayor del mandatario, dando también
el consentimiento familiar.
La acción política de Arreaza ha continuado paralela a su desempeño
como portavoz de la familia Chávez. “El comandante sigue batallando duro
y le envía todo su amor a nuestro pueblo. ¡Constancia y paciencia!”,
reclamó a principios de año a través de su twitter. Muy parecida a la
que él mismo ha desarrollado en su escalada al poder.
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Caracas,
16 de julio de 2012 * La familia de mi novia, trilogía donde se relata
la historia de un suegro que somete a su yerno a pruebas extravagantes
para saber si se merece el corazón de su hija, se parece a esta
historia. Pero además, en su última entrega, el nuevo reto es capacitar a
su hijo político en las mismas responsabilidades, que como durante años
tuvo como líder de familia. El film es una parodia cómica, mientras que
este relato, es cosa seria.
Algo que se ha demostrado en
algunos regímenes de izquierda modernos, es el traspaso del poder a
familiares. Estos gobiernos hereditarios han entregado la presidencia
cuando se han visto incapacitados para continuar en el cargo.
Tal es caso de la enfermedad de Fidel Castro y la asunción de su hermano
Raúl en la dirección de Cuba y el reemplazo de Kim Jong-Il, por su
inexperto hijo menor, Kim Jong-Un, en el manejo de una potencia nuclear
como Corea del Norte. Manteniendo las distancias, pero recordando la
admiración que siente el actual gobierno por el régimen implantado en la
isla caribeña, tal sistema de transición, se podría reproducir.
Hace más de un año de aquel discurso
leído que estremeció a Venezuela, donde Hugo Rafael Chávez indicaba que
se encontraba enfermo de cáncer. Luego de su supuesta recuperación total
y un nuevo anuncio a principio de año, volvieron las dudas sobre si el
Primer Mandatario podría llevar a cabo su campaña rumbo a la reelección,
y aún más de su capacidad para mantenerse en frente a Miraflores.
Muchos nombres han sido mencionados para suplantar al actual candidato y
en alguna oportunidad, hasta en el mundo esotérico, se veía una mujer
comandando en el país.La idea no pareció tan descabellada,
ya que existía una candidata a primarias en la oposición. Quizás,
alguna de las hijas de la familia Chávez, podría continuar con el
proceso de su padre. Más aún cuando su hija mayor, Rosa Virginia, se ha
desempeñando en los últimos años en las funciones destinadas para la
Primera Dama. La difusión mediática de Rosa Virginia ha
aumentado al acompañar y ayudar a su padre durante su recuperación. Lo
que no se pensó es que podría ser su esposo, el yerno de Hugo Chávez.
Aunque no se trata de un familiar consanguíneo, Jorge
Arreaza es muy apreciado por el Presidente. No sólo se trata de su
yerno, esposo de su hija Rosa Virginia, sino también una pieza clave en
el gabinete ministerial. Jorge Alberto Arreaza Montserrat es un
joven de 39 años quien estudió en la Universidad Central de Venezuela
la carrera de Estudios Internacionales, donde conocería a su futura
esposa. Luego de realizar una maestría en Estudios Políticos
Europeos, se convirtió en docente de su casa de estudios donde imparte
la cátedra “Europa”. También fue periodista en Venezolana de Televisión y
compartió pantalla con la licenciada Vanessa Davies. Posteriormente en
el año 2005 fue presidente de la Fundación Gran Mariscal de Ayacucho
(Fundayacucho).
Desconsideración
Durante la década de los noventa, el
veinteañero Jorge Alberto, cursó la maestría comentada en líneas
anteriores, en el Reino Unido. Todo esto gracias a una beca que
Fundayacucho le prestó en la llamada “Cuarta República”. En su momento frente a la institución, llegó a cuestionar los privilegios y destinos ofertados.
Un importante ex ejecutivo del sistema de
medios públicos, confesó algunas de las informaciones que tenía acerca
de Jorge Alberto durante su paso por el canal del Estado. “Lo
conocí después de los eventos de abril de 2002, cuando era ancla de VTV.
Para ese momento, Jorge se había asociado con un personaje llamado
Raúl. La asociación sería para monopolizar toda la publicidad oficial”.
La fuente además informó que las ganancias de la sociedad debieron ser
cuantiosas, debido a su producción, ya que eran realizadas en las
instalaciones y con el equipo del canal 8. “Y aún así cobraban
como agencia separada. Hoy en día Raúl es un adinerado boliburgues. En
esa época, un periodista de VTV me dijo que Jorge salía con la hija
mayor de Chávez, pero ya se conoce el final feliz de eso”.
Jorge Alberto contrajo nupcias en
el año 2007 con la hija del Presidente, luego de que ésta se divorciara
de Pedro Pietro; con quien se casara en el Palacio de Miraflores. Del
nuevo feliz matrimonio, nació un nuevo nieto para el líder de la
revolución. Hoy día el pequeño tiene 5 añitos y fue bautizado
por su abuelo como “El Gallito”. Posteriormente, en 2008, la acertada
pareja fue vista paseando en la ciudad europea de Paris, junto a 10
guardaespaldas, rumbo a la residencia del embajador venezolano en
Francia.
Influencias
Según la fuente, el comportamiento de
Jorge Alberto dio un vuelco de 360 grados, luego de convertirse en el
yerno de Hugo Chávez y en el actual ministro de Ciencias y Tecnología.
Revela que se ha valido de su posición como familiar del Presidente para
ejecutar exigencias y favores. “Él era un chamo delgado, respetuoso…
pero ahora sólo con ser nombrado causa alboroto en su ministerio. Tanto
es el miedo que le han agarrado, que dentro del mismo Partido Socialista
Unido de Venezuela, sus opiniones han sido tomadas como mandatos”,
indicó.
Pero no sólo ser hijo político de un
Presidente lo ha ayudado. También es hermano de Gustavo Arreaza, el
Joaquín Riviera de la revolución, quien fue el autor de la letra y la
música del himno del Partido Socialista Unido de Venezuela y demás
espectáculos artísticos relacionados al gobierno. Sin embargo, la gran
sorpresa se da al continuar revisando el árbol genealógico de Jorge
Alberto, quien sería primo y además ahijado del ex Director de
Globovisión y cabeza de LaPatilla.com, Alberto Federico Ravell Arreaza.
De esta manera, dos figuras opuestas como Chávez y Ravell, en realidad
son familia, por lo menos política.
Rumbo al 7-O
Durante varios de los viajes del Primer
Mandatario a la isla de Cuba, para realizarse tratamientos por su
enfermedad, siempre se vio acompañado por sus hijas y de vez en vez
junto a Nicolás Maduro, Canciller de la República y Ministro de
Exteriores. El retraimiento mediático que ha sufrido Arreaza durante los
últimos años, hizo que su paso por La Habana, fuera casi desapercibido.
Pero en varias de las alocuciones que Chávez haría desde la isla, Jorge
sería mencionado o fotografiado tímidamente detrás del protagonista.
Nuestro informante vinculado a Arreaza y
al alto gobierno, explicó que Maduro fue prácticamente sustituido por su
joven yerno, que “ha estado desempeñándose como asistente de Chávez y es una de las fuentes de asesoramiento más inmediatas que tiene”.
Además manifestó que en las venideras elecciones, también están en
juego las gobernaciones que el chavismo desea recuperar. Entre ellas la
del estado Miranda. “(Elías) Jaua fue llamado a cubrir la vacante de
candidato del Psuv por Miranda, para que pudiese ser sustituido de la
Vicepresidencia en cualquier momento. Así se justifica su reemplazo. El
nombre que más suena para este cargo es el de Jorge Alberto. No
sólo así quedaría momentáneamente la presidencia en manos de un miembro
directo de la familia Chávez, también se aseguraría un posible candidato
con características similares al del actual contrincante, si por
motivos de salud, Chávez no puede continuar con la campaña”.
Hugo Chavez’s death could very well result in an uncertain and unstable succession battle that will define Venezuela’s future for better or worse. With that country one of the world’s largest exporters of crude oil and the fourth-largest supplier of crude oil and petroleum products to the United States, the Obama administration needs to get active in helping to shape events in a positive direction.
It will not be easy, given the levels of acrimony and polarization that Mr. Chavez leaves in his wake. Still, it presents an extraordinary opportunity to pull Venezuela back into the peaceful community of regional nations, after more than a decade of Mr. Chavez’s troublemaking that has set back regional prospects for stability and economic development.
It may be that the late Venezuelan leader had an emotional connection with the country’s poor and marginalized, but the reality is that he is leaving behind an impending socioeconomic meltdown, a faltering oil sector, complicity with drug trafficking and terrorism, rampant street crime and a legacy of corrupt institutions and rigged elections.
Because Mr. Chavez was never sworn in this past January for his next term in office after his return from Cuba where he was receiving medical treatment, the Venezuelan Constitution mandates that power should be transferred to the president of the National Assembly, Diosdado Cabello, who must call new elections.
Yet that is not what has happened. The Venezuelan foreign minister announced Tuesday that Vice President Nicolas Maduro, Mr. Chavez’s anointed successor, would be interim president and call new elections — even though he has no constitutional standing to do so.
How that sits with Mr. Cabello remains to be seen, but it is well-known that Mr. Cabello and Mr. Maduro do not always see eye to eye, especially regarding the heavy Cuban presence in micromanaging Venezuelan affairs of state.
To date, Mr. Chavez’s outsized presence has been able to control the disparate factions within his chavismo movement. Today, though, all bets are off. Mr. Maduro’s faction of civilian ideologues is seen as loyal to Cuba; Mr. Cabello, a former military colleague of Mr. Chavez, however, is not seen as trustworthy by the Castro regime, which sees the loss of Venezuelan oil subsidies as an existential threat. Still, Mr. Cabello maintains the active loyalty of important sectors in the Venezuelan armed forces.
Tensions within the chavista movement were made evident even before the announcement of Mr. Chavez’s death on Tuesday, when Mr. Maduro went on Venezuelan television to order the expulsion of two members of the U.S. military group operating out of the U.S. Embassy who he said were meeting with Venezuelan military officials and promoting destabilization.
Mr. Maduro’s maneuver was likely a clumsy attempt to generate popular suspicion about the loyalty of the army so that his Cuban advisers can begin to take reprisals against military officers who are blocking Havana’s ultimate succession plan of replacing Mr. Chavez (and Mr. Cabello) with Mr. Maduro. By challenging the loyalty of the Venezuelan military, Mr. Maduro and Havana may be starting a fight they cannot win.
The United States cannot be an idle bystander in these developments. Nor should it allow itself to be cowed by angry Chavez supporters to allow events to simply unfold. The Obama administration needs to stand on principle on behalf of an orderly transition consistent with the Venezuelan Constitution. This means power should be transferred to the head of the National Assembly, Mr. Cabello — hardly an angel in himself — and calling new elections.
This time, they must not be Chavez-style elections — with the vast expenditure of state resources, intimidation and control of media — but elections fully consistent with international standards. Already, anticipating the end of Mr. Chavez’s fight with cancer, Venezuela’s democratic opposition drew up a list of simple electoral reforms that would level the playing field and better allow the Venezuelan people to chart their own future, free of chavista and foreign interference. These reforms need to be implemented before a new election takes place.
The next few days and weeks stand as a signal moment for the United States to re-seize its traditional leadership role in the Americas on behalf of democratic and free-market development. An abdication of that leadership would mean the continuation of a lawless Venezuelan government in cahoots with Cuba, Iran and drug traffickers to the detriment of all decent people in the region.
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Roger F. Noriega, former assistant secretary of state under President George W. Bush, is a visiting fellow at the American Enterprise Institute. Jose R. Cardenas, former acting assistant administrator for Latin America at the U.S. Agency for International Development in the George W. Bush administration, is an associate with Vision Americas.
Dressed in an impeccable, custom-tailored suit and a Versace tie, instead of his usual military fatigues, General Raul Castro addressed the Cuban Parliament on February 24. He did not discuss political or economic reforms. Instead, he announced he would be stepping down from power at the end of the five-year term for which he had just been elected. If the Pope retires, "I can also retire," he explained. Yet the Cubans would have to wait for the "younger" brother to reach 87 years of age to see the end of the Castro dynasty.
But not so fast. There are other Castros in the wings. In particular, Raul's son, Alejandro Castro Espin, a colonel in Cuba's intelligence apparatus, could be groomed in the future by becoming a general and a member of the Communist Party Politburo, Cuba's ruling body. In the meantime, Raul appointed a younger Communist, Miguel Diaz Canel, as first vice president among five other vice presidents. A hardline party apparatchik, Diaz Canel, a 52-year-old engineer and former Minister of Education, grew up under Fidel's and Raul's shadow as an obedient and disciplined Marxist. A protégé of Ramon Machado Ventura, an old communist and (till Sunday) first vice president, Diaz Canel mirrors the ideological rigidity of his mentor.
"I was not chosen to be president to restore capitalism to Cuba. I was elected to defend, maintain and continue to perfect socialism and not to destroy it."
A second appointment followed. This one for President of the National Assembly (Cuba's Parliament). Raul picked another old and loyal Communist, Esteban Lazo. Lazo has been the only prominent Cuban black to occupy any high-ranking position in the predominantly white-controlled Cuban government. A bland, obedient bureaucrat, Lazo will follow the Parliaments' tradition of rubber-stamping the laws issued by the leadership.
The two appointments seemed more symbolic than significant. Raul Castro wanted to send a double message: that the octogenarian Cuban leadership was now giving way to a new, younger generation of leaders. Also, aware of the unhappiness among Cuba's black population, impoverished and neglected by the regime, Castro wanted to elevate a loyal supporter to the ceremonial position in the Parliament. It is doubtful that the majority of Cubans (more than 60 percent of whom are black and mulatto) will be appeased by these appointments or renew their belief in the Cuban revolutionary leadership. Similarly, the appointment of a young hardline bureaucrat is unlikely to gain much favor with Cuba's youth, hoping for deeper political and economic changes.
Raul Castro seemed to have overlooked legal requirements in his own constitution, which calls for the Party's Political Bureau to be the key group to recommend a post-Castro successor. If Raul dies or becomes incapacitated, the Politburo will recommend and the Council of State will decide who will be Cuba's new president. Since the Politburo is dominated by the military, it's obvious who will make the final decision. Not only does the military control the Party's Politburo, but more than 60 percent of the island's state enterprises, including the all-important tourist industry, are in the hands of the military.
Diaz Canel's tenure as first vice president may follow the fate of other younger leaders promoted earlier by Fidel Castro. Former Czars of the economy Carlos Aldana and Carlos Lage and former foreign ministers Roberto Robaina and Felipe Perez Roque were all promoted in the past to those key positions, only to be removed by Castro when he doubted their loyalty or resented their prominence.
It is one of the ironies of totalitarian regimes that the road to bureaucratic success is not through efficiency or hard work but through loyalty. Perhaps Diaz Canel has learned this lesson in his short career. Without any popular support or base of power in the military, his future may be as precarious as those of his comrades fired from their jobs and now living in oblivion.
In the meantime, Raul Castro will still rule with an iron fist. Some Cuba observers expect that Raul will open up the economy and even provide some political changes. Not so soon. With Fidel alive, or even when he is dead, it would be difficult for Raul to reject his brother's legacy of political and economic centralization. His legitimacy is based on being Fidel's heir. Any major move to reject Fidel's "teachings" would create uncertainty among Cuba's ruling elites - party and military. It could also increase instability as some would advocate rapid change, while others cling to more orthodox policies. Cubans could see this as an opportunity for mobilization, demanding faster reforms.
For Raul Castro, the uncertainties of uncorking the genie's bottle of reform in Cuba are greater than keeping the lid on and moving cautiously. For the past 52 years, political considerations have always dictated economic policies. He had been the longest serving Minister of Defense (47 years). He presided over the worst period of political repression and economic centralization in Cuba and is responsible for numerous executions after he and his brother assumed power, and some while in Mexico and the Sierra Maestra before reaching power.
During his speech to Parliament, Raul Castro scoffed at any idea that the country would soon abandon socialism and embrace profound economic changes. "I was not chosen to be president to restore capitalism to Cuba," he emphasized. "I was elected to defend, maintain and continue to perfect socialism and not to destroy it."
General Castro faces significant challenges in his second term. A non-productive and highly dependent economy on Venezuela and other foreign sources, popular unhappiness, the need to maintain order and discipline among the population and the need to increase productivity. Raul is critically dependent on the military. Lacking the charisma of his brother, he still needs the support of key party leaders and technocrats within the government bureaucracy.
The critical challenge for Raul Castro will be to balance the need to improve the economy and satisfy the needs of the population with maintaining political control. Too rapid economic reforms may lead to an unraveling of political control, a fact feared by Raul, the military, and other allies keen on remaining in power. A partial solution may be to provide more consumer goods to the population, including food, but without any structural economic changes.
Similarly, any serious overtures to the U.S. do not seem likely in the near future. It would mean the rejection of one of Fidel Castro's main legacies: anti-Americanism. It may create uncertainty within the government, leading to frictions and factionalism. It would require the weakening of Cuba's anti-American alliance with radical regimes in Latin America and elsewhere.
Raul is unwilling to renounce the support and close collaboration of countries like Venezuela, China, Iran and Russia in exchange for an uncertain relationship with the United States. At a time that anti-Americanism is strong in Latin America and the Middle East, Raul's policies are more likely to remain closer to regimes that are not particularly friendly to the United States and that demand little from Cuba in return for generous aid.
Raul does not seem ready to provide meaningful and irreversible concessions for a U.S. - Cuba normalization. Like his brother in the past, public statements and speeches are politically motivated and directed at audiences in Cuba, the United States and Europe. Serious negotiations on important issues are not carried out in speeches from the plaza. They are usually carried out through the normal diplomatic avenues open to the Cubans in Havana, Washington and the United Nations or other countries, if they wish. These avenues have never been closed as evidenced by the migration accord and the anti-hijacking agreement between the United States and Cuba.
Raul remains a loyal follower and cheerleader of Fidel's anti-American policies.
The issue between Cuba and the U.S. is not about negotiations or talking. These are not sufficient. There has to be a willingness on the part of the Cuban leadership to offer real concessions - in the area of human rights and political and economic openings as well as cooperation on anti-terrorism and drug interdiction - for the United States to change it policies.
Raul Castro’s recent announcement that he will leave power in 2018, and his appointment of 52-year-old Miguel Diez-Canel as first vice president and his de facto successor, are signs of the glacial pace of political change in Cuba.
Certainly, these announcements won’t satisfy those who for decades have been waiting for the Castro brothers’ exit.
Nevertheless, the move marks the beginning of the passing of the torch of power to a new generation.
For the first time in half a century, there is the real possibility that a person who did not fight in the Cuban Revolution will lead the country. Diaz-Canel was not even born when Fidel Castro overthrew Fulgencio Batista in January 1959. Since then, a Castro has been in power in Cuba: first the now-retired, 86-year-old Fidel, and from 2006 to now, his younger brother, Raul, 81.
This generational change does not mean that Cuba will move to a different political system. There is no going back to capitalism, Raul Castro told the National Assembly on Sunday. Nevertheless, the move toward a generational change must be seen in the context of other reforms implemented by the younger Castro.
These reforms already are changing the face of Cuban socialism. Castro has introduced private farms, cooperatives in industries and activities outside agriculture, and an array of small business. Granted, these are restricted and heavily regulated, but still they are earning profits and starting to create a segment of wealthier, successful entrepreneurs. Cubans are also now allowed to sell houses and cars, and more recently, to travel abroad if they can get a visa from another country.
While little is known of Diaz-Canel’s ideology, it is likely that as the appointed Castro successor he is on board with the reforms.
The U.S. State Department reacted tepidly to Castro’s announcement and made clear that it would not be sufficient to prompt a lifting of the U.S. trade embargo. Although President Barack Obama doesn’t have election constraints in formulating a Cuba policy in his second term, the issue remains emotionally and politically charged in the U.S., and Congress is not likely to change its mind and lift the embargo while a Castro remains in power.
That doesn’t mean relations can’t change, however.
For instance, the Obama administration could remove Cuba from the list of states that sponsor terrorism. Cuba had been on that list since 1982, when it had the financial support of the Soviet Union and could afford to help guerrilla groups in Central and South America.
Cuba doesn’t have the resources to help armed groups - or even the political will to do so. Cuba is not Syria, North Korea or Iran in terms of being a threat to the U.S.
However, the lifting of the embargo is likely only after a period of more normal relations between the countries. There is also a legal obstacle: According to the Helms-Burton Act of 1996, the U.S. will recognize the legitimacy of a Cuban government only when someone other than a Castro is in power. For now, at least, it seems that won’t happen until 2018.
La confirmación por parte de Raúl Castro de que sólo ejercerá la Presidencia cubana durante un quinquenio más y el nombramiento de Miguel Díaz-Canel, de 52 años, como delfín oficial del régimen han cosquilleado la imaginación de medio mundo. Las conjeturas más aladas hablan de una reforma política que podría desembocar en la transición democrática; otras, más a ras del suelo, hablan de una reorganización para afianzar a Raúl Castro frente al poder que todavía ejerce su hermano desde el mito jubilatorio.
Aunque ya sabemos que los acontecimientos tienen una tendencia rebelde y toman caminos muy distintos de los previstos por quienes creen dominarlos (allí está Gorbachov, por ejemplo), todas estas conjeturas tienen poco fundamento. Lo que Raúl está haciendo -y lo está haciendo con la autorización minuciosa de Fidel, que lo acompañó en la proclamación del inicio de su segundo período en la Asamblea Nacional- es tratar de garantizar la continuidad del régimen. Esto es algo que, dada la realidad de que la vieja guardia de la Sierra Maestra es octogenaria, exige organizar las cosas de modo que, una vez fuera del escenario, los Castro y su Revolución puedan seguir gobernando.
¿Cómo se logra eso? Esencialmente, garantizando que el Partido Comunista siga ejerciendo el control sin que la ausencia de la vieja guardia provoque una guerra fratricida en el régimen, el surgimiento de un ala democratizadora en su interior o un debilitamiento que dé pie a una oposición capaz de lograr lo que lograron Solidaridad en Polonia o Carta 77 en Checoslovaquia: saltar de la aparente insignificancia al poder.
Anunciar que no seguirá siendo residente de los Consejos de Estado y de Ministros después de 2018 y legitimar como “número dos” a un comunista ortodoxo y disciplinado dos generaciones menor que él es la forma que tiene Raúl de asegurar que, si se muere o queda inhabilitado antes de 2018, el régimen no se desmorone por la falta de mecanismos institucionales. Bajo el sistema imperante, que ha sido caudillista durante medio siglo, el poder absoluto se vuelve vacío de poder si el caudillo sale de escena. A Fidel eso no le preocupaba tanto como a Raúl, porque su plan de sucesión consistía en traspasarle el mando al hermano. Pero Raúl ve con más claridad que, dadas sus propias limitaciones de edad, muy pronto se va a plantear un reto enorme para un régimen que, a diferencia de la que tenía el soviético y sigue teniendo el chino, no posee una consistencia institucional que le permita sobrevivir a la desaparición del líder máximo.
Cuba desarrolló durante décadas un aparato comunista, pero Fidel Castro impuso sobre él su figura de clásico caudillo latinoamericano. Raúl no tiene características de caudillo (además era mucho más ortodoxo que su hermano: a diferencia de él, ya era del Partido Comunista antes de la Revolución). Mientras Fidel siguiera mandando ambas cosas podían convivir, pero desde 2006, cuando el hermano mayor se apartó del poder, Raúl entendió que no era posible preservar esa dualidad. En una primera instancia creó un grupo de seis miembros (siete si se lo cuenta a él) para ayudarlo a pilotar la nave, pero luego inició el proceso institucional del que los recientes anuncios son un capítulo más, aunque importante.
Aquí es donde entran en escena dos cosas: los cambios constitucionales y la promoción de una nueva generación. Limitar el ejercicio de los distintos cargos a dos períodos, algo que será en su momento parte de un cambio constitucional anunciado desde hace algún tiempo por Raúl, permitirá introducir en la isla -la oficial y la otra- una psicología distinta de la que imperaba cuando todo dependía de un caudillo eterno. El cálculo es que, si Raúl desaparece antes de cinco años, Miguel Díaz-Canel, que habrá estado instalado en el imaginario colectivo como sucesor institucional desde 2013, tendrá un ascenso sin traumas. Al mismo tiempo y en la medida en que él también estará limitado a dos períodos, desatará menos resistencias por parte de potenciales competidores.
En ningún caso querrían los Castro que hubiese otro caudillo como sucesor. En esto Raúl es también un guardián fiel del papel histórico de su hermano. Pero además, establecer un sistema no caudillista es, a ojos de Raúl, la única forma de canalizar lo que venga después por vías que no pongan en peligro la estabilidad de la Revolución.
¿Por qué Miguel Díaz-Canel? Varias razones aconsejan que sea alguien como él. Por lo pronto, la vieja guardia está demasiado vieja. El número dos de Raúl hasta ahora, José Machado Ventura, guerrillero de la Sierra Maestra, tiene 82 años. Ramiro Valdés, otro “histórico”, es también octogenario. Y así sucesivamente. En segundo lugar, los Castro quieren evitar a toda costa que funcionarios largamente encumbrados los sucedan a ellos. La premisa básica del régimen -nunca permitir que ningún funcionario tenga tanto poder que se vuelva un competidor tácito o abierto- también aquí se mantiene. De allí, por ejemplo, que Ricardo Alarcón, que durante dos décadas ejerció la Presidencia de la Asamblea Nacional del Poder Popular, haya sido destituido y reemplazado por Esteban Lazo hace poco (está ahora bajo amenaza de persecución: su asistente principal, Miguel Alvarez, y la esposa de éste, Mercedes Arce, están presos, acusados de colaborar con los servicios de inteligencia estadounidense, clásico instrumento para hacer caer en desgracia a un camarada).
A esos dos factores se añade un tercero, no menos importante: el perfil de Díaz-Canel. Viene de la burocracia de provincias (nació en Villa Clara y fue secretario provincial durante muchos años tras pasar por la Juventud Comunista), donde escaló lentamente, haciendo los méritos que Raúl, hombre de disciplina militar, aprecia en el militante. Alejado de la burocracia de La Habana durante muchos años, su mayor cercanía a la base y su relativa distancia respecto de los centros de poder capitalinos lo hacen útil para el proyecto de Raúl. Le permiten al hermanísimo, colocándolo ahora en la cúspide como delfín oficial, sortear los posibles bolsones de poder burocrático capitalino, por pequeños que sean, y poner a una ficha sin juego propio encima de ellos: alguien enteramente endeudado con él. Alguna experiencia habanera tiene Díaz-Canel, porque en 2009 fue nombrado ministro de Educación Superior y es miembro del Buró Político, además de que antes de ser nombrado por Raúl primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros ya era uno de los cinco vicepresidentes. Pero todo eso es reciente y, por tanto, el delfín llega como una ficha bastante “virgen” al ajedrez de Raúl.
Su nombramiento como primer vicepresidente ha desatado especulaciones políticas. Hay quienes creen que puede tratarse de un reformista encubierto. No puede descartarse que acabe siéndolo, desde luego. Gorbachov sorprendió a todos una vez que la burocracia lo puso en la jefatura soviética en 1985, abriendo un proceso de reformas que no estaba en los planes de la jerarquía que lo nombró. Pero el designio de Raúl no es que su delfín reforme políticamente el sistema en un sentido aperturista y democrático, sino que le dé continuidad al régimen comunista en su actual versión, que combina la ortodoxia política con la gradual apertura económica. No olvidemos que Fidel y Raúl les cortaron la cabeza a tres jóvenes comunistas a los que habían encumbrado, pero que, al desatar las alarmas por su proyección aparentemente reformistas y su creciente popularidad, cavaron su propia tumba. Fue el caso de Carlos Lage (ex secretario del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros y ex responsable del manejo económico), Roberto Robaina y Pérez Roque (ex ministros de Relaciones Exteriores).
Las fulminantes destituciones de estos tres jóvenes líderes, ordenadas por los hermanos en su día, indican muy bien que, si quiere mantenerse donde está, Díaz-Canel tendrá que guardar un perfil bajo. Como solía decir el Vicepresidente Alfonso Guerra en la España de Felipe González: el que se mueve no sale en la foto.
Reformas políticas, en resumen, sí; pero no democratizadoras. Si Díaz-Canel sigue manteniendo el perfil que ahora lo hace atractivo a Raúl y Fidel para los designios de mediano y largo plazo, seguirá como delfín. Pero si esa percepción cambia, le cortarán la cabeza, como hicieron con otros, y pondrán en su lugar a otro funcionario que represente lo que necesitan. Esta es una transición del caudillismo de la Revolución castrista a la institucionalización de la Revolución comunista para garantizar la eternidad, no una modificación de la esencia política de un sistema que seguirá siendo de partido único y en el que no habrá libertad de asociación, de prensa y de expresión.
Lo cual no quiere decir que no habrá reformas económicas. Esas reformas ya llevan un tiempo y es evidente que Raúl, con el beneplácito de Fidel, las entiende como necesarias. En esto Fidel ha ido moviéndose lentamente hacia la posición de Raúl, un admirador de la fórmula china desde hace muchos años. Fidel desconfía todavía de la vía china; hace poco afirmó que hay que avanzar “con mucha cautela” en las reformas. El recuerda bien lo sucedido en los años 90, cuando en respuesta al fin del subsidio soviético se puso en práctica el llamado Período Especial, que derivó en una tímida apertura económica en la isla. Esas reformas generaron el comienzo de una burguesía, con todos los riesgos que ella entrañaba para el régimen. De allí que Fidel pusiera punto final al proceso de tímida apertura económica. En este nuevo proceso de cambios, es Raúl quien lleva la voz cantante, pero en coordinación con Fidel, lo que, por un lado, le confiere legitimidad política, pero por el otro, le impone un ritmo muy lento.
La entrega de tierras en usufructo, el derecho de comprar y vender viviendas o autos y la ampliación del número de oficios que se pueden ejercer por cuenta propia son parte de un esfuerzo orientado a que la isla no dependa enteramente del subsidio exterior. Esto es especialmente importante ahora que la incertidumbre se cierne sobre Venezuela, país que en la práctica regala cien mil barriles de petróleo diario a La Habana. Raúl conoce bien el riesgo de que se acabe más temprano que tarde la conexión umbilical con Caracas, a pesar del cuidado que le ha puesto al afianzamiento de Nicolás Maduro como sucesor de Hugo Chávez.
Otro tipo de reformas, como la migratoria, que en este momento tiene un alto perfil en parte por el viaje muy público de la bloguera Yoani Sánchez, forman también, junto con los cambios económicos, parte del proceso mediante el cual los Castro quieren facilitar la continuidad. El ejemplo chino demuestra que es posible mantener el control político absoluto y al mismo tiempo, abrir espacios de oxigenación social que diluyan el riesgo de que las tensiones acaben convirtiéndose en un problema político mayor. Pero no nos engañemos: el estalinismo sigue allí, firmemente instalado. Como decía con razón Carlos Alberto Montaner en un artículo reciente, los actos de repudio contra Yoani Sánchez en Brasil, organizados por los Comités de la Amistad mediante los cuales el gobierno cubano opera en el exterior en alianza con comunistas locales, son una perfecta demostración del carácter esencial de régimen, independientemente de los pasos tácticos que da porque tiene que darlos.
A mí no me eligieron Presidente para restaurar el capitalismo en Cuba, ni para entregar la Revolución.
Raúl Castro, 24 de febrero de 2013
Raúl Castro está harto de casi todo; pero principalmente de ser el bellaco de los Castro y ha tirado de Miguel Díaz-Canel Bermúdez para instaurar el castrismo light, al menos hasta que su hermano muera, y los que vengan atrás arreen como puedan y quieran.
A sus casi 82 años no puede revertir la herencia maldita de la que formó parte como vicecomandante en jefe porque cada vez que ha intentado abordar soluciones, ha encontrado que los mayores obstáculos y desafíos no están en la contrarrevolución, sino en la intrarrevolución, es decir, en una burocracia ineficaz y corrupta que se maneja como pez en el agua salvaguardando las conquistas de la revolución y sus fortunas en moneda dura para cuando escampe.
Por ello, la puesta en escena del pasado 24 de febrero en la Asamblea Nacional del Poder Popular fue una pieza made in Raúl de principio a fin. Previamente había desarrollado el primer acto en un Pleno del Comité Central, donde informó al Partido Comunista de lo que iba a suceder un par de horas más tarde; luego hizo comparecer a Fidel Castro con Dalia Soto del Valle para que leyera una proclama con sus habituales letanías y repartió los cargos.
Puesto para el aburrimiento
El "negro bastante grande" Esteban Lazo - son palabras textuales de Raúl- fue destinado al aburrimiento de la Asamblea Nacional; el anciano José Ramón Machado Ventura, de capataz en el PCC; y el rubio de ojos claros Miguel Díaz-Canel como segundo al mando. En todos los casos, las primeras figuras van acompañadas de mujeres, negros y mestizos en ese intento pueril de yugoslavizar el aparato mediante cuotas absurdas, pues lo importante es la capacidad y no el color de la piel o la tersura del pelo.
Cuando tomó la palabra, Raúl reiteró que no lo eligieron para construir el capitalismo, explicación innecesaria que a más de uno debe haberle sonado justo al revés: ¡Ahora sí vamos a construir el capitalismo!, aunque tenemos que manejar los tiempos para que mi hermano Fidel descanse en paz y yo pueda acogerme a un retiro tranquilo, sin sobresaltos como el de Pinochet en Londres.
La reciente Presidencia de la CELAC abre un espacio nuevo para el mandatario cubano, que en el ámbito interno se preservará para grandes momentos como los entierros de su hermano y de Hugo Chávez, el Sexto Congreso del Partido Comunista y el acariciado arreglo del diferendo con Estados Unidos, sin dejar de estar atento a las señales de sus hijos Mariela y Alejandro: ella asumirá el rol de portavoz oficiosa de su padre en temas puntuales, mientras que él garantizará que quien se mueva no salga en la próxima foto.
Pero esto no implica que a Miguel Díaz-Canel Bermúdez le haya tocado un jamón. Porque conseguir ese castrismo light mplicará pactar con Estados Unidos, tender puentes con el exilio y una parte representativa de la oposición y, sobre todo, conseguir que la economía genere renta, empleo y bienestar, ahondando las injusticias sociales ya apreciables en la isla y que marginan incluso a combatientes de la revolución cubana.
Tranquilizar a USA
Un acuerdo con EEUU podría parecer complicado, pero Alan Gross, la probable exclusión de Cuba de la lista de países que apoyan al terrorismo, Venezuela devaluada, la colaboración en política antinarcóticos y cinco espías dan para comenzar un juego que tranquilice a los norteamericanos sobre potenciales oleadas migratorias y permita sentar las bases de un diálogo mutuamente ventajoso, que desemboque en la reanudación de relaciones diplomáticas.
Cuba no debe seguir privándose de las ventajas de vivir a 180 kilómetros de un mercado tan dinámico como el norteamericano, y donde viven 1.8 millones de cubanos que -mayoritariamente- ha sabido integrarse y trabajar con acierto en una sociedad muy diferente a la que se educaron y vivieron los primeros años.
El mundo se está reagrupando en esferas de influencia por vez primera desde la caída del Muro de Berlín, los bloques europeo-norteamericano, la cuenca del Pacífico con China, Viet Nam y Sudáfrica como locomotoras; Rusia y sus aliados del Asia Central, que recelan de Pekín, son magníficas oportunidades para la isla, porque el capital humano que formó la revolución puede encontrar trabajo y mercado en esa nueva configuración.
Pero antes, Díaz-Canel debe marcar distancias con el eje bolivariano, como ha hecho Lula Da Silva, antes de que sus ahora aliados consoliden o fracasen en sus proyectos nacionales y dejen de necesitar la mano de obra cualificada y barata de Cuba, que ha acudido presurosa al enésimo llamado de la revolución para garantizarse unos ahorros en CUC y apertrecharse de baratijas varias del capitalismo.
Cuba’s Raúl Castro’s proclaimed changes are no more than lipstick on a zombie
In Juan of the Dead, an enterprising but admittedly lazy Cuban and his small band of friends face a Havana full of zombies (the regime claims they are dissidents but Juan knows better) by starting a zombie-disposal service. At one point in the comedic, award-winning Spanish film made in Cuba, Juan answers the phone and a plea to get rid of “the old man” with a subtle line: “ Compañero, you’ll have to handle that family matter yourself.”
After 54 years of the Castro brothers’ communist dictatorship, a new generation of Cubans want to take charge of their destiny, to rid themselves of the zombies who blindly follow the Castros.
On Sunday, Raúl Castro seemed to toss them a lifeline — the 81-year-old successor to his ailing brother Fidel says he’s leaving Cuba’s presidency in five years and that the communist island’s constitution will soon include term limits for future leaders.
Castro tapped Miguel Diaz-Canel, a 52-year-old engineer, now seen as his potential successor, for first vice president. He also shook up the rubber-stamp National Assembly by promoting 69-year-old Esteban Lazo Hernandez, Cuba’s highest ranking black official, to replace Ricardo Alarcon, 75, who served for two decades as assembly president.
No doubt, Raúl Castro expects the international community to see these changes as the Great Awakening for Cuba’s leadership gerontocracy, a “historic transcendence” for a new generation to take the mantle and for Afro Cubans to finally bust the iron ceiling that has kept black Cubans from key positions. If only that were so. This is nothing more than lipstick on a zombie. The dictatorship may get a new face but no one elevated by Fidel or Raúl Castro can be considered a Cuban leader in the image of, say, the former Soviet Union’s reformer, Mikhail Gorbachev.
Indeed, Diaz-Canel is not the first “young” leader to be seen as a potential heir to lead the one-party state. Remember former Foreign Ministers Roberto Robaina and Felipe Perez Roque? Or former Vice President Carlos Lage? All have disappeared from public view, ousted by the Castro brothers when they became too big for their political britches.
As for U.S. policy toward Cuba, there’s nothing in Sunday’s proclamations from Havana that would warrant a thawing of relations. The Obama administration already has made it easier for Cuban Americans to visit their loved ones in Cuba and send remittances. As the State Department spokesman Patrick Ventrell noted on Monday, the United States remains “hopeful for the day that the Cuban people get democracy, when they can have the opportunity to freely pick their own leaders. We’re clearly not there yet.”
Certainly the Helms-Burton law that maintains the U.S. embargo requires more than a promise of some elusive change five years from now when the dictatorship will be 59 years old.
Diaz-Canel, a former higher education minister and ex-head of the Communist Party in Villa Clara and Holguin provinces, has been traveling with Raúl Castro on key missions abroad and leading delegations on other trips. He is reported to have been in charge of many of Raúl Castro’s economic changes, such as allowing the sale of homes and lifting travel restrictions for some Cubans. All these are seen as efforts to bolster Cuba’s ever-depressed top-down economy, which Raúl Castro maintains are ways to “perfect socialism, not destroy it.”
Ser el número dos en el gobierno no implica ser el número dos en el poder.
El nombramiento de Miguel Díaz-Canel Bermúdez como primer vicepresidente del Consejo de Estado y de Ministros de Cuba es una de esas situaciones en que no está claro si es más conveniente felicitarlo o darle el pésame. Porque si bien es cierto que el promovido se acerca mucho más a las mieles del poder, también lo es que a partir del domingo ha entrado en el vórtice de un peligroso huracán.
Muchas agencias de prensa no cubanas comenzaron de inmediato a llamarlo “el nuevo número dos” de la jerarquía cubana, como hicieron anteriormente con Carlos Lage, como si siempre necesitaran poder identificar un “delfín” para tratar de entender la forma en que funcionan los mecanismos del poder en Cuba.
Sin embargo, cosas que debían tener perfectamente claras ante sus ojos las ven borrosas, simplemente porque pretenden analizar las realidades de la finca de los hermanos Castro, conocida también como República de Cuba, con los conceptos, esquemas y mecanismos de análisis de las democracias desarrolladas del planeta, con lo cual garantizan no entender casi nunca nada.
Hace casi ochenta años, el 4 de septiembre de 1933, un grupo de sargentos del ejército se hizo del poder en Cuba, y uno de ellos, Fulgencio Batista, precipitadamente ascendido a Coronel, se convirtió, incluso tal vez a pesar de él mismo, en el hombre fuerte de Cuba, el caudillo, la encarnación del poder real en el país.
Desde ese 4 de septiembre de 1933 hasta el 10 de octubre de 1940 Batista encarnó el poder real en Cuba, con independencia de los nombres de los presidentes del país en ese lapso, algunos que duraron solamente horas y otros hasta casi cuatro años: Carlos Hevia de los Reyes, Carlos Manuel Márquez Sterling, Carlos Mendieta Montefur, José Agripino Barnet Vinajeras, Miguel Mariano Gómez Arias, y Federico Laredo Brú. Muchos de los cubanos más jóvenes, tanto en Cuba como en el exilio, no han escuchado nunca algunos de estos nombres.
Durante el período constitucional 1940-1952 fueron presidentes electos Fulgencio Batista, Ramón Grau San Martín, y Carlos Prío Socarrás. Del 10 de marzo de 1952 hasta el 31 de diciembre de 1958 Batista fue de nuevo el hombre fuerte, fuera oficialmente el presidente o no. Después de 1959 la historia se repitió, ahora entre los “revolucionarios”. Entre enero de 1959 y diciembre de 1976 Fidel Castro fue siempre la encarnación del poder absoluto en Cuba, a pesar de la existencia de dos presidentes del país en ese lapso: Manuel Urrutia Lleó, desde enero 3 hasta julio 17 de 1959, y Osvaldo Dorticós Torrado, desde julio 18 de 1959 hasta el 2 de diciembre de 1976. Ninguno de ellos fue considerado nunca “el número dos” de Fidel Castro, y si Dorticós se mantuvo en el cargo durante diecisiete años fue precisamente por entender perfectamente que él no era, ni podría ser, tal “número dos”.
El dos de diciembre de 1976 se eliminaron los formalismos y Fidel Castro asumió plenos poderes como Presidente del Consejo de Estado y del Consejo de Ministros, basado en una constitución diseñada específicamente a su gusto y medida, que también lo reconocía como Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas, cargo que no necesitaba en su condición autodesignada de Comandante en Jefe desde muchos años antes. A la vez, mantuvo el cargo de Primer Secretario del Partido Comunista. El poder absoluto.
Como “número dos” oficialmente designado —ya lo era de facto desde 1959— Raúl Castro asumió como Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, a la vez que se mantenía como Segundo Secretario del Partido Comunista, y en su condición de militar de mayor grado y ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias resultaba de hecho el segundo del Comandante en Jefe.
Todo lo demás alrededor de los hermanos Castro siempre fue paisaje y escenografía, a pesar de las fantasías de la prensa extranjera y determinados dicen que expertos, que “identificaban” sucesores, delfines, “arquitectos de las reformas” y todas esas tonterías, siempre para darse de narices, más tarde o más temprano, con las realidades.
Cuando Raúl Castro —el actual hombre fuerte cubano— asumió oficialmente todo el poder en 2008, nombró a José Ramón Machado Ventura como primer vicepresidente del Consejo de Estado y de Ministros, y más tarde lo elevaría a Segundo Secretario del Partido Comunista. Sin embargo, Machado no tenía poder real sobre los aparatos militares y de seguridad, y él lo sabía perfectamente.
La prensa extranjera ignoró esas realidades y siguió creyendo el cuento de Carlos Lage y Felipe Pérez Roque como “sucesores” —ya antes había sido Roberto Robaina el “delfín”—, hasta que ambos fueron defenestrados en 2009. Se produjeron también otros “truenes” menos escandalosos, pero igual de radicales, entre ellos los casos de Otto Rivero, Carlos Valenciaga, Hassan Pérez, Conrado Hernández y Fernando Remírez de Estenoz, y se brindaron salidas más “elegantes” a otros fidelistas no tan jóvenes, como “Chomy” Miyar Barruecos y ahora Ricardo Alarcón.
De esa escabechina del neocastrismo raulista solamente sobrevivió Díaz-Canel, de la misma generación de los “delfines” del Comandante, pero pastoreado por Raúl Castro y Machado Ventura durante muchos años y promovido poco a poco, en vez de haber sido catapultado precipitadamente al estrellato por Fidel Castro.
Nacido en 1960, ingeniero eléctrico, tras graduarse pasó el servicio militar como oficial en una unidad militar, y después fue profesor de su especialidad en la Universidad Central de Las Villas, donde pasó a ser un “cuadro profesional” de la Unión de Jóvenes Comunistas. Cumplió “misión internacionalista” en Nicaragua, y llegó hasta Primer Secretario del Partido en la provincia de Villaclara, y después en la de Holguín. Promovido al Comité Central del Partido en el cuarto Congreso (1991), en 2003, a propuesta de Raúl Castro, pasó a ser el más joven de los miembros del Buró Político del Partido. En 2009, con evidentes miras futuras, Raúl Castro lo sacó del trabajo partidista tras dieciséis años de experiencia como Primer Secretario del partido en provincias y lo designó ministro de Educación Superior, y posteriormente en el 2012 le hizo vicepresidente del Consejo de Ministros a cargo de Educación, Ciencia, Cultura y Deportes, cargo que ocupó hasta el pasado domingo.
La mejor demostración del carácter “democrático” de su designación estriba en que aparentemente ni el Comité Central del Partido conocía de las intenciones de Raúl Castro, por lo que hubo que celebrar a la carrera un Pleno del Comité Central temprano en la mañana del domingo, antes de las nueve de la mañana, en que comenzaría la sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular que debía “elegirlo” como Primer Vicepresidente del Consejo de Estado y del Consejo de Ministros.
Díaz-Canel recibió los atributos formales de segundo al mando en el Gobierno y el Estado, y de su desempeño futuro y su habilidad para navegar en las aguas tormentosas que deberá atravesar dependerán sus perspectivas reales, durante un período que al culminar, en 2018, no deberá tener entre sus filas a la generación “histórica” del totalitarismo cubano, sea por imperativos de la biología o por retiro voluntario “a lo chino”.
Raúl Castro deberá apoyar fuertemente en su tarea a Díaz-Canel para que sea aceptado como poder real y no solamente formal, lo que deberá ser relativamente sencillo de lograr entre muchos ministros y funcionarios de alto nivel. Y apoyarlo para que pueda lograr algún día, quien sabe cuando, un “aterrizaje suave” ante situaciones más complejas que deberá enfrentar en sus relaciones con otros personajes del Gobierno y el Estado.
El flamante primer vicepresidente no podrá olvidar que José Ramón Machado Ventura sigue siendo Segundo Secretario del Partido, organización que desempeña el “papel rector” en la sociedad cubana, y que en la práctica está jerárquicamente por encima del primer vicepresidente. Tampoco que, a pesar de que Machado Ventura y Abelardo Colomé (“Furry”) pusieron a disposición sus cargos de vicepresidentes del Consejo de Estado para dar cabida a “sangre joven”, el Comandante de la Revolución Ramiro Valdés no lo hizo, y no vamos ahora a especular por qué, lo que podría ser motivo de un análisis diferente a éste. Ni tampoco deberá olvidar que debe ser muy cuidadoso en sus relaciones con dos Generales de Cuerpo de Ejército (tres estrellas) y miembros del Buró Político del Partido, como son el Ministro de las Fuerzas Armadas (“Polo” Cintras Frías) y el del Interior (“Furry”), y algunos generales vicepresidentes del Consejo de Ministros, porque todos los mencionados ya eran Comandantes antes de que él hubiera nacido.
¿Qué sucedería si fallece Raúl Castro y Díaz-Canel ascendiera a Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, y a la vez Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas, en un país con tradición de gobernantes que fueron y son generales o doctores? ¿Cómo trataría con cinco generales de cuerpo (tres estrellas), una veintena de generales de división (dos estrellas) y varias decenas de generales de brigada (una estrella), todos los cuales acumulan en sus expedientes acciones combativas en diversas partes del mundo? Para quién piense que eso sería fácil en Cuba sería bueno pedirle que recuerde cómo José Martí, sin historia combativa, debió manejar las relaciones con Antonio Maceo y Máximo Gómez, la famosa reunión entre ellos tres en la finca La Mejorana, y la inmolación del Apóstol poco tiempo después.
¿Está asegurado el fracaso de Miguel Díaz-Canel en sus nuevas responsabilidades? Naturalmente que no. ¿Está garantizado su éxito? Por supuesto que tampoco. Lo que debe quedar claro es que todavía, y durante mucho tiempo, está lejos de ser el hombre fuerte cubano en un país donde las instituciones valen menos que los caudillos, y las políticas menos que las voluntades de los líderes. Todo dependerá de cómo se manejen las relaciones de poder, de la actuación de la biología sobre los “históricos” o sobre el mismo Díaz-Canel en los próximos años, de las relaciones internacionales, de su propio talento, de los imponderables, y de muchos otros factores.
¿Representa Díaz-Canel el inicio de la era post-castrista y el camino hacia la democracia cubana en estos momentos, como aseguran algunos que, en el fondo, responden a La Habana? Claro que no. Representa el camino hacia un modelo de dictadura “light” que pretende el neocastrismo: menos totalitaria, bien maquillada, y con los militares controlando la economía, pero dictadura al fin y al cabo.
Sin embargo, estas realidades, válidas con los “históricos” todavía respirando, no tienen que ser necesariamente absolutas en situaciones diferentes. ¿Entonces, sin los “históricos”, Díaz-Canel sería un Gorbachev cubano? Es irresponsable afirmar eso. ¿Es imposible que lo sea? Sería idiota afirmarlo. No tiene sentido especular sobre variables más allá de nuestro alcance.
Está claro que hoy Miguel Díaz-Canel Bermúdez está muy lejos de ser el “hombre fuerte” que rija los destinos de Cuba. Lo que no significa que no pueda llegar a serlo. Ahora es solamente “el número dos” del Gobierno y el Estado, pero no el “número dos” del poder en Cuba.
jayalia's conspiracy. es que no habran tenido tiempo no digamos en 54 anos, pero en los ultimos 10? no se entiende aun que una cosa son los cargos y otro el poder en kubichelandia? ------------------------- Punt de Vista
La hija de Fidel Castro Alina Fernández ha señalado en NTN 24 que la nombramiento de Miguel Díaz-Canel como número dos, por detrás de Raúl Castro, es tan solo una medida del régimen para "ganar tiempo". El objetivo sería, según ella, tener más tiempo para formar a "un cuadro que pertenezca a la familia". Para la hija de Fidel, residente en Estados Unidos, los hermanos Castro son "los reyes de la improvisación" y señala que "si esta dictadura existe es porque tiene apoyo de todo tipo desde el exterior".
los viejos salvo excepciones, queden colgados en su propio tiempo; pero cuando a la natural declinacion seañadela condicion de cagalistrosismo en un egolatra, la noria de sus elucubraciones pierden definitivo contacto con la realidad y queda atrapada en los circulos viciosos de sus propias milestones.
lo importante fue lo que hice, no lo que se hara, por ello al finquero en jefe no le interesa el diluvio por venir o la primavera necesaria e inevitable. lo unico que le cautiva en el funeral del castrismo [neocastrismo?] es persistir en su rol en la historia y comprometer la futura, sabiendo que ya el es polvo y cenizas y el litle brother is leaving too.
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textual del granma:
Intervención del Líder Histórico de la Revolución Cubana, Comandante
en Jefe Fidel Castro Ruz, durante la Sesión de Constitución de la
VIII Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular Queridos
compañeros:
Agradezco profundamente el noble gesto del pueblo al elegirme
como diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba.
No será mucho el tiempo que ocupe en la intervención de hoy, ni
tampoco el espacio de este honroso escaño como diputado, y no por
falta de voluntad, sino por imperativo de la naturaleza.
Jamás pensé que mi existencia se prolongara tanto, y que el
enemigo fuera suficientemente torpe en su odioso oficio de eliminar
adversarios decididos a luchar.
En esa desigual lucha, nuestro pueblo demostró su asombrosa
capacidad de resistir y de vencer. ¡Sí, porque cada año de
resistencia entre 1959 y 2013 fue una victoria que nuestro pequeño
país tiene derecho a proclamar!
No luchamos por gloria ni honores; luchamos por ideas que
consideramos justas, a las que, como herederos de una larga lista de
ejemplos, millones de cubanos han consagrado su juventud y su vida.
Una cifra lo expresa todo: a ochocientas mil personas se eleva el
número de los cubanos que han cumplido abnegadas misiones
internacionalistas. Si al triunfo de la Revolución en el año 1959 no
llegábamos a 7 millones de habitantes, se puede medir el significado
de tales esfuerzos.
Esto sin embargo no lo expresa todo. En octubre de 1962, la
nación estuvo a punto de convertirse en campo de batalla nuclear. Un
año y medio antes, en abril de 1961, una expedición mercenaria
entrenada, armada y escoltada por la Marina de Estados Unidos,
desembarcó en Bahía de Cochinos y estuvo a punto de provocar una
sangrienta guerra que habría costado a los invasores norteamericanos
cientos de miles de vidas —lo afirmo sin exageración— y a nuestro
país, destrucción y pérdidas humanas realmente incalculables.
Poseíamos entonces alrededor de cuatrocientas mil armas y sabíamos
cómo usarlas. En menos de 72 horas el fulminante contraataque
revolucionario evitó aquella tragedia, tanto a Cuba, como al pueblo
de Estados Unidos.
Fuimos víctimas de la "guerra sucia" durante mucho tiempo, y 25
años después de la Crisis de Octubre, tropas internacionalistas
defendían Angola de los invasores racistas sudafricanos, provistos
ya en esa época de varias armas nucleares con tecnología y partes
esenciales suministradas por Israel con la aprobación de Estados
Unidos. En aquella ocasión la victoria de Cuito Cuanavale, y el
posterior avance resuelto y audaz de las fuerzas cubanas y angolanas,
equipadas con los medios aéreos, antiaéreos y la organización
adecuada para liberar territorios todavía ocupados por los
invasores, disuadieron a Sudáfrica, de que no le quedaba otra
alternativa que abandonar sus ambiciones nucleares y sentarse en la
mesa de negociaciones: El odioso sistema racista dejó de existir.
Entre todos hemos llevado a cabo la modesta proeza de una
Revolución profunda que, partiendo de cero, nuestro pueblo fue capaz
de realizar. A los primeros núcleos revolucionarios se fueron
sumando otros. Nos unía el deseo de luchar y el dolor por la
tragedia del país ante el golpe brutal. Mientras unos tenían
esperanzas en un futuro al que veían todavía muy lejano, otros
meditábamos ya en la necesidad de dar un salto en la historia.
Entre el golpe de Estado del 10 de Marzo de 1952 y el 1º de Enero
de 1959 transcurrieron solo 6 años y 296 días; por primera vez, en
nuestra Patria, el poder había quedado totalmente en manos del
pueblo.
La batalla comenzó entonces contra la ignorancia política y los
principios antisocialistas que el imperio y la burguesía habían
sembrado en nuestro país. La lucha de clases desatada a pocas millas
de la sede del imperio fue la escuela política más eficiente que ha
tenido nunca un país; hablo de una escuela que abrió sus puertas
hace más de 50 años. Hombres y mujeres, desde los pioneros hasta las
personas que posean muchos más años, hemos sido alumnos de esa
escuela.
Sin embargo la gran batalla que, de acuerdo a lo que me contaba
Raúl hace unos días, se impone, es la necesidad de una lucha
enérgica y sin tregua contra los malos hábitos y los errores que en
las más diversas esferas cometen diariamente muchos ciudadanos,
incluso militantes.
La humanidad ha entrado en una etapa única de su historia. Los
últimos decenios no guardan relación alguna con los miles de siglos
que la precedieron.
En el año 2011 la población mundial arribó a 7 mil millones de
habitantes, lo que constituye una cifra alarmante. En solo dos
siglos la población del mundo se multiplicó por siete, alcanzando un
ritmo de necesidades alimentarias vitales que la ciencia, la
tecnología y los recursos naturales del planeta están muy lejos de
lograr.
Pueden hacerse decenas de cálculos, hablar de Malthus o del Arca
de Noé, basta saber lo que es un gramo y lo que produce una hectárea
de cualquier alimento y sacar sus conclusiones.
Tal vez el Primer Ministro inglés o el presidente Obama sepan la
respuesta que prolongue unos días más la vida humana, la
multiplicación de los panes y los peces, y las palabras mágicas para
persuadir a los africanos, los habitantes de la India, América
Latina y todos los países del Tercer Mundo, de que no tengan hijos.
Hace dos días una agencia internacional recordaba que un
multimillonario estadounidense, Dennis Tito, había gastado 20
millones de dólares para pagar su viaje a la Estación Espacial
Internacional, donde permaneció varios días en el año 2001.
Ahora Tito, que parece ser de verdad un fanático de la
exploración espacial, estaba discutiendo los detalles para
incursionar al planeta Marte. El viaje durará 501 días. ¡Eso sí es
disfrutar la plusvalía! Mientras los polos se derriten velozmente,
el nivel de los mares sube por el cambio climático, inundando
grandes áreas en unas pocas decenas de años, todo lo cual supone que
no habrá guerras y las sofisticadas armas que se están produciendo a
ritmo acelerado no se usarán nunca. ¿Quién los entiende?
Concluyo para cumplir mi promesa de ser breve en estas palabras
de saludo a nuestra Asamblea Nacional.
En el 118 Aniversario del Grito de Baire y el 160 del nacimiento
de nuestro Héroe Nacional, me complace rendir tributo al
revolucionario, antiimperialista y bolivariano que sembró en
nuestros jóvenes las primeras semillas del deber.
Discurso pronunciado por el General de Ejército Raúl Castro Ruz, primer secretario del Comité Central del Partido y presidente de los Consejos de Estado
y de Ministros, en la clausura de la Sesión Constitutiva de la Asamblea
Nacional del Poder Popular, en su Octava Legislatura, y del Consejo de
Estado, celebrada en el Palacio de Convenciones de La Habana, el 24 de
febrero de 2013.
Compañeras y compañeros:
En una fecha como hoy, el 24 de febrero de 1895, se reinició la lucha
por la independencia con la fusión de los fogueados mambises de la
primera guerra y los pinos nuevos, bajo el liderazgo del Partido
Revolucionario Cubano y de Martí.
Me corresponde asumir nuevamente ante ustedes y todo nuestro pueblo el honor de presidir el Consejo de Estado y el Gobierno.
En este sentido, creo que no es ocioso reiterar lo afirmado dos veces en este Parlamento, cito:
“A mí no me eligieron Presidente para restaurar el capitalismo en Cuba,
ni para entregar la Revolución. Fui elegido para defender, mantener y
continuar perfeccionando el socialismo, no para destruirlo”.
En concordancia con los acuerdos del 6to Congreso, será preciso
armonizar los postulados de la Constitución de la República con los
cambios asociados a la paulatina implementación de los Lineamientos de
la Política Económica y Social del Partido y la Revolución.
Entre las modificaciones que nos proponemos introducir a la
Constitución se encuentra la de limitar a un máximo de dos períodos
consecutivos de cinco años el desempeño de los principales cargos del
Estado y del Gobierno y establecer edades máximas para ocupar esas
responsabilidades.
Al propio tiempo, no resulta saludable estar reformulando
continuamente la Carta Magna de la Nación y comoquiera que efectuar una
reforma constitucional nos tomará necesariamente un tiempo prudencial,
ya que si bien algunas cuestiones pueden modificarse por el propio
Parlamento, otras más importantes requieren además la ratificación por
el voto favorable de la mayoría de los ciudadanos en referendo; deseo
esclarecer que en mi caso, con independencia de la fecha en que se
perfeccione la Constitución, este será el último mandato.
En esta sesión la Asamblea Nacional eligió al compañero Miguel Díaz Canel Bermúdez
Primer Vicepresidente del Consejo de Estado y posteriormente aprobó su
designación como Primer Vicepresidente del Consejo de Ministros.
Consideramos que en las circunstancias que vive el país y se ha visto
obligado a desenvolverse durante más de medio siglo de Revolución, debe
garantizarse en la cúspide del poder estatal y gubernamental la unidad
ejecutiva frente a cualquier contingencia por la pérdida del máximo
dirigente, de manera que se preserve, sin interrupciones de ningún tipo,
la continuidad y estabilidad de la nación.
Esta decisión reviste particular trascendencia histórica porque
representa un paso definitorio en la configuración de la dirección
futura del país, mediante la transferencia paulatina y ordenada a las
nuevas generaciones de los principales cargos, proceso que debemos
concretar en un quinquenio y actuar en lo adelante de manera
intencionada y previsora, a fin de evitar que se nos repita la
situación de no contar oportunamente con suficientes reservas de cuadros
preparados para ocupar los puestos superiores del país y asegurar que
el relevo de los dirigentes constituya un proceso natural y sistemático.
El compañero Díaz Canel no es un advenedizo ni un improvisado. Su
trayectoria laboral acumula casi 30 años, comenzando en la base, en la
profesión que estudió, y tras haber cumplido el Servicio Militar en
unidades coheteriles antiaéreas de las FAR, impartió docencia en la
Facultad de Ingeniería Eléctrica de la Universidad Central de Las
Villas, donde se le propuso como cuadro profesional de la Unión de
Jóvenes Comunistas y más adelante, considerando los resultados
alcanzados, fue promovido al Partido, ascendiendo gradualmente a mayores
responsabilidades, entre ellas, Primer Secretario del Comité Provincial
en Villa Clara, por espacio de casi una década y después en Holguín
durante seis años.
Es miembro del Comité Central del Partido desde 1991 y del Buró
Político en el 2003. Cumplió misión internacionalista en Nicaragua. Es
graduado del Colegio de Defensa Nacional.
En el año 2009 pasó a desempeñar funciones gubernamentales, primero
como Ministro de Educación Superior y a partir del 2012, Vicepresidente
del Consejo de Ministros a cargo de la atención de diferentes organismos
vinculados a la educación, la ciencia, el deporte y la cultura. Por
otra parte, participa semanalmente en la Comisión Económico Financiera
del Gobierno y en la Comisión del Buró Político para el control de la
implementación de los acuerdos del 6to Congreso.
Mención aparte merece la conducta de los compañeros Machado Ventura y Colomé Ibarra, quienes tuvieron la iniciativa de ofrecer sus cargos en el Consejo de Estado en favor de la promoción de la nueva generación.
En el caso de Machado Ventura, con excepcionales cualidades como
dirigente y ser humano, modestia y consagración al trabajo, destacada
trayectoria revolucionaria por cerca de 60 años, combatiente de la
Sierra Maestra y fundador del Segundo Frente Oriental “Frank País”,
donde creó y desarrolló 20 hospitales de campaña y 11 dispensarios
distribuidos en zonas montañosas en toda la provincia de Guantánamo y en
parte de las de Santiago de Cuba y Holguín que abarcaba este frente
guerrillero. Participó en múltiples acciones combativas, siendo herido
en una de ellas; partiendo también del prestigio, preparación,
experiencia y la vitalidad que conserva, así como su capacidad real de
continuar aportando en la dirección de decisivas actividades, la
Asamblea Nacional lo eligió para ocupar una de las vicepresidencias del
Consejo de Estado.
Asimismo, se mantiene como miembro del Consejo de Estado el compañero
Abelardo Colomé Ibarra, quien desde muy joven se sumó a la lucha
revolucionaria en su natal Santiago de Cuba, participando en la
sublevación del 30 de noviembre de 1956, bajo las órdenes de Frank País,
que lo seleccionó para integrar el primer refuerzo al naciente Ejército
Rebelde en la Sierra Maestra.
Al igual que Machado Ventura es fundador del Segundo Frente Oriental
“Frank País”, herido en dos ocasiones en combate contra las tropas de la
tiranía, destacándose por su valor, lo que le mereció ascender desde
soldado hasta el grado de Comandante.
Luego del triunfo de la Revolución ha ejecutado con éxito, humildad y
lealtad las tareas encomendadas, entre las cuales debo resaltar el
cumplimiento de delicadas misiones internacionalistas, posteriormente
llevó a cabo el desarrollo de la siempre competente Contrainteligencia
Militar, contribuyó de manera decisiva a la primera victoria sobre las
fuerzas invasoras en Angola, al frente de la Misión Militar Cubana, de
1975 al 1977 y ha desempeñado, entre otros, los cargos de Viceministro
Primero del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y Ministro
del Interior.
La actitud de Machado Ventura y Colomé Ibarra no es casual ni debe
sorprender a nadie, es una demostración concreta de su genuina fibra
revolucionaria, en la que no hay cabida a la vanidad y el interés
personal, ni mucho menos el aferramiento a cargo alguno. Esa es la
esencia de la generación fundadora de esta Revolución. Así actuó Fidel
hace cinco años, dando un ejemplo enaltecedor. Así confiamos que también
sean las nuevas generaciones.
Al hablar de estos temas es oportuno recordar lo expresado por Fidel,
hace exactamente 15 años, ante la Asamblea Nacional el 24 de febrero de
1998, en cuanto a la primera regla o rasgo que debe caracterizar a un
cuadro revolucionario, cito: “No ambicionar nunca cargos, que los
hombres lleguen a los cargos que les correspondan por sus méritos, por
su trabajo, por sus virtudes, por su patriotismo…”.
El Consejo de Estado elegido en esta sesión de nuestro Parlamento es
un reflejo de cómo comenzamos a hacer realidad los acuerdos del 6to
Congreso del Partido en materia de la política de cuadros. De sus 31
miembros el 41,9 por ciento son mujeres y el 38,6 por ciento son negros y
mestizos. La edad promedio es de 57 años y el 61.3 por ciento nació
después del triunfo de la Revolución.
Ya son dos las vicepresidentas del Consejo de Estado y persistiremos
en la voluntad de que siga creciendo la representación femenina en este
órgano y en todas las instituciones del país.
De igual forma, la Asamblea Nacional fue renovada en un 67,26 por
ciento, las mujeres elevaron su participación hasta el 48,86 por ciento y
los negros y mestizos al 37.9. El 82,68 por ciento de nuestros
diputados posee nivel superior de educación y la edad promedio es de 48
años.
De las 15 provincias del país, en 10 resultaron electas mujeres para
presidir las Asambleas Provinciales del Poder Popular, el promedio de
edad en estos cargos es de 47 años y todos poseen nivel universitario.
Estos datos corroboran la calidad del proceso electoral cubano y las
potencialidades que tienen los órganos del Poder Popular y esta Asamblea
como órgano supremo de poder del Estado, para ejecutar las importantes
potestades fijadas en la Constitución.
Precisamente a esta legislatura le corresponde una fecunda e intensa
labor legislativa en el fortalecimiento de nuestra institucionalidad, en
especial de cara a la implementación de los Lineamientos de la Política
Económica y Social del Partido y la Revolución, proceso que tiene la
primera de las prioridades y en el cual, como expliqué en la pasada
sesión de la Asamblea Nacional, nos comenzamos a adentrar en cuestiones
de mayor alcance, complejidad y profundidad.
Nos llena de sano orgullo y satisfacción que el Parlamento cubano sea
encabezado, a partir de hoy, por el compañero Esteban Lazo Hernández,
miembro del Buró Político, un negro de origen humilde, cortador de caña
desde muy joven, obrero en el molino y secadero de arroz de Jovellanos,
municipio donde integró el Comité Municipal del Partido. Con enorme
esfuerzo y sin abandonar sus responsabilidades partidistas obtuvo el
título de Licenciado en Economía.
Posteriormente ocupó el cargo de Primer Secretario del Comité
Provincial del PCC en Matanzas y luego en Santiago de Cuba y Ciudad de
La Habana.
Lo mismo podemos decir en los casos de los nuevos vicepresidentes del
Consejo de Estado, Díaz-Canel, de Mercedes López Acea, la eficiente
primera secretaria del Partido en la capital y de Salvador Valdés Mesa,
representante directo de la clase obrera, quien en su condición de
miembro del Buró Político, pasará a atender a la Central de Trabajadores
de Cuba (CTC), además de otras funciones que se le asignarán por la vía
partidista.
Todos ellos surgieron del pueblo y como el resto de los miembros del
Consejo de Estado constituyen un ejemplo fehaciente de cómo se han
llevado a la práctica las palabras de Fidel el 16 de abril de 1961, en
vísperas de la invasión mercenaria por Playa Girón, cuando dijo: “esta
es la Revolución socialista y democrática de los humildes, por los
humildes y para los humildes”. Hoy estamos demostrando que así lo
seguirá siendo para siempre.
Es asimismo motivo de legítima felicidad contar con una juventud
identificada con los valores éticos y los principios de justicia social,
que está preparada en todos los sentidos, inclusive militarmente, para
defender y mantener en alto las banderas de la Revolución y el
Socialismo.
Ciertamente quienes tuvimos el honor de acompañar a Fidel en los
inicios de la gesta revolucionaria y en la lucha insurreccional contra
la tiranía, hemos tenido el privilegio, junto al pueblo heroico, de ver
con nuestros propios ojos la obra consolidada de la Revolución; sin
embargo la mayor satisfacción es la tranquilidad y serena confianza que
sentimos al ir entregando a las nuevas generaciones la responsabilidad
de continuar construyendo el socialismo y con ello asegurar la
independencia y la soberanía nacional.
Lo hacemos teniendo definido por el Congreso del Partido el rumbo
para actualizar el modelo económico cubano y alcanzar una sociedad
socialista próspera y sostenible, una sociedad menos igualitaria, pero
más justa, principios estos que sirven de fundamento para la
conformación del programa de desarrollo hasta el año 2030, en fase de
elaboración.
Ello será posible porque los Lineamientos de la Política Económica y
Social son fruto, en primer lugar, de los amplios y democráticos
intercambios con el pueblo, que los hizo suyos, reformulándose el 68 por
ciento de la propuesta inicial como resultado de la consulta popular.
De la misma forma fueron respaldados por el Parlamento, en cuyas
sesiones ordinarias se rinde cuenta, dos veces al año, sobre la marcha
del plan de la economía y del proceso de implementación de los citados
lineamientos.
Similar análisis se efectúa sistemáticamente en los plenos del Comité
Central y de los comités provinciales y municipales del Partido, con la
participación de dirigentes administrativos locales.
Estos métodos de consulta directa con la población que se han
desarrollado en más de 50 años del proceso revolucionario y que
proseguirán perfeccionándose antes, durante y después de adoptar las
decisiones más trascendentales para el futuro del país, constituyen un
factor adicional para la tranquilidad y esperanza hacia el futuro que
experimentamos los integrantes de la dirección histórica de la
Revolución, ya que además de fortalecer de manera permanente la unidad y
apoyo del pueblo, garantizará rectificar oportunamente los errores que
podamos cometer.
En Cuba nunca a nadie se le permitirá soslayar que tal y como expresa la Constitución en su artículo No. 3, cito: “la soberanía reside en el pueblo, del cual dimana todo el poder del Estado”.
En virtud de ello, previo a la celebración de los futuros congresos
del Partido, deberá llevarse a cabo un proceso de consulta popular, cada
vez más profundo y organizado, de modo que el Programa actualizado de
la Revolución que se apruebe refleje siempre, en todos los asuntos
vitales de la sociedad, la opinión de la población.
A aquellos que dentro o fuera del país, con buenas o malas
intenciones, nos alientan a ir más rápido, les decimos que continuaremos
sin prisa, pero sin pausa, con los pies y los oídos bien pegados a la
tierra, sin terapias de choque contra el pueblo y sin dejar a ningún
ciudadano desamparado, superando la barrera del inmovilismo y la
mentalidad obsoleta en favor de desatar los nudos que frenan el
desarrollo de las fuerzas productivas, o sea, el avance de la economía,
como cimiento imprescindible para afianzar, entre otras esferas, los
logros sociales de la Revolución en la educación, la salud pública, la
cultura y el deporte, que debieran ser derechos humanos fundamentales y
no un negocio particular.
Al mismo tiempo, nos proponemos mantener el enfrentamiento a las
indisciplinas e ilegalidades de todo tipo, incluyendo el combate a las
manifestaciones de corrupción que atentan contra las bases mismas de
nuestro sistema social, partiendo de que sin la conformación de un
ambiente de ORDEN, DISCIPLINA Y EXIGENCIA en la sociedad,
cualquier resultado será efímero. En la reunión de este Parlamento, en
la primera quincena del mes de julio, trataremos a profundidad este
bochornoso asunto de las indisciplinas e ilegalidades.
Pasando a temas de carácter internacional, no puedo dejar de
mencionar que el pasado 28 de enero, en el 160 aniversario del natalicio
de José Martí, Cuba asumió la Presidencia de la Comunidad de Estados
Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y tendrá la responsabilidad de
organizar en nuestro país su próxima Cumbre en el año 2014.
Este es un hecho de particular relevancia que reivindica la lucha del
pueblo cubano por su soberanía y autodeterminación, demuestra cuánto
han avanzado América Latina y el Caribe hacia la definitiva
independencia y expone el aislamiento y fracaso de la política de
bloqueo económico y mediático de Estados Unidos contra nuestra nación.
La Presidencia Cubana de la CELAC actuará con prudencia y
determinación para potenciar lo que nos une en el camino común de paz,
desarrollo, justicia social, democracia con participación verdadera del
pueblo, garantía para el ejercicio de TODOS los derechos humanos por TODAS las personas, soberanía sobre los recursos naturales y disminución de la desigualdad social y la pobreza.
Tendremos que cuidar nuestra unidad dentro de la diversidad e impedir
que se nos divida. Sabemos que la consolidación de esta organización
enfrentará recios obstáculos, derivados del injusto e insostenible orden
internacional, la crisis económica global, la agresiva política de la
OTAN, las amenazas y consecuencias de sus guerras no convencionales y el
intento de un nuevo reparto del mundo; la existencia de enormes
arsenales nucleares y novedosas armas, así como el cambio climático.
La inequidad en la distribución de la riqueza en el continente es la
principal debilidad y a la vez el mayor desafío que enfrentamos. En la
América Nuestra con más unidad, integración y justicia social, nada
podrá detenernos.
Aprovecho la ocasión para reiterar, en nombre de esta Asamblea y del pueblo cubano, la felicitación al Presidente Rafael Correa y la Revolución Ciudadana, que él encabeza, por su resonante victoria electoral el pasado domingo.
Llegue al Presidente Hugo Chávez Frías
el abrazo fraternal y deseos de recuperación de su salud. A la
Revolución Bolivariana, al pueblo venezolano y a sus dirigentes
ratificamos toda la solidaridad de esta Asamblea Nacional y de nuestros
compatriotas.
A más de un mes de su entrada en vigor, las nuevas regulaciones
migratorias están en completa aplicación sin contratiempos, con una
favorable acogida por parte de la población y la abrumadora mayoría de
la emigración cubana.
Proseguiremos demandando la liberación y el regreso a la Patria de
nuestros Cinco Héroes, a quienes trasmitimos el fraterno saludo,
reconocimiento y compromiso de este Parlamento y de todo el pueblo.
Para terminar mis palabras y sobre todo pensando en el porvenir de la
Patria, creo que la mejor manera de hacerlo es con la brillante
definición del concepto Revolución formulado por su Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, el 1º de mayo del año 2000 en la Plaza de la Revolución, cito:
“Revolución es sentido del momento histórico;
es cambiar todo lo que debe ser cambiado;
es igualdad y libertad plenas;
es ser tratado y tratar a los demás como seres humanos;
es emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos;
es desafiar poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y nacional;
es defender valores en los que se cree al precio de cualquier sacrificio;
es modestia, desinterés, altruismo, solidaridad y heroísmo;
es luchar con audacia, inteligencia y realismo;
es no mentir jamás ni violar principios éticos;
es convicción profunda de que no existe fuerza en el mundo capaz de aplastar la fuerza de la verdad y las ideas.
Revolución es unidad, es independencia,
es luchar por nuestros sueños de justicia para Cuba y para
el mundo, que es la base de nuestro patriotismo, nuestro socialismo y
nuestro internacionalismo” (fin de la cita).
¡Que esta magistral definición sirva para siempre de guía a todas las generaciones de patriotas y revolucionarios cubanos!
¨Saturno jugando con sus hijos¨/ Pedro Pablo Oliva
Seguidores
Carta desde la carcel de Fidel Castro Ruz
“…después de todo, para mí la cárcel es un buen descanso, que sólo tiene de malo el que es obligatorio. Leo mucho y estudio mucho. Parece increíble, las horas pasan como si fuesen minutos y yo, que soy de temperamento intranquilo, me paso el día leyendo, apenas sin moverme para nada. La correspondencia llega normalmente…”
“…Como soy cocinero, de vez en cuando me entretengo preparando algún pisto. Hace poco me mandó mi hermana desde Oriente un pequeño jamón y preparé un bisté con jalea de guayaba. También preparo spaghettis de vez en cuando, de distintas formas, inventadas todas por mí; o bien tortilla de queso. ¡Ah! ¡Qué bien me quedan! por supuesto, que el repertorio no se queda ahí. Cuelo también café que me queda muy sabroso”. “…En cuanto a fumar, en estos días pasados he estado rico: una caja de tabacos H. Upman del doctor Miró Cardona, dos cajas muy buenas de mi hermano Ramón….”. “Me voy a cenar: spaghettis con calamares, bombones italianos de postre, café acabadito de colar y después un H. Upman #4. ¿No me envidias?”. “…Me cuidan, me cuidan un poquito entre todos. No le hacen caso a uno, siempre estoy peleando para que no me manden nada. Cuando cojo el sol por la mañana en shorts y siento el aire de mar, me parece que estoy en una playa… ¡Me van a hacer creer que estoy de vacaciones! ¿Qué diría Carlos Marx de semejantes revolucionarios?”.
Quotes
¨La patria es dicha de todos, y dolor de todos, y cielo para todos, y no feudo ni capellanía de nadie¨ - Marti
"No temas ni a la prision, ni a la pobreza, ni a la muerte. Teme al miedo" - Giacomo Leopardi
¨Por eso es muy importante, Vicky, hijo mío, que recuerdes siempre para qué sirve la cabeza: para atravesar paredes¨– Halvar de Flake[El vikingo]
"Como no me he preocupado de nacer, no me preocupo de morir"- Lorca
"Al final, no os preguntarán qué habéis sabido, sino qué habéis hecho" - Jean de Gerson
"Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie" - Giuseppe Tomasi di Lampedusa
"Todo hombre paga su grandeza con muchas pequeñeces, su victoria con muchas derrotas, su riqueza con múltiples quiebras" - Giovanni Papini
"Life is what happens while you are busy making other plans" - John Lennon
"Habla bajo, lleva siempre un gran palo y llegarás lejos" - Proverbio Africano
"No hay medicina para el miedo"-Proverbio escoces "El supremo arte de la guerra es doblegar al enemigo sin luchar" -Sun Tzu
"You do not really understand something unless you can explain it to your grandmother" - Albert Einstein
"It is inaccurate to say I hate everything. I am strongly in favor of common sense, common honesty, and common decency. This makes me forever ineligible for public office" - H. L. Menken
"I swore never to be silent whenever and wherever human beings endure suffering and humiliation. We must always take sides. Neutrality helps the oppressor, never the victim. Silence encourages the tormentor, never the tormented" -Elie Wiesel
"Stay hungry, stay foolish" - Steve Jobs
"If you put the federal government in charge of the Sahara Desert , in five years ther'ed be a shortage of sand" - Milton Friedman
"The tragedy of modern man is not that he knows less and less about the meaning of his own life, but that it bothers him less and less" - Vaclav Havel
"No se puede controlar el resultado, pero si lo que uno haga para alcanzarlo" - Vitor Belfort [MMA Fighter]
Liborio
A la puerta de la gloria está San Pedro sentado y ve llegar a su lado a un hombre de cierta historia. No consigue hacer memoria y le pregunta con celo: ¿Quién eras allá en el suelo? Era Liborio mi nombre. Has sufrido mucho, hombre, entra, te has ganado el cielo.
Para Raul Castro
Cuba ocupa el penultimo lugar en el mundo en libertad economica solo superada por Corea del Norte.
Cuba ocupa el lugar 147 entre 153 paises evaluados en "Democracia, Mercado y Transparencia 2007"
Cuando vinieron a buscar a los comunistas, Callé: yo no soy comunista. Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas, Callé: yo no soy sindicalista. Cuando vinieron a buscar a los judíos, Callé: yo no soy judío. Cuando vinieron a buscar a los católicos, Callé: yo no soy “tan católico”. Cuando vinieron a buscarme a mí, Callé: no había quien me escuchara.
Un sitio donde los hechos y sus huellas nos conmueven o cautivan
CUBA LLORA Y EL MUNDO Y NOSOTROS NO ESCUCHAMOS
Donde esta el Mundo, donde los Democratas, donde los Liberales? El pueblo de Cuba llora y nadie escucha. Donde estan los Green, los Socialdemocratas, los Ricos y los Pobres, los Con Voz y Sin Voz? Cuba llora y nadie escucha. Donde estan el Jet Set, los Reyes y Principes, Patricios y Plebeyos? Cuba desesperada clama por solidaridad. Donde Bob Dylan, donde Martin Luther King, donde Hollywood y sus estrellas? Donde la Middle Class democrata y conservadora, o acaso tambien liberal a ratos? Y Gandhi? Y el Dios de Todos? Donde los Santos y Virgenes; los Dioses de Cristianos, Protestantes, Musulmanes, Budistas, Testigos de Jehova y Adventistas del Septimo Dia. Donde estan Ochun y todas las deidades del Panteon Yoruba que no acuden a nuestro llanto? Donde Juan Pablo II que no exige mas que Cuba se abra al Mundo y que el Mundo se abra a Cuba? Que hacen ahora mismo Alberto de Monaco y el Principe Felipe que no los escuchamos? Donde Madonna, donde Angelina Jolie y sus adoptados around de world; o nos hara falta un Brando erguido en un Oscar por Cuba? Donde Sean Penn? Donde esta la Aristocracia Obrera y los Obreros menos Aristocraticos, donde los Working Class que no estan junto a un pueblo que lanquidece, sufre y llora por la ignominia? Que hacen ahora mismo Zapatero y Rajoy que no los escuchamos, y Harper y Dion, e Hillary y Obama; donde McCain que no los escuchamos? Y los muertos? Y los que estan muriendo? Y los que van a morir? Y los que se lanzan desesperados al mar? Donde estan el minero cantabrico o el pescador de percebes gijonese? Los Canarios donde estan? A los africanos no los oimos, y a los australianos con su acento de hombres duros tampoco. Y aquellos chinos milenarios de Canton que fundaron raices eternas en la Isla? Y que de la Queen Elizabeth y los Lords y Gentlemen? Que hace ahora mismo el combativo Principe Harry que no lo escuchamos? Donde los Rockefellers? Donde los Duponts? Donde Kate Moss? Donde el Presidente de la ONU? Y Solana donde esta? Y los Generales y Doctores? Y los Lam y los Fabelo, y los Sivio y los Fito Paez? Y que de Canseco y Miñoso? Y de los veteranos de Bahia de Cochinos y de los balseros y de los recien llegados? Y Carlos Otero y Susana Perez? Y el Bola, y Pancho Cespedes? Y YO y TU? Y todos nosotros que estamos aqui y alla rumiando frustaciones y resquemores, envidias y sinsabores; autoelogios y nostalgias, en tanto Louis Michel comulga con Perez Roque mientras Biscet y una NACION lanquidecen? Donde Maceo, donde Marti; donde aquel Villena con su carga para matar bribones? Cuba llora y clama y el Mundo NO ESCUCHA!!!