miércoles, marzo 31, 2010

Respuesta de Montaner a Silvio Rodriquez



El cantautor Silvio Rodríguez me ha hecho una pregunta públicamente. Se la voy a responder. Es un magnífico y admirado compositor al que debe tomársele en cuenta. Dice Silvio: “Si los miles de cubanos que perdimos familia en atentados de la CIA hiciéramos una carta denuncia ¿la firmaría Carlos Alberto Montaner?”. La pregunta forma parte de lo que parece ser un poema o la letra de una canción inédita. El texto se titula Preguntas de un trovador que sueña y está disponible en un website llamado kaosenlared.net, vertedero ideológico en el que es posible leer elogios a los narcoterroristas de las FARC o a los asesinos de ETA, pero donde, de vez en cuando, aparecen críticas lúcidas a la dictadura cubana.

Por supuesto, Silvio: yo firmaría esa denuncia. La CIA, como todos los servicios de inteligencia, ha hecho cosas deplorables que merecen ser censuradas. Y las ha hecho el ejército norteamericano cuando maltrató cruelmente a los prisioneros. Y las sigue haciendo el Departamento de Justicia de Estados Unidos, y hasta la Corte Suprema, cuando priva a ciertos detenidos del amparo de la ley. Todo eso, incluida la pena de muerte, me parece abominable y contrario a un verdadero Estado de Derecho en el que se respeten las libertades individuales.

Ahora, Silvio, me toca preguntarte a ti: ¿firmarías una carta en la que se denunciaran los atropellos a los presos políticos cubanos y el acoso a las Damas de Blanco? Una carta en la que mostraríamos nuestro respeto por Orlando Zapata Tamayo, Guillermo Fariñas y todo aquel dispuesto a morir defendiendo su dignidad de ser humano. Una carta en la que solicitaríamos la condena a los policías responsables de la muerte de 41 infelices, la mayor parte niños y mujeres, que huían de Cuba en un barco en la madrugada del 13 de julio de 1994. Una carta en la que los cubanos les pediríamos perdón a los somalíes por la matanza de miles de personas llevada a cabo en 1977 y 78 por el ejército cubano en la Guerra de Ogadén, cuando Cuba se alió a la dictadura etíope. Una carta en la que se condenara la censura, el dogmatismo, el partido único, la persecución a las personas por tratar de defender sus ideas políticas, sus creencias religiosas, sus preferencias sexuales. Una carta en la que les dijéramos a los hermanos Castro que 51 años es un periodo demasiado prolongado para continuar imponiéndoles a los cubanos un sistema fallido y cruel en el que ya casi nadie cree, comenzando por ti, Silvio, y por tu talentoso hijo “Silvito”, músico, como tú, a quien apodan “el Libre” para diferenciarlos, porque Silvito ha decidido cantar y decir lo que piensa.

Voy a contestar por ti, Silvio: yo creo que la firmarías. Y creo que la firmaría el 90% de los cubanos, hartos ya de esa vieja dictadura de difuntos y flores. Y te diría más: es importante que todos los cubanos interesados en salvar el futuro (porque el pasado lo hemos hecho añicos irremediablemente), los de la oposición democrática y los reformistas del régimen, como es tu caso, se encuentren en un punto medio para buscar una salida a la trampa que nos van a legar los hermanos Castro cuando decidan morirse y nos dejen como herencia un manicomio empobrecido y sin ilusiones patrullado por una legión de policías corruptos.

Hace pocas fechas dijiste que a la palabra “revolución” hay que quitarle la “r” para comenzar a evolucionar. De acuerdo. ¿Cómo se hace ese prodigio? Se hace vaciando las cárceles de presos políticos, permitiendo la libre expresión de las ideas y la asociación espontánea y sin coacciones de las personas. No se trata de determinar ahora hacia dónde debe ir el país. Lo que se impone en este momento es abrir los cauces de participación para que los propios cubanos cambien todo lo que haya que cambiar y decidan democráticamente el rumbo que debe seguirse. Después, poco a poco, sin violencia, sin revanchas, pacíficamente, elección tras elección, las piezas irán cayendo en su lugar hasta que salgamos de la etapa actual y la sociedad, si así lo decide libremente, redefina el Estado y el perfil de la convivencia.

¿Hacemos esa carta juntos? Atrévete.

'Castro no tiene otra salida que suicidarse'/ Lech Walesa

Tomado de Diario de Cuba

'Castro no tiene otra salida que suicidarse'


Lech Walesa celebrando con miembros del Sindicato Solidaridad.

Lech Walesa celebrando con miembros del Sindicato Solidaridad.

Lech Walesa, ex presidente polaco y Premio Nobel de la Paz (1983), organizó y dirigió, entre 1980 y 1990, el sindicato independiente Solidaridad.

Electricista en los astilleros de la ciudad de Gdansk, fue miembro del comité organizador de las huelgas que, en 1970, terminaron con la muerte de más de 80 trabajadores por parte de las fuerzas del régimen comunista. En 1980 Walesa se convirtió en líder de las nuevas protestas, cuyo éxito hizo que el régimen polaco cediera y permitiera a los trabajadores organizarse libremente. Más de diez millones de polacos se unieron a Solidaridad, hasta que la presión soviética hizo que el general Jaruselzski decretara la ley marcial y mandara a Walesa a prisión.

Una nueva oleada de huelgas, en 1988, obligó al gobierno comunista a negociar otra vez con Walesa y demás líderes sindicales. Solidaridad volvió a la legalidad y se convocaron elecciones en las que el sindicato, participando como coalición política, obtuvo una abrumadora mayoría. Walesa fue nombrado primer ministro de Polonia en 1989, y en 1990 ganó las elecciones y desempeñó el cargo de Presidente del país hasta 1995. En Madrid, ciudad en la que ha asistido al seminario Europa en Solidaridad con Cuba, Walesa charla con DIARIO DE CUBA.

¿Cuán cerca cree que estamos los cubanos de lograr una transición a la democracia?

Me sorprenden enormemente tanto Castro como su régimen: han caído las bases, los fundamentos del sistema comunista, y a pesar de la cercanía de la Isla con Estados Unidos, el régimen resiste. Me avergüenza que el mundo libre no sepa cómo salir de este anacronismo. Sin embargo, la tarea fundamental está en manos de los propios cubanos. Lo único que el mundo libre puede hacer es apoyar la transición; no puede reemplazar a los cubanos en su responsabilidad. Esto quiere decir que no me gusta demasiado el trabajo que los cubanos están haciendo.

¿Ve en Cuba elementos para una transición pactada, como la polaca; o en todo caso, qué haría falta para una transición así?

Lo que haría falta es algún movimiento similar al sindicato Solidaridad, aunque sea de otro tipo. Los cubanos son demasiado individualistas. Se ha ido demasiada gente al exilio, y eso debilita la lucha. Además, el régimen es inteligente. Sabe cómo lidiar con la oposición, cómo dividir a la sociedad. Y división es lo que se percibe. División y escasez de disidentes.

Esto último, sin embargo, no es grave. En Polonia la situación fue similiar. También fuimos pocos, yo diría que, proporcionalmente, los mismos que en Cuba. Pero supimos aprovechar la oportunidad para animar al pueblo.

En el caso cubano habrá que identificar el momento justo. En Polonia jugó un rol el santo padre Juan Pablo II, quién nos agrupó, nos unió en oración. Y nosotros supimos aprovechar la concentración de gente. En Cuba, la visita del santo padre no dio ningún resultado. Sin embargo, otra concentración o agrupación de gente —un evento deportivo, un concierto—, podría servir para encender la mecha.

Me parece que hacen faltan individuos capaces de identificar ese momento propicio para proponerle al pueblo la oposición como vía posible.

¿Cuál debería ser el rol de los exiliados?

Preparar a sus paisanos de la Isla. Los exiliados deberían proponer la futura estructura del país, los programas de reconstrucción. Y antes, luchar contra el régimen castrista ofreciéndole propuestas al pueblo, diciéndole a la gente, por ejemplo, que con esas propuestas se va a ganar más dinero, que cuando caiga el régimen se creará empleo… Llevo mucho tiempo tratando de lograr ese tipo de actividades de parte de los exiliados cubanos, pero me parece que no veo una reacción.

¿Qué fue lo más difícil de la transición en Polonia?

El principio, el momento inicial para forzar al viejo sistema a que retrocediera. Después, ya improvisando, las cosas cambian. En Polonia, después de cada manifestación de la oposición, el régimen comunista organizaba una contramanifestación. Lo mismo sucedía en el resto de países de Europa del Este. Los regímenes se vanagloriaban mostrando la cantidad de gente que supuestamente los apoyaba.

Sin embargo, con la visita del Papa, los disidentes pudimos demostrar que éramos una muchedumbre aún mayor. Y cuando formábamos esa muchedumbre le dijimos directamente al régimen: Nosotros somos un gran número, y no queremos que nos representen, ustedes no son nuestros representantes. Y ese fue el choque que no pudieron aguantar, porque no podían hacer más propaganda. Haría falta que en Cuba sucediera una cosa así. Aprovechar un evento público y decirle al régimen: No te queremos, no queremos que nos representes.

¿El hecho de que Jaruzelski se pasee tranquilamente por las calles de Polonia es una normalidad, una necesidad o un sacrificio para los antiguos disidentes polacos?

Lo que pasa es que nosotros no podemos usar los mismos métodos que el antiguo régimen. Nuestro lema fue: luchar con la ley contra la falta de legalidad. Y ahora, en democracia, los políticos no están para decidir quién o quiénes lo han hecho mal. Eso queda en mano de los tribunales. Y los miembros del antiguo régimen están en los tribunales, sin cesar. Pero los políticos no deberían ocuparse de esas cuestiones. De los políticos se requiere que estructuren las maneras de poder saldar cuentas con los miembros del antiguo régimen, no saldarlas ellos mismos. Por otra parte, los viejos miembros del régimen, en el caso polaco, se defienden muy bien, tienen abogados bastante astutos, y resulta muy difícil, en democracia, demostrar el mal que han hecho. Juzgarles es muy difícil. Eso no gusta a mucha gente, a mí tampoco. Pero yo luchaba por un sistema legal, por el imperio de la ley.

En el caso cubano, Castro no tiene otra salida que suicidarse. Es una persona bastante inteligente y sabe que ha perdido. ¿Qué puede hacer ahora mismo, rechazar su vida entera? No. Y como no tiene el valor de matarse, he ahí el problema. Tiene al ejército, y me parece que ese ejército es una bestia a la que no hay que presionar demasiado, porque se va a defender haciendo daño. Hay que encontrar la manera de dejar el paso libre para que esa bestia se salve, de una u otra forma. No sé cómo hacerlo, pues es un asunto muy sensible. De lo que sí estoy seguro es de que hay que evitar que esa bestia dé un zarpazo.

martes, marzo 30, 2010

Vamos por el camino correcto¡/ Espinaxiones

Si estan aun pensando que la dictadura va por el camino correcto, si aun piensan que AHORA SI CONSTRUIMOS EL SOCIALISMO, es que ustedes estan locos, son demasiado miserables o tienen el sindrome de down!!! Pobre de ustedes en este o el otro mundo. Que verguenza! Que inmundicia! Cuantos crimenes!
Bastaria con el crimen del remolcador "13 de Marzo"
Bastaria con los 26 pacientes del psiquiatrico de Mazorra
Bastaria con los 75 inocentes encerrados aun
Bastaria con el engendro legal mediante el cual fusilaron a tres jovenes en el 2003 sin la menor garantia juridica y menos razon, misericordia y si con la mayor crueldad.

"A ellos se unió ayer el secretario general de la Organización de Estados Americanos, José Miguel Insulza, que pidió la excarcelación de los 26 presos políticos enfermos como "solución humanitaria" a la situación en la isla, que calificó de "grave" y "dramática"."

Mitin de repudio a la policia/ Enrisco


Tomado del sitio de Enrisco

No importa a quien se llevaron ni porque, lo significativo es que la gente salio para la calle a protestarle a la policia.

Reflexión sobre Zapata de un revolucionario

Colaboracion de Nelson Taylor

Estimados compañeros:

Me llamo Daniel y vivo en Cárdenas, Matanzas. Trabajo en turismo y por eso he podido ver en estos días todo el debate que se ha levantado a raíz de la muerte del preso Orlando Zapata. Lo he visto en CNN en Español y Televisión española. También he leído algunos periódicos porque en los hoteles tenemos internet. He leído artículos escritos por intelectuales extranjeros, disidentes cubanos, amigos de la revolución, enemigos. A raíz de todo eso, y de las cartas que andan circulando por ahí, me gustaría compartir una reflexión con ustedes. Yo no soy nadie, ni actor ni cantante ni figura pública, tampoco intelectual, pero si sirve de algo, antes de dedicarme al turismo hice la carrera de sociología, soy militante del Partido y miembro de la asociación de Combatientes de la Revolución por haber cumplido misión internacionalista en Etiopía.

Lo primero que quiero contarles es que la muerte de Zapata me ha dejado muy confundido. Al margen de que Amnistía Internacional diga que era un preso de conciencia y nuestro gobierno insista en que era un preso común, Zapata ha muerto por una huelga de hambre. Porque se negó a comer. He pensado mucho en eso. ¿Qué le pasa por la mente a una persona para hacer algo así? Yo no lo sé, pero reconozco que en este país ningún disidente había llegado tan lejos. Al menos que yo tuviera noticia. El Granma ha dicho que Zapata hizo la huelga porque quería un televisor, un teléfono y una cocina en su celda. Que alguien muera por eso sólo admite dos lecturas, o Zapata estaba loco o el Granma miente. Ciertamente la locura podría explicar todo esto, pero si Zapata tuviera antecedentes psiquiátricos, no tengo duda de que el Granma los habría publicado. Así que no me queda más remedio que asumir que este señor no murió por un televisor. Murió por otra cosa. No sé cuál. Dicen que lo manipularon, y seguramente haya algo de verdad en eso, pero convencer a alguien para que se deje morir no debe ser fácil. Ni es tan simple.

Aquí siempre nos han dicho que los disidentes son mercenarios, pero un mercenario no hace eso. Los mercenarios cobran y viven. Los mercenarios no se inmolan por una idea (por muy ridícula que sea), por eso los terroristas de Al Qaeda no usan mercenarios sino fanáticos. ¿Era Zapata un fanático? ¿Un fanático de qué, de la contrarrevolución? No sé qué pensar, porque un fanático no surge de la nada, necesita un caldo de cultivo. ¿Existe en la Cuba de hoy ese caldo de cultivo que genera fanáticos? Sería realmente preocupante. Y una señal muy grave del estado de las cosas. Ya sé que la muerte de un solo hombre no tiene por qué significar nada. Puede ser un hecho aislado. O no. Mientras escribo esto hay otros dos disidentes que también se han declarado en huelga. Y uno de ellos está ingresado. ¿Qué pasará si mueren? ¿Serán otros dos mercenarios aislados, dos pobres víctimas manipuladas?

Lo bueno de hacerse viejo (yo tengo 44 años) es que uno tiene una memoria enorme de las cosas que ha visto. Yo estos días me acuerdo mucho de algo que pasó hace casi treinta años… En 1981 diez presos del ejército republicano irlandés (IRA) se declararon en huelga de hambre en sus cárceles de Gran Bretaña. Muchos cubanos no se acordarán, pero entonces el tratamiento que se le dio en la televisión nacional fue de respeto y admiración. Desde que falleció el primero; Bobby Sands hasta que murió el último; Mickey Devine, todos sus nombres fueron mencionados en el noticiero de las ocho como una forma de mostrar la represión política que entonces ejercía Margaret Thatcher sobre Irlanda del Norte.

No intento comparar Cuba con Irlanda. Pero sí me llama la atención que aquellos huelguistas (algunos de ellos condenados por delitos de terrorismo en los que fallecieron inocentes) merecieran tanta gloria, y los que tenemos aquí sólo desprecio. ¿Por qué? ¿Porque supuestamente son delincuentes comunes, porque son cubanos, porque están contra el gobierno? Soy consciente de que el mero hecho de plantearme esto me coloca en el bando del enemigo. Pero yo no soy el enemigo. Cuestionar la versión oficial de quién era Orlando Zapata no significa que comparta sus ideales (que desafortunadamente ni siquiera conozco). A mí la revolución no me educó para convertirme en una persona insensible, ni en una máquina de repetir consignas (aunque lo han intentado). Yo creo que si un cubano muere de huelga de hambre tengo derecho a exigir respuestas claras y convincentes.

Además, no es la primera vez que me cuestiono una versión oficial. Ni la primera vez que la rechazo. Antes he contado que pasé dos años en Etiopía, en la brigada que apoyaba al gobierno de Mengistu Haile Mariam. Los que estuvimos allí sabemos quién era ese señor, y las barbaridades que hacía en su país. Era obvio que aquello no tenía nada que ver con el socialismo sino con prácticas de un gobernante feudal, pero aunque todos en la brigada éramos conscientes de lo que pasaba (incluidos los jefes de misión) la versión oficial siguió insistiendo en que apoyar a Mengistu era bueno para la causa revolucionaria, pero poco después de que Cuba retirara sus tropas (no el apoyo político) Mengistu huyó de Etiopía en un avión cargado de dinero. Hoy vive en Zimbawe y está acusado en su país de genocidio. Repito: GENOCIDIO. Cuando lo supe, en 1991, me dio rabia por tantos compañeros que fueron a Etiopia a luchar por una causa justa y murieron apoyando a un genocida que hoy vive de su cuenta en Suiza .

Aquella vez mi gobierno se equivocó. Como se ha equivocado muchas veces. Por eso tengo que decirlo; soy cubano, soy revolucionario, pero apoyo incondicional no. Me niego a confiar ciegamente en un sistema que a veces dice la verdad, a veces sólo media verdad, y a veces miente. Como todos los gobiernos del mundo, dirán algunos. Pero éste es el mío, éste es el que me exige cerrar filas sin hacerme preguntas, sin cuestionar qué está pasando en la sociedad cubana para que un preso muera de huelga de hambre.

A mí me enseñaron que en Cuba las huelgas de hambre las hacían los revolucionarios contra Batista. ¿Qué está pasando aquí para que ahora hagan huelga los gusanos? ¿Qué tendría Zapata en la cabeza para que no le baste con ser mercenario, para que elija morirse? Yo creo que para responder a eso tenemos que dejar de mirarnos el ombligo y ser autocríticos.

Hay que cuestionar las cosas, compañeros, porque eso es lo que hace un revolucionario. Y no se le puede llamar mercenario a todo el que lo haga. Algunos lo son, no tengo dudas, pero todos no. Yo no tengo buena opinión de los disidentes porque, en primer lugar, sólo sé de ellos lo que me cuenta el Granma, y segundo porque me siento lejos de personas que defienden posturas conservadoras que llevarían este país a un extremismo de derechas, justo aquello contra lo que siempre he luchado, pero tengo que reconocer que algunas de las cosas que dicen tienen razón. ¿Eso me convierte en disidente? Rotundamente no. Entonces, ¿Dónde está la línea? Por ejemplo, exigir responsabilidades políticas porque en Mazorra han muerto de frio treinta enfermos mentales de los que nadie se ocupó, ¿Eso es hacerle juego al enemigo? Quejarnos de que en los hospitales no haya higiene, o que no podamos salir del país sin permiso ni tener acceso a internet, ¿eso es de revolucionarios o de mercenarios? Lamentar que en mi país exista una ley de peligrosidad, copiada del régimen fascista de Franco, que condena a las personas “proclives” a cometer un delito (sin haberlo cometido aún), ¿Eso es de gusanos o de comunistas? Sinceramente no lo sé.

No sé dónde quejarme, dónde lamentar, dónde exigir. No sé con quién tengo que hablar. ¿Con mi núcleo del partido, con mi presidente del CDR, con el delegado de mi circunscripción? ¿Con el Granma? Créanme que ya lo he hecho y no ha servido para nada. Entonces, ¿Dónde canalizo mi vergüenza? ¿En el Miami Herald? Les voy a contar de qué se habló en la última reunión de mi núcleo del partido; de retirarle el carné a un compañero porque había pedido la nacionalidad española. De eso se habló.

Cuando veo el noticiero me indigno porque siento que me tratan como si tuviera diez años y viviera en la luna. Yo no vivo en la luna. Yo vivo en Cuba y sé lo que pasa. Y me indigna que me digan que un preso ha muerto porque quería un televisor.

Yo no sé lo que quería Orlando Zapata con su huelga, pero sé lo que quiero yo: soluciones a los problemas de mi país. Y podemos buscarlas o decirle al mundo que la culpa de todo la tienen los yanquis y los mercenarios, podemos intentar arreglar esto entre nosotros o mentirnos diciendo que no pasa nada, que la juventud está comprometida, que nuestro pueblo cada día es más heroico y viril, que somos la referencia del mundo, que la calle es de Fidel…

Y sí, mi calle hace cincuenta años que es de Fidel, y no tiene bombillas porque se las roban los de la empresa eléctrica (esos sí son mercenarios), se inunda siempre que llueve y necesita asfalto.

Así que ustedes dirán,

Revolucionariamente,

Daniel

Cuba, realpolitik y "croquetólogos"/ Lázaro González


Cuba, realpolitik y "croquetólogos"
Lázaro González/ Cubanálisis-El Think-Tank

“Allí donde hay una necesidad hay un derecho”

Evita de Perón

Políticos y politólogos, neófitos y expertos, continúan comulgando con la vieja definición de política de Leibniz, entendida como el arte de lo posible; mientras un político fracasado como Fidel Castro la llevó a extremos voluntaristas, al concebirla como el arte de hacer posible lo imposible.

Entre los numerosos estudios realizados en torno a esta figura, se observa un vacío analítico respecto a su concepción de la política, que constituye el sustrato que ha abonado todos sus fracasos.

Pero en realpolitik, tal y como la conocemos hoy, la política es ante todo el arte de hacer posible lo necesario [Ch. Maurras], entendiendo por necesario las carencias que impiden al hombre realizar su esencia. Aquello que Rousseau denominó “interés común”, Hegel “bien del estado” y Tocqueville “bien del país”.

Por consiguiente, la posibilidad de la necesidad nos conduce al realismo político que libera a la política de prejuicios y de un idealismo a ultranza y muchas veces utópico o ilusorio. Si las utopías son válidas y necesarias, en tanto conforman un imprescindible cohesionador social en las esferas ética-morales y sociales, los utopismos no lo son.

Siguiendo a Max Scheler, la necesidad en política reside en lo que requiere de nuestra acción para ser modificado, entendido como que los problemas constituyen una oportunidad para mejorar. Por tanto, la determinación de los problemas de mayor sensibilidad política adquiere un lugar relevante en la elaboración de los objetivos políticos en cualquier horizonte temporal. Lo demás, lamentablemente, es contemplativismo.

Según las palabras de Alessandro Campi:

"…no es conservador ni reaccionario, no defiende el status quo y mucho menos añora el pasado. El verdadero realista utiliza la historia no sólo para comprender mejor el pasado sino también, y sobre todo, para representarse mejor el futuro, y posee la conciencia de que nada es eterno en política…" [2]

De ahí que el diagnóstico de la situación concreta en cada momento cobre especial relieve en la determinación de los objetivos, las campañas y acciones políticas.

En tanto que la cohesión sico-social de una sociedad, (y la cubana no es una excepción a pesar del régimen, represivo, grosero y totalitario imperante), se regula por la correlación satisfacción-insatisfacción de la población ante el estado de cosas, los sujetos de la política deben prestarle especial atención a los elementos más sensibles de esta compleja relación.

La cohesión sico-social interna en Cuba está profunda y definitivamente fracturada, pero no por razones de derechos humanos, como se menciona siguiendo a los medios extranjeros, a pesar de los últimos acontecimientos, sino por la disconformidad popular ante la crisis crónica que experimenta la sociedad en todas sus esferas.

Tomislav Sunic llamaba la atención sobre la necesidad de distinguir entre derechos humanos y derechos de los pueblos, en el sentido en que los primeros son herederos de la ideología de la ilustración de corte liberal, en tanto los segundos representan el historicismo de corte popular.

Hay que distinguir -y los políticos no pueden permitirse el error de ser obnubilados por los medios-, entre los hechos concretos que marcan el rumbo de los acontecimientos, no siempre publicitados, y las versiones que sobre la realidad circulan.

Las condenas de la Unión Europea y las últimas palabras del presidente Barack Obama efectivamente golpean al régimen, y definitivamente contribuyen al cataclismo de la utopía fidelista en el mundo, pero operan, fundamentalmente, hacia lo externo, y no modifican las claves del poder en Cuba.

Una aburrida y repetitiva brigada de respuesta rápida y un cordón policial es todo lo que necesita el régimen para neutralizar en las calles habaneras a las heroicas Damas de Blanco, impidiendo el más mínimo intento de solidaridad de la población y de potenciación del hecho.

Si mañana fuera conveniente impedir la asistencia de la prensa extranjera a eventos similares, y bloquear teléfonos, celulares y accesos a Internet y Twitter de los reporteros de noticias, el régimen no dudaría en hacerlo, y no habrían hechos convertidos en noticias de primera plana que condenar.

Que el castrismo pagaría un elevado precio por ello, es cierto, pero entre la conservación del poder, que significa su supervivencia física y como sistema, y una permisibilidad incontrolada que puede provocar una hecatombe social, no dudarían en pagarlo, y de hecho están honrando los debitos políticos actuales.

La población cubana esta perdiendo progresivamente el miedo debido a la crisis permanente que compromete sus necesidades básicas y al hecho cierto de que el régimen no puede reprimir a todos todo el tiempo.

Las decenas de miles de miradas silenciosas que desde puertas, ventanas y balcones, observaron las marchas de las Damas de Blanco sin sumarse a la “pachanga” de repudio, así lo atestiguan.

Y es que, como es conocido por todos, el castrismo no tiene respuestas definitivas ni sustentables para un conjunto de temas de alta sensibilidad social, como la vivienda, el transporte, los espurios salarios, la doble circulación monetaria, la insuficiente canasta de productos alimenticios e industriales, las absurdas prohibiciones de toda índole, y más, que conforman un clima general de insatisfacción de la población.

Quizás solo el régimen, mediante sus numerosas fuentes de recogida y procesamiento de información, tenga una aproximación a las necesidades, motivaciones e intereses de la población, estructurada por territorios, género, edad, y otras variables, que cuentan con potencialidad desestabilizadora.

Sin embargo, gracias al subvalorado trabajo de los “croquetólogos”, es posible precisar un numeroso conjunto de situaciones desestabilizadoras, entre las cuales descuellan:

· No comprometimiento político

· Prevalencia de lo individual-familiar ante lo social

· Déficit de participación en la toma de decisiones

· Paternalismo-autoritarismo

· Estatización de las relaciones sociales

· Homogeneidad distributiva

· No solución de las prioridades de la agenda social, tales como vivienda, transporte, ingresos, alimentación, y otros problemas

· Insustentabilidad económica de la agenda social

· Aumento de la desigualdad social y reestratificación de la sociedad

· Desconexión entre el bienestar material y el trabajo

· Incremento de las desventajas por razones étnicas, territoriales y de género

· Proyectos familiares e individuales desvinculados del proyecto social que ofrece el régimen

· Generalización de la corrupción y la emigración

· Medios de comunicación ajenos a la realidad social

· Burocratización de toda la actividad política, económica, social y cultural

· Órganos de gobiernos ineficientes y sin consenso popular [3]

Si las heroicas organizaciones disidentes y opositoras que actúan en Cuba formularan sus objetivos y campañas políticas en términos de la relación satisfacción-insatisfacción de sus bases naturales, muchas de las miradas silenciosas, que siguieron las marchas durante siete días de las Damas de Blanco, hubiesen roto los cordones policiales y se hubieran incorporado a las mismas.

Y es que las Damas de Blanco han sentado precedentes, a pesar de no enarbolar un programa político sino solo un objetivo cívico bien definido. Escogiendo el lugar adecuado y el momento oportuno, han arrastrado tras ellas a miles de almas e incluso a algunos protagonistas de la epopeya cubana. No todos, es cierto, pero el reto es tan alto que compele y estremece tanto al régimen como a opositores, disidentes, y a la población testigo de los hechos.

Aunque todos sus movimientos son anticipados por el régimen, que actúa sobre aviso pero reactivamente. Y ello es otra importante experiencia que se debe extraer.

Las Damas de Blanco pudieron haber sido neutralizadas en sus hogares de residencia, impidiéndoles salir a expresarse públicamente. El régimen no lo hizo, y es una buena pregunta por qué no lo hizo. Igualmente, es sintomático que un oficial de la seguridad del estado dialogara “profesionalmente” con Guillermo Fariñas exhortándolo a abandonar su huelga de hambre.

Más preguntas que respuestas, pero una acción realizada en el lugar adecuado y en el momento oportuno contribuye a reducir la brutalidad de la respuesta del régimen, y potencialmente genera simpatías populares. Es muy difícil reprimir violentamente a las Damas de Blanco mientras decenas de miles de personas se manifiestan públicamente en la calle 8 de Miami.

En un mundo donde el dúo Calle 13 realiza un concierto en la Tribuna Antiimperialista de la Habana con más de 200 mil participantes, y dos días después uno de sus integrantes participa en la multitudinaria manifestación anticastrista convocada por los esposos Stefan en Miami, es un símbolo de la complejidad y asimetría de los tiempos que discurren.

Por ello resulta importante referirse al consentimiento, considerado como la actitud individual con la que los miembros de una sociedad reaccionan ante el poder. En Cuba, como en todas las naciones del mundo, el poder está en manos de una minoría y/o pequeños grupos altamente organizados, lo que les permite imponer sus reglas sobre la mayoría de la sociedad. Pero el poder tiene que ser aceptado por esa mayoría, pues de lo contrario sucumbe.

Entonces, además de los ampliamente conocidos mecanismos de control y coerción social que emplea el castrismo para lograr la “aceptacion” popular, resulta convenientemente referirse a los factores que condicionan hoy en Cuba la actitud individual de cada uno ante el régimen.

Desde la perspectiva individual, conceptualmente existen tres tipos de consentimientos:

  1. Consentimiento activo
  2. Consentimiento pasivo
  3. Consentimiento negativo

El consentimiento activo es el que brindan las personas directamente comprometidas con el poder, y que influyen en la población para que obedezcan y respalden al mismo.

Estamos refiriéndonos a la cada vez menos unánime burocracia política, militar, ejecutiva, y de los medios de comunicación y las organizaciones de “masas”, que obligados por intereses muestran lealtad a los hermanos Castro.

Lázaro Expósito al frente del Partido Comunista en Santiago de Cuba, el general Leopoldo “Polo” Cintras Frías en las fuerzas armadas, Marino Murillo en el Ministerio de Economía y Planificación, Lázaro Barredo en el periódico “Granma”, y Orlando Lugo Fonte con los campesinos, son todos ejemplos bien representativos y visibles del consentimiento activo.

Por su parte, el consentimiento pasivo es aquella actitud que asumen las personas que, deseando otras formas de gobierno, instituciones, leyes y reglas sociales y hasta gobernantes, no lo expresan o no emprenden acciones para apoyar los cambios deseados. Otros, sencillamente hastiados de la política, meramente son absolutamente apáticos a la situación existente.

Hay varios elementos que explican este comportamiento.

Considerando que más del 75% de la población cubana nació en o después de 1959, y no conoce otro sistema político y tipo de gobierno que el castrista, acepta al régimen sencillamente por costumbre.

También se verifica la incapacidad de concebir otro sistema político, y ello no es responsabilidad del individuo, sino un éxito del sistema de control de la información por parte del régimen.

Es el humano y comprensible temor al castigo, la represión y el ostracismo social.

En la maquinaria propagandista del régimen se ha empleado todo tipo de deleznables epítetos para referirse a los opositores. Asesinos y torturadores fueron los fusilados sumariamente en los primeros meses del ano 1959; mercenarios los miembros de la Brigada 2506, y bandidos los alzados en el Escambray. Escoria los que emigraron cuando la crisis de 1980 y contrarrevolucionarios, vende patrias y gusanos todo el que exprese una actitud contestataria al régimen.

La universidad es para los revolucionarios” y “Dentro de la Revolución todo y contra la Revolución nada”, son valores que condicionan normas de conducta incrustadas por la propaganda y la represión en el hipotálamo de la población.

A ello se añaden las estrictas normas disciplinarias impuestas en escuelas, sindicatos, comités de defensa de la revolución, asociaciones de estudiantes, mujeres y campesinos. También en el partido y en los órganos de gobierno, regidos por un código de ética donde la lealtad al omnímodo poder es la piedra de toque que sentencia o comulga.

Claramente lo expreso Karl Destch:

"...Los hábitos de obediencia son el socio invisible del gobierno, pero realizan más del 90 % del trabajo".

Por simple observación de la realidad cubana, se puede apreciar que la mayoría de la población asume esta actitud ante el régimen. Que se conozca, no existen estudios rigurosos que brinden la real dimensión de este comportamiento, lo cual es un déficit notable en los estudios cubanos.

El consentimiento negativo se distingue por dos tipos de actitudes. Por un lado se encuentran los que, aceptando el sistema, están inconformes con los gobernantes o con las acciones que los mismos realizan. Pedro Campos y sus compañeros ideológicos constituyen un ejemplo de este comportamiento.

Por otro lado se encuentran los que rechazan a los gobernantes y también al sistema, porque están en contra de los fundamentos del mismo y tienen sus propias concepciones de cómo deben estructurarse la sociedad y el poder. Los denominados “rebeldes” constituyen la disidencia y la oposición al castrismo.

Entre la minoría que expresa un consentimiento activo y la que asume uno negativo, se extiende la ampliamente mayoritaria masa de individuos que asumen comportamiento pasivo. En realpolitik la victoria siempre es el galardón supremo de los que logran movilizar hacia sus actitudes a una masa significativa de individuos pasivos política y socialmente.

Habilidades y recursos es todo lo necesario para ello. El régimen cubano destina cuanto recurso sea necesario, y muchos de sus mejores especialistas trabajan intensamente en asegurarse la legitimación por parte de la población y en contener los esfuerzos de la oposición cubana.

Entonces pareciera que la causa de los heroicos y abnegados disidentes y opositores cubanos, permanentemente vigilados, acosados y brutalmente reprimidos cada vez que el régimen lo considera oportuno, es una misión imposible.

Visto así, desde la sociología del totalitarismo, es cierto.

Sin embargo, la oposición cubana, al margen del necesario y creciente apoyo internacional, tiene ante si el reto y la oportunidad de identificar y potenciar los aglutinadores sociales que, en forma de intereses de la mayoritaria masa de individuos que asumen comportamientos pasivos, para lograr movilizarlos hacia actitudes más activas y comprometidas.

Un simpatizante es un aliado en la lucha contra el castrismo. Un mirada silenciosa, no necesariamente cómplice, no puede ser objeto de represión, pero miles de miradas vibrantes, alzadas a una voz, tampoco pueden ser reprimidas.

¿Como lograrlo?

La identificación de los intereses con potencial político movilizativo y conductual es trabajo de los “croquetólogos”, los “cubanólogos” que se concentran en los cubanos de a pie.

La de los líderes es potenciarlos para modificar los esquemas de consentimiento.

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1. es.wikipedia.org/wiki/Croqueta

2. Alessandro Campi. SOBRE EL REALISMO POLITICO ...

3. Mayra Espina Prieto, “Mirar Cuba hoy: cuatro supuestos para la observación y seis problemnas-nudos/ Temas No. 56: 132-141, octubre-diciembre de 2008

4. Alberto Borea Odría, La legitimidad del poder

Notas de un prisionero político/ Comandante Huber Matos


Notas de un prisionero político
Comandante Huber Matos Benítez/ Cubanálisis-El Think-Tank

Pedro Luis Boitel

Yo traté de persuadirlo, porque era el más viejo, le dije a Boitel…. “estos son unos hijos de puta, te quieren llevar a una protesta para desgastarte o liquidarte.”

Comienza la huelga de hambre y vemos que se está deteriorando seriamente.

Por acuerdo unánime decidimos demandar asistencia médica… llegamos al 23 de mayo de 1972. Boitel tiene sobre sus esqueléticas espaldas varias semanas consecutivas de ayuno. Insistimos, hasta con amenazas… consiguiendo que se lo lleven para darle atención medica.

Cuando llegan a buscarlo, uno de los funcionarios del Ministerio del Interior, el oficial Valdés, que viene siguiendo el proceso de ayuno, dice:

-Bueno, está bien, lo vamos a llevar, órdenes del Ministerio… Por mí, éste tendría que morirse; ya ha jodido mucho.

Por mi experiencia en las huelgas de hambre, sé que con suero sobreviviría.

Acercándose a la media noche, inexplicablemente, ponen una película que se escucha en los altavoces de la prisión. No sabemos de qué se trata, el sonido de la película no nos deja escuchar ningún otro ruido o movimiento.

En la mañana siguiente, le preguntamos al guardia que nos trae el desayuno:

-¿Como está Boitel?

-No, no, yo no tengo nada que ver con eso -nos responde alarmado y muy nervioso.

Su actitud nos hace pensar que algo muy malo ha pasado.

Una semana después, corre la noticia por la prisión de que en la madrugada del 25 de mayo el cadáver de Boitel fue llevado al cementerio y sepultado. Luego se lo comunicaron a su familia.

Rafael del Pino

En estos días de agosto de 1977 Rafael del Pino es tema de comentarios entre los presos. Ahora tiene posibilidades de salir de la prisión porque es ciudadano norteamericano. Con él, son cinco norteamericanos que pueden irse en un posible canje.

Del Pino había mejorado, parecía animado y en recuperación, debe creer que pronto saldrá… incluso se lo dicen… para que él lo haga llegar afuera y todo parezca normal…

Una mañana desde mi celda veo que escoltan a un preso al pabellón de castigo… camina trabajosa y lentamente hacia el tenebroso lugar... logro reconocerlo… es Rafael del Pino… es una persona tranquila y enferma, jamás se ha rebelado.

Pasan dos días y nos dicen… se ahorcó

Nadie lo cree… estamos convencidos que lo mataron vilmente... si los separaron es porque no querían tener testigos… tampoco permitieron que nadie, ni su familia, viera el cadáver.

Lo asesinaron para excluirlo del canje.

Huber Matos

Estoy decidido a hacer una huelga de hambre en protesta por tanto abuso. No estoy dispuesto a que me sigan tratando peor que un animal… aquí el tiempo nunca es instante, siempre eternidad.

La huelga es el último recurso contra el abuso.

La muerte del prisionero político como consecuencia de una huelga de hambre es un acto de rebeldía.

Las tiranías temen la rebeldía porque se contagia, y los tiranos necesitan el miedo para gobernar.

Mi estado físico deja mucho que desear, arrastro años de amargura y privaciones. Veo en algunos compañeros los mismos estragos, y en muchos, los ojos marchitos.

Voy a retar a la dictadura hasta mi muerte si es necesario.

Sé que la dictadura puede evitar la muerte de un preso en huelga de hambre, pero también puede aprovecharla para dejarlo morir o para rematarlo.

Mis compañeros Lauro Blanco y Nerín Sánchez se acercan y me dicen:

-Huber, vamos a la huelga contigo.

Los primeros tres o cuatro días del ayuno total son muy difíciles; el cuerpo lucha por recibir su alimento... primero exige con ansiedad, y como no recibe, reacciona con dolores de cabezas y mareos.

Después el organismo comienza a vivir de sus reservas, gracias a la ración de agua que le sirve para metabolizarlas.

Al principio el organismo se va debilitando y la mente tiene mayor lucidez… luego desaparece el deseo de comer y la razón huye involuntariamente de la realidad; se confunde con las nieblas del sopor y participa con el cuerpo en esa fuga lenta y sostenida de la vida.

Una mañana me han traído a Lauro Blanco, como para que sirva de testigo:

-Estás a un paso de la muerte, me dice

Los carceleros se lo llevan, está desesperado, va dando gritos que no logro entender.

Me han trasladado a “Villa Marista”, el antro de cuartel de la policía política G 2. Desde un sótano, o desde celdas a otro nivel, llegan gritos humanos, desgarradores. A veces son lamentos prolongados y dolorosos, a veces alaridos breves, muy pronto sofocados.

Estoy tendido en el suelo, sobre una especie de colchoneta delgada. La grasa ha ido desapareciendo de mi cuerpo y este ha comenzado a alimentarse de los músculos; soy un manojo de huesos; el estómago me pega con el esternón.

Lo que veo, entre el sopor, es que me han sacado y me tienen en el suelo.

A mi alrededor está Medardo Lemus, el Coronel Jefe de Cárceles y Prisiones, el médico Batista, y Alipio Zorrilla, delegado del Ministerio del Interior. Hay dos personajes más: Alemán, el director, y Valdés, que están como espectadores y no se meten conmigo.

La tortura ha comenzado. Batista me ha enterrado varias veces, y por diferentes partes del cuerpo, una jeringa grande o un punzón. He resistido el dolor para no darles el gusto... entonces me la entierra en los testículos, el dolor es intenso pero lo resisto.

Batista habla de castrarme con un bisturí.

Lemus dice:

Es mejor castrarlo con esto… si queda vivo se matará con su propia mano.”

Batista se sienta sobre mi estómago, el dolor es terrible. Me agarra la cabeza y me dobla el cuello como si lo fuera a quebrar... me saca un gemido que no pude controlar.

Me pone una toalla a presión sobre la boca y la nariz... no puedo respirar... débilmente trato de quitármela.

-Ven, sí está sintiendo lo que le hacemos.

Lemus dice:

-Definitivamente, está loco

Lemus, le dice a “Casquillo”- un ayudante de enfermería:

-Tráeme un bisturí, que le voy a sacar los huevos a este tipo.

Alipio Zorrilla, el representante del Ministerio del Interior, le dice rápidamente:

-No puedes sacarle los testículos porque eso no está autorizado... Si queda vivo es un problema y, además, ya el otro preso anda gritado por todas partes que estamos matando a Huber...

Han traído a Tony Lamas de nuevo para que vean que estoy vivo y que miente.

Tony llora como un niño la ver el estado en que estoy.

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Notas extraídas del borrador del libro del Comandante Huber Matos Benítez, “Cómo llegó la noche”, seleccionadas por Huber Matos Araluce. El Comandante del Ejército Rebelde y Jefe Militar de la provincia de Camagüey, Huber Matos Benítez, fue un prisionero político entre 1959 y 1979. Fue sancionado en juicio sumarísimo por supuesta traición, tras enviar una carta a Fidel Castro considerando que el país marchaba hacia el comunismo.

jueves, marzo 25, 2010

Fallece preso por los golpes recibidos por sus carceleros en Cuba


(Radio Martí) - El preso Julio Santos Hernández falleció éste miércoles, tras haber sido víctima de una golpiza que recibió en la cárcel de Kilo Cinco y Medio en Pinar del Río, informó desde Cuba, el ex preso político, Raúl Luis Risco Pérez.

Según la fuente, Santos Hernández fue salvajemente golpeado el pasado 3 de marzo por militares del penal. La golpiza le causó fracturas en una de las vértebras cervicales y en la tráquea.

El preso común fue trasladado a la sala de cuidados intensivos del hospital Abel Santamaría en Pinar del Río, hasta que falleció, producto de los golpes, el miércoles 24 de marzo, explicó Risco Pérez.

Obama Vs. Castro/ 1-0

Mientras el Cama-andante en Jefe en un delirio de bisabuelo hablando solo en el Asilo Santovenia -que luego un mecenas tiene que arreglarselas para transcribir los incoherentes balbuceos en un texto no menos incoherente-, afirma que: ¨Espero que las tonterías que a veces expresa sobre Cuba no obnubilen su inteligencia¨; probablemente lo no sabia, o quizas si, que el presidente Barack Obama de manera sorpresiva se iba a referir al regimen de los hermanisimos en duros terminos:

"Estos sucesos destacan que, en vez de aprovechar la oportunidad de entrar a una nueva era, las autoridades cubanas siguen respondiendo a las aspiraciones del pueblo cubano con el puño cerrado'', ... "Hoy sumo mi voz a la de personas valientes en toda Cuba y un coro cada vez más numeroso en todo el mundo que exigen el fin de la represión, la liberación inmediata e incondicional de todos los presos políticos y el respeto a los derechos básicos del pueblo cubano''.

Esta el regimen tratando de escalar la crisis con los Estados Unidos, sabedores que solo las grandes crisis generan las grandes soluciones, o ha sido una coincidencia temporal? En unos dias lo sabremos.

miércoles, marzo 24, 2010

Calle 13 Vs Damas de Blanco

Cubadebate nos presentan una amplia coleccion de fotos de la actuacion del grupo Calle 13 en La Habana, pero sin embargo nos muestra un video del mismo de solo 21 segundos, que es al parecer lo que han podido editar. En cualquier caso eso no tiene por ahora ninguna importancia.


Importantes son otras cosas.
  • El bajo perfil propagandistico que el regimen le dio a la actuacion del grupo de tal manera que no sucediera lo ocurrido con el concierto de Juanez, que innumerables voces se levantaron contra el mismo
  • La cantidad de participantes que segun Cubadebate ascendio a 200 mil personas, sin que hasta el momento se haya reportado algun incidente de consideracion
  • Efectuarlo un dia laborable y no un fin de semana
  • El diseno y empleo de los colores y banderas de ambos paises, a lo que se anade la imagen de Carlos Muniz Varela, que probablemente los musicos no conocieran con anterioridad
  • La ya reiterada estrategia de movilizar particularmente a la juventud bajos simbolos ¨revolucionarios¨, pero empleando no consignas como se hacia anteriormente, sino musicos populares extranjeros
  • El escaso reflejo del evento por parte de periodistas independientes y blogueros de la isla

Raul sobre Fidel

  • "Está leyendo y escribiendo mucho y pudiera decir que para la edad que tiene está muy bien"
  • "Hace ejercicios todos los días. Está más disciplinado que nunca, porque ahora almuerza y come a su hora, se acuesta más temprano, no trabaja hasta las 7 de la mañana como hacía antes o las 8"
  • "Tiene algunos problemas a consecuencia del accidente aquel (...) cuando se fracturó el hombro, con la rodilla izquierda"
  • "Pero ya levanta la mano hasta así (arriba) y escribe muy bien (...)"

lunes, marzo 22, 2010

La licencia extrapenal de Martha Beatriz y el regimen a la defensiva

Desde el sitio de Ichikawa PRENSA: Mando superior “se encargará” de Licencia Extrapenal de Martha Beatriz Roque

Muy importante esta nota que conjuntamente con la visita del jefe de la ¨contrarrevolucion¨ a Coco Farinas, muestra la nueva tactica conciliadora del regimen con los disidentes.

Los mismos que envian a unos oficiales a casa de Martha Beatriz Roque para informarle que tiene que someterse a un examen medico con vistas a revocar el status de licencia extrapenal por razones de salud, son los mismos que envian a estos oficiales a decir que no importan las leyes, sino que el ALTO MANDO, valorara su caso, por supuesto en dependencia de las circunstancias y no a tenor del derecho. Es chantaje, pero algo mas, el regimen se bate en retirada. ESTAN A LA DEFENSIVA.